Una pieza de arte que no existe en el mundo físico fue vendida en una subasta de Christie’s por US$69 millones: el comprador no recibirá una escultura, ni una pintura, ni tan siquiera una copia.
Recibirá un token digital (o vale digital) conocido como NFT.
Si el bitcoin fue aclamado como la respuesta digital a las divisas, los NFT son ahora considerados la respuesta digital a las piezas de colección.
Pero hay muchos escépticos que consideran que es una nueva burbuja a punto de explotar.
NFT son las siglas en inglés de token no fungible.
En Economía, un activo fungible es algo con unidades que se pueden intercambiar fácilmente, como dinero.
Con dinero, uno puede intercambiar un billete de 10 pesos por dos de cinco y tendrá el mismo valor.
Sin embargo, si algo no es fungible, eso es imposible: significa que tiene unas propiedades únicas, por lo que no puede ser intercambiado.
Podría ser una casa, o una obra de arte como la Mona Lisa, que es única. Uno podría tomar una fotografía de la pintura o comprar una copia pero solo existirá un cuadro original.
“Si le sacas una foto al cuadro original, con la mejor cámara posible, y luego usas al mejor pintor para reproducirla con exactitud, es muy probable que quede perfecta, pero jamás será la de Leonardo da Vinci”, explicó a BBC Mundo el inversor estadounidense Pablo Rodríguez-Fraile, quien vendió por US$6 millones un video que puede verse gratis y cuya historia contamos aquí:
Los NFT son un activo “inimitable” en el mundo digital que puede ser comprado y vendido como cualquier otro tipo de propiedad, pero no tienen forma tangible en sí mismos.
Estos tokens digitales pueden ser entendidos como certificados de propiedad de activos virtuales o físicos.
Obras tradicionales de arte como pinturas son valiosas porque son únicas. Pero los archivos digitales pueden ser duplicados con facilidad una y otra vez.
Con los NFT, el arte puede ser tokenizado para crear un certificado digital de propiedad que puede ser comprado y vendido. Como con las criptomonedas, un registro de quién posee lo que está almacenado en un libro de contabilidad compartido como el blockchain.
Los registros no pueden ser falsificados porque el libro en cuestión es mantenido por miles de computadoras alrededor del mundo.
Los NFT también pueden contener contratos inteligentes (smart contracts) que podrían proporcionar al artista, por ejemplo, una parte de una venta futura del token.
Nada. Millones de personas han visto la pieza de arte que se vendió por US$69 millones, del artista Mike Winkelmann, conocido como Beeple, y la imagen ha sido copiada y compartida infinitas veces.
En muchos casos, el artista incluso retiene los derechos de autor de su trabajo, para así poder continuar produciendo y vendiendo copias.
Pero el comprador de NFT posee un token que prueba que él es el propietario de la obra “original”.
Algunas personas lo comparan con comprar una copia firmada.
Sí. Es tan descabellado como parece.
En teoría, cualquiera puede tokenizar su trabajo para venderlo como un NFT pero el interés ha crecido a raíz de noticias sobre ventas multimillonarias.
El 19 de febrero, un Gif de Nyan Cat, el famoso meme de 2011 de un gato con cuerpo de galleta volando, se vendió pro más de US$500.000.
Pocas semanas después, la cantante canadiense Grimes vendió una colección de obras digitales por más de US$6 millones.
Pero no solo se está vendiendo arte a través de los NFT.
El fundador de Twitter Jack Dorsey vendió su primer tuit en la red social por US$2,9 millones.
Y la subasta de la pieza de Beeple, la primera de arte digital jamás ofrecida en Christie’s, alcanzó un nuevo récord para el arte digital.
Pero como ocurre con las criptomonedas, hay preocupaciones sobre el impacto medioambiental de mantener el blockchain.
Un día antes de la subasta, Beeple le dijo a la BBC: “En realidad creo que habrá una burbuja, para ser sincero”.
“Y creo que podemos estar en esa burbuja ahora mismo“.
Otros incluso se muestran mucho más escépticos.
David Gerard, autor de Attack of the 50-foot Blockchain, manifestó que él veía las NFT como comprar “piezas de colección oficiales”.
“Hay algunos artistas consiguiendo dinero con estas cosas… pero probablemente tú no lo conseguirás“, advirtió.
En su opinión, las personas que están vendiendo NFT son “cripto-timadores”.
“Los mismos tipos que siempre han estado haciéndolo, tratando de encontrar una nueva especie de pepita mágica sin valor que puedan vender por dinero”.
Charles Allsopp, quien trabajó como subastador de la casa Christie’s, consideró que el concepto de comprar NFT no tenía “ningún sentido”.
“La idea de comprar algo que no está ahí es simplemente extraña“, señaló en declaraciones a la BBC.
“Creo que la gente que invierte en ello es un poco boba, pero espero que no pierdan su dinero”.
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