La Comisión Europea adoptará un mecanismo para controlar las exportaciones de vacunas que le permitirá impedir que las compañías farmacéuticas vendan a terceros países dosis producidas en el bloque si no son capaces de cumplir con el reparto prometido a los Estados miembros.
La comisaria de Salud, Stella Kyriakides, anunció a principios de esta semana un régimen de vigilancia en plena escalada de tensiones con AstraZeneca después de que la compañía anunciara que no sería capaz de cumplir el calendario pactado con la Unión Europea para el primer trimestre del año.
Bruselas especifica que el objetivo principal es aumentar la transparencia y niega que persiga bloquear la exportación de vacunas fuera del bloque comunitario. Esta medida de emergencia entraría en vigor inmediatamente y será aplicable durante el primer trimestre del año, aunque podrá ser renovada si los problemas persisten.
“Esto no habría que hacerlo en un mundo ideal, pero hemos visto que no todo funciona bien”, han argumentado las mismas fuentes. El Ejecutivo comunitario justifica este sistema por la necesidad de controlar cuántas dosis producidas en plantas europeas salen de Europa y también para rendir cuentas al contribuyente europeo, cuyo dinero ha sido utilizado para reservar unidades de la vacuna durante los últimos meses.
La Unión Europea obligará a las compañías farmacéuticas de cada país a informar a las autoridades nacionales de aduanas sobre su intención de exportar vacunas a un tercero. En esta solicitud tendrán que especificar cuántas dosis se venderán, dónde han sido producidas y a quién se envían. En el inicio de la crisis el club adoptó una medida similar para evitar la salida de equipos de protección personal.
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