La construcción del sistema de transporte aerosuspendido (Aerovía) ya es una realidad y comenzará a operar en Guayaquil desde este 21 de diciembre. Es una de las obras más emblemáticas de la ciudad que reduce el tiempo de movilidad de Guayaquil a Durán de 45 minutos a menos de 20 minutos y estará operativa desde las 05:00 hasta las 23:00 de lunes a domingo.
Cada cabina tiene luz, un botón de pánico, un interfono y una cámara. En el sistema existen casi 300 cámaras entre cabinas y estaciones. Todo el sistema Aerovía estará constantemente monitoreado, desde un cuarto de operación donde se vigilará que todo esté en orden y así garantizar la seguridad de los usuarios.
La proyección es trasladar 40 mil personas entre Guayaquil y Durán cada día, con un sistema que contará con 154 cabinas y cinco estaciones, según el contrato de alianza estratégica suscrito entre la Municipalidad de Guayaquil, la Autoridad de Tránsito Municipal y el Consorcio Poma-Sofratesa.
Todos los buses que trasladen a los usuarios a la Aerovía van a estar dotados con una validadora, que es una máquina que permite al usuario pasar la tarjeta del sistema de movilidad y poder utilizar el bus más la Aerovía por 70 centavos.
El sistema de Aerovía cumplirá con las políticas de bioseguridad dispuestas por el Comité de Operaciones de Emergencia cantonal como el 50 por ciento de aforo. Si la cabina tiene diez personas sentadas de capacidad máxima, solo podrán subirse cinco. La cabina tiene ventilación en tres de las cuatro caras.
Un proyecto similar intentó hacerse en Quito, pero pudo más la oposición de ciertos sectores que creían que se invadía su privacidad que un sistema de movilidad más ágil para servir a miles de personas, sobre todo de los barrios altos de la ciudad.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
La IA marca una nueva era en los procesos editoriales
Unos suben en ascensor panorámico veloz y otros en escaleras espinosas lentas
Entrevista: ‘Incremar impulsa su crecimiento con la plataforma Ecuador Agroalimentario’
Mente positiva
ENTREVISTA: Energía sostenible: el futuro empieza en casa