Gracias a la invitación de un grupo de ciudadanos preocupados; por un lado, de nuestro querido país especialmente por lo que podemos o queremos hacer para mejorar el bienestar de todos y por otro, indignados por la pandemia de la corrupción que nos azota, prepare una propuesta de lineamientos de política para el gobierno de la administración Moreno, misma que fue presentada el 20 de agosto de 2020 mediante la herramienta ZooM y que ahora comparto a mis lectores.
Mario Benedetti dijo “en la vida hay que evitar tres figuras geométricas; los círculos viciosos, los triángulos amorosos y las mentes cuadradas”. Este pensamiento es importante ahora pues, deja muy claro que al empantanarnos en una de ellas el pensamiento se nubla y las acciones emprendidas no necesariamente se orientan a lo que la sociedad realmente necesita. Comprendo que los círculos viciosos son la redundancia en un modelo de gestión que no tiene oportunidades, los triángulos amorosos son cuando nos dejamos ofuscar por el discurso populista sin fundamento y las mentes cuadradas son cuando no queremos ver la realidad. Entonces ¿cómo entendemos la economía si estamos viciados, enamorados y cuadrados?
La economía en palabras sencillas es como una tina de baño, [1]/ con dos fuentes de agua una caliente y otro fría y dos desagües en el fondo. Los gastos corrientes son el agua caliente y los gastos de inversión el agua fría. No puedes tener solo agua caliente o solo agua fría, es decir la exacta combinación de las dos produce la sensación de placer, de equilibrio. Pero no se puede dejar abiertas las llaves, si los desagües están tapados el nivel de agua puede subir y desbordarse, por tanto habrá que abrirlos. Los desagües son los impuestos y el ahorro que cuando se generan, su resultado directo es el financiamiento de los gastos corrientes y de los de inversión, respectivamente. Si cerramos las llaves de agua y los desagües siguen abiertos el nivel baja y hasta puede desaparecer.
Buscamos un equilibrio que cuando llegamos a ese nivel, el agua se mantendrá inclusive si las llaves de agua están abiertas y los desagües también, un principio básico de física y movimiento. Este es un círculo virtuoso, se alimenta de los ingresos y gastos gestionados de forma eficiente. En el argot económico se produce el pleno empleo pues todos los recursos se usan apropiadamente y existen un gran número de empleos.
Si existen ineficiencias en cualquiera de las cuatro variables (gastos corrientes, gastos de inversión, impuestos o ahorro) el nivel de empleo no será el adecuado y la economía no estará en equilibrio y se requerirán ajustes de tipo macro (equilibrio de los ingresos y gastos del gobierno) o microeconómico (equilibrio de la productividad y la rentabilidad).
Este esquema funciona bastante bien si la economía es normal, pero ante severos impactos exógenos (pandemia de salud) o endógenos (pandemia de corrupción), ya no es válido. Se han perdido 10 años a nivel mundial y posiblemente 14 en Ecuador debido a la crisis integral a la que está sometida su población. La ciudadanía ecuatoriana honesta reclama, por diferentes medios, información cierta y acciones contundentes para reducir la incertidumbre y preocupación por la actual y especialmente por el futuro del bienestar social. Peor aún ante la inminente campaña electoral para elegir nuevo presidente en febrero próximo.
Los datos no mienten, existe la posibilidad de manipulación, pero la confirmación de las fuentes internacionales asegura la interpretación apropiada. El mundo entero ha regresado 10 años, no será lo mismo después de la pandemia del Covid-19. Ecuador está navegando a la deriva, necesita de un muy buen capitán, necesita alguien que visualice el faro salvador a la distancia y que escoja la mejor combinación entre el camino, la velocidad, los arrecifes y no encallar antes de tocar tierra.
El PIB decaerá a más de dos dígitos, la pobreza se agudiza, y la extrema pobreza también, la clase vulnerable por obvias razones es más grande, el empleo ha caído a niveles nunca antes vistos, los ingresos del gobierno por petróleo y por impuestos han caído también, las cuentas por pagar aumentan provocando un déficit que alcanza más de los USD7.0 MM (mil millones).
“Hemos tocado fondo” decía Wilson Merino en su gira por la Provincia del Guayas, “necesitamos una ciudadanía activa y unida que asuma los desafíos del Ecuador” o como lo decía Velasco Ibarra en sus discursos fogosos llenos de mucha sabiduría, “Queréis revolución, hacedla primero dentro de vuestras almas. El amor a la humanidad, el amor a la Patria, el saber luchar, el saber hacer sacrificios, sin amilanarse, eso es la revolución: amor al progreso y a la justicia, de todos los días, venciendo todos los obstáculos y todos los trabajos”.
Al mismo tiempo en el mundo, la globalización cayó en un círculo vicioso que la pandemia reveló. No existe equilibrio entre las necesidades, las facilidades de acceso, y las acciones para encontrar soluciones integrales. Simplemente no existe equilibrio lo cual ha redundado en altos niveles de inequidad. Se ha tergiversado el verdadero concepto del homo economicus, la racionalidad del consumo basada en la elección óptima y la ración necesaria. Contrariamente, las grandes empresas comerciales han influenciado este concepto y han llevado a la gran mayoría de consumidores al endeudamiento progresivo para solventar sus mayores necesidades básicas, indispensables y superfluas, ratificando así el círculo vicioso.
No podemos volver a la normalidad, porque precisamente lo normal es el problema, como se señala, es necesario volver mejores, menos egoístas, más solidarios, más HUMANOS. Es hora de cambiar esta normalidad, tener una forma de hacer las cosas más humana, menos consumista, más querendona, más abierta a escuchar, a reflexionar, a vivir mejor, a contagiar felicidad, a aprovechar los momentos disponibles, a priorizar los temas humanos, a disfrutar de esas cosas bellas como el arte, las aves, los paisajes, en fin la naturaleza que la estamos destruyendo, porque para cada consumo que hacemos se requieren más y más recursos naturales.
No todo está perdido, algunos colegas han emprendido reflexiones muy serias sobre el futuro del planeta, una de ellas es Kate Raworth, hace más de ocho años inició su lucha contra el consumismo y creo un nuevo modelo sustentable.
Para Kate[2]/ vivimos una fase de consumismo masivo y las sociedades desarrolladas se han vuelto adictas al crecimiento económico. El sistema financiero está diseñado para perseguir la máxima rentabilidad, sometiendo a las empresas a aumentar constantemente sus beneficios, al tiempo que los bancos emiten deuda sistemáticamente, generando intereses que deben pagarse con más y más dinero. Ese círculo vicioso demanda una cantidad ingente de recursos naturales con el objetivo de fabricar los productos necesarios que deben comprar millones de consumidores de todo el planeta. Esto es insostenible. “Ésta obsesión ha generado la mayor desigualdad que haya existido jamás sobre el planeta. La distancia entre el 1% más rico de la población y el 99% restante nunca había sido tan grande. Y esta situación preocupa incluso a los economistas más liberales, ya que el crecimiento depende inevitablemente del consumo”.
Según Kate, “el crecimiento no llega a la gente que lo necesita. Desde los años 80, la liberalización de la economía ha permitido que el retorno sobre el capital crezca más que el propio capital, con el mercado como la fuerza predominante. La victoria de Trump, el Brexit o el auge del populismo son factores relacionados con lo lejos que está la economía de la gente. Las políticas tradicionales exacerban la desigualdad”. La economista londinense propone una nueva manera de pensar la economía del siglo XXI y la simboliza con dos círculos concéntricos cuya forma recuerda a una rosquilla.
Raworth argumenta que “nuestra actividad económica debería desarrollarse en el espacio situado entre una base social y un techo ecológico. En la práctica, esto significa que todo el mundo debe tener acceso a los bienes básicos —comida, vivienda y salud— pero dentro de los medios y recursos disponibles en el planeta. Normalmente hablamos de redistribución de riqueza que ya se encuentra en manos de un grupo pequeño de personas. Esa es la esencia del modelo económico del siglo XX: redistribución de ingresos a posteriori por medio de impuestos progresivos y otros mecanismos. El concepto distributivo del siglo XXI consiste en diseñar nuestras actividades de tal forma que el valor se comparta desde el principio, en vez de redistribuir después. Y no hablo solo de dinero, sino también de tierras, empresas y medios para generar ingresos. ¿Qué va a ocurrir con la propiedad de la tecnología, quiénes serán los propietarios de nuestros robots? ¿Qué hacemos con nuestros conocimientos? ¿No tendría sentido que las ideas innovadoras procedentes de investigación financiada con fondos públicos fueran accesibles para todo el mundo? La esencia del reto, por tanto, consiste en reinventar la forma en que creamos valor en nuestra economía para compartirlo desde el principio.”
Afortunadamente según Kate nada es tiempo perdido, todo es tiempo aprendido por tanto no hay que dejar pasar el tiempo, hay que actuar.
Ecuador tiene la imperiosa necesidad de un cambio radical, un nuevo modelo de desarrollo sustentable. Los Principios fundamentales para visualizar un gobierno con legitimidad propia, estabilidad económica, seguridad jurídica, explotación racional de recursos y sobre todo más humano, incluyendo:
El 30 de agosto de 2020 se difundió la noticia del Acuerdo Nro. 20 entre el Fondo Monetario Internacional y la República de Ecuador, que en resumen tiene dos beneficios importantes:
A los lineamientos de política propuestos el 20 de agosto la respuesta no se hizo esperar, la administración Moreno tiene un poco de recursos que los debe gestionar adecuadamente para enfocar la ayuda a los grupos vulnerables y sembrar la esperanza.
El cambio radical expuesto se fundamenta en el concepto de la Ventaja Colaborativa, que es la forma de crear una ventaja mutua para cada uno de los involucrados con la misma orientación y misión, no en la competencia individual sino colectiva. Si esta vez no cambiamos será difícil tener mejores oportunidades para todos.
[1] / John Ch. Pool y Ross K. LaRoe, 1998. Como comprender los conceptos básicos de la economía, Grupo Norma, página 11.
[2] /Raworth K., (2017) Doughnut Econimics: 7 ways to think like a 21st Century Economist, Chelseagreen Publishing, USA.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
UTPL presenta el Análisis Económico de Ecuador para el Cesla
Aumento del salario: Cara o cruz
Grupos étnicos y facciones religiosas buscan el poder sirio
La falta de respeto
En Loja se fomenta la sostenibilidad en la producción meliponícola