En tiempos del coronavirus, se ha destacado la importancia de la agricultura urbana y periurbana AUP como una estrategia para el desarrollo sostenible de las ciudades, lo que se articula de forma asertiva con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en la Agenda 2030, así como también, los criterios de que la evolución de la agricultura pasa de lo muscular a lo cerebral, empleando la tecnología y capitalizándola en favor de escenarios que resulten más ventajoso para productores y consumidores.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha promovido la soberanía y seguridad alimentaria sobre todo en aquellas poblaciones con poco acceso a los recursos o que se encuentren en situaciones de riesgo por escasez de los mismos, como agua, tierra, insumos, tecnología o dinero circulante, principalmente para paliar los efectos de desastres naturales, plagas y enfermedades, desertificación y deforestación. Hoy no es la excepción, ya que los efectos que ya se sienten en el mundo, sobre todo en la post pandemia, en países como el Ecuador, tendrá repercusiones importantes para el diario vivir.
La cuarentena declarada a nivel global como medida de seguridad sanitaria en los diferentes países para enfrentar el contagio y diseminación del coronavirus, nos ha obligado a permanecer en nuestras casas, lo que ha implicado reducir nuestras actividades al teletrabajo, telestudio y entretenimiento por los medios virtuales y convivencias familiares luego de realizar las labores domésticas; entre ellas se ha optado por la Agricultura Urbana, el Huerto Urbano, en patios y traspatios verdes, los balcones floridos y las terrazas ajardinadas. Cuando se quiere se puede, basta emplear un espacio de la casa para dedicarlo a la producción de vegetales u hortalizas de consumo fresco, hierbas (yerbas) medicinales, aromáticas y de condimento, al igual que hongos, peces, aves y pequeños animales como cuyes y conejos; y en zonas periurbanas (alrededor de las ciudades), cerdos, ovejas, cabras e inclusive bovinos lecheros, principalmente.
Las ordenanzas municipales prohíben la crianza de animales de abasto (para la producción de huevos, carne y leche) dentro de las ciudades (urbanas), por lo que se deben respetar y seguir las normas de bioseguridad, puesto que una de las particularidades de la AUP es su versatilidad y adaptación a las condiciones y situaciones que los espacios citadinos le permiten. Por otra parte, la nueva ruralidad hace que las fronteras y límites urbanos se vayan haciendo imperceptibles entre lo urbano, periurbano y rural, sobre todo en las ciudades más pequeñas. Así, fácilmente podemos empezar un huerto en nuestras casas, esté donde sea (ciudad, playa, campo o montaña).
El concepto moderno de ahora en adelante sería “TU CASA – TU HUERTO” ya que te puedes dedicar al cultivo de vegetales en el hogar con técnicas agroecológicas, promoción del reciclaje, empoderamiento social, fomento del núcleo familiar, mejoramiento de la nutrición y la terapéutica, ahorro en la economía doméstica y protección ambiental. Uno de los primeros elementos es realizar un listado de los alimentos verdes de nuestra preferencia en la cultura alimentaria familiar, siendo importante considerar las opiniones de todos los miembros de la casa a fin de que se sientan integrados en el emprendimiento productivo. Se integran ahora a ese listado los vegetales que están siendo asociados a las terapias contra las afectaciones respiratorias: ajo, cebollas (varios tipos), cebollines, jengibre, hierba Luisa, toronjil, rábano, seguido de aquellas hortalizas para los jugos descontaminantes y las ensaladas; lechuga, tomate, pimiento, pepino, zuchini, y finalizada por las yerbas para condimentar nuestras comidas: romero, hierba buena, apio, cilantro (hierbita o culantro), albahaca, orégano (hoja pequeña), oreganón (hoja gruesa), entre otros.
Luego de que se ha realizado la lista de las diferentes especies hortícolas (productos alimenticios), se debe revisar información relevante, confiable y acreditada de buena fuente para documentarse detalladamente sobre las características, necesidades y manejo que se le debe dar a las plantas, ya que cada una de ellas al igual que todos los seres vivos, tenemos necesidades para desarrollarnos de la mejor manera y producir, unos con más recursos y otros menos demandantes de la interacción con los elementos de la naturaleza: agua, luz solar, sustrato, macro y micro minerales y potenciales asociaciones entre las plantas compañeras o antagónicas (alelopatía).
