La prevención es sin duda alguna, la mejor manera de evitar el contagio de Covid-19 y su propagación. La campaña #YoMeCuido impulsada por el Gobierno Nacional, motiva el compromiso personal de cuidado en la población, sin embargo, se necesita cierta disciplina y corresponsabilidad para cumplir adecuadamente con esta premisa, características que no se acoplan en su totalidad a nuestra sociedad. Cabe destacar, que el análisis de esta problemática, no debe hacerse sobre una parte de la población que requiere y necesita movilizarse, para el desarrollo de sus actividades laborales y respeta las medidas de bioseguridad, sino, a otra parte de la población que descuida dichas medidas generalmente en situaciones de distracción y esparcimiento, la cuáles son consideradas de mayor riesgo.
Varios estudios demuestran que el contagio se produce, en mayor proporción, en reuniones familiares