Ahora, es tiempo de verificar en nuestra vivienda la trayectoria que describe el sol que ingresa por la mañana (este) y se oculta en la tarde (oeste), la cual nos permitirá ubicar la implantación del jardín, las macetas, los contenedores y el prototipo de sistema que tengamos en mente diseñar; a mano alzada haremos un dibujo preliminar de nuestro huerto, distribuyendo los espacios para las plantas conforme lo indica la literatura que hemos revisado previamente, la que nos señalará los cuidados de cada planta; claro está que por una generalidad las hortalizas de consumo fresco requieren un sustrato (natural o artificial) que sea suelto, que tenga buena cantidad de materia orgánica (humus), arena, arcilla, un riego frecuente y ubicación de buena exposición a la luz. Algunas hortalizas por lo pequeño de sus semillas, requieren ser sembradas en semilleros previos, ello facilitará el manejo durante sus primeros estadíos, por lo que dispondremos del lugar adecuado y luego de los cuidados (3 a 4 semanas) las plantaremos en el sitio definitivo.
Resulta importante seleccionar según la especie a sembrar, la profundidad del “contenedor” (maceta, macetero, caja, cajón, cajoneta, tarro, balde, bolsa, cartones tetra pack, botellas o botellones plásticos, entre otros elementos reciclados), ya que de ello dependerá del grado de desarrollo radicular de cada planta. En todo los casos, deberán tener perforaciones para drenar el exceso de agua de riego o lluvia según el caso. La ubicación de los contenedores una vez definida, se deberá considerar la siembra de los semilleros, los cuales pueden ser de las cubetas (cartón, icopor o celuloide) en las que vienen los huevos, haciéndoles un agujero en cada alveolo para el drenaje de agua. Transcurridos los días que indican los manuales, se procederá al trasplante a las macetas definitivas para el completo desarrollo de su ciclo y producción esperada.
Especial atención lo tiene el abastecimiento de semillas, que en lo posible, lo debemos hacer reciclando los mismos productos alimenticios, ya que se puede obtener del rebrote del tallo y de raíces de algunas especies tales como: lechuga, apio, ajo, cebolla, nabo, zanahoria, remolacha, cilantro, entre otras y de la provisión de las semillas de los mismos frutos, como algunas variedades de tomate. pimiento, pepino, melón, sandía, albahaca, así como también, por división de plantas o tallos, se pueden reproducir hierba luisa, orégano, toronjil, mentha, romero, piña, yuca y granos como frejol, judías, guisantes, habas y otros. También se pueden adquirir semillas y plantines en el comercio especializado, aunque algunas hortalizas solo pueden ser sembradas una sola vez, ya que proceden de semillas de variedades híbridas mejoradas y cuya réplica o reciclaje resulta de menor desempeño y en algunos casos estéril.
Cada “agricultor urbano” deberá ir generando por experiencia propia su vivencia, la cual documentará en su libro diario, registrando fecha de siembra directa e indirecta (semilleros) y trasplante, lugares de provisión de semilla, y sobre todo, el momento en que pudiesen aparecer las plagas y enfermedades, a las que se deberá hacer el monitoreo y seguimiento permanente para de forma inmediata aplicar los compuestos botánicos (biocidas), cuyas fórmulas se pueden encontrar en los manuales de manejo de huertos que hemos consultado previamente. Se debe recordar que el uso de sustratos y abonos orgánicos y biocidas botánicos debe ser permanente y que las labores culturales de siembra, trasplante, abonamiento, poda, tutoreo y reproducción de las plantas son influenciados cosmodinámicamente por las fases lunares (acciones sobre líquidos corporales), o que facilitará o coondicionará determinadas prácticas de manejo con nuestras plantas.
La agricultura urbana emplea un abordaje agroecológico, amigable con el ambiente que permite la consecución de alimentos sanos e innocuos para el consumo humano, por lo dicho modelo productivo, no tiene recetas, sino que es la resultante del diálogo de saberes ancestral-cultural y el científico-técnico de praxis vivencial-casuística, puesto que cada agricultor urbano diseñará su prototipo de trabajo que lo irá compartiendo entre su entorno familiar, comunitario y generacional.
Es evidente que el modelo de agricultura urbana ya está presente en las grandes urbes de Ecuador para ser adoptado y adaptado a las realidades situacionales de cada habitante, recordando que … el hambre no es solo para un día … y que el aprender a producir tus propios alimentos es similar a generar tu propia fábrica de papel moneda. El compromiso como ser humano, ecuatoriano, descendiente de ancestros montuvios, padre de familia, profesional agropecuario, educador y formador de juventudes universitarias se evidencia, permanentemente, en el ejercicio del proverbio chino: “enséñale a pescar y tendrá alimento para toda su vida”.
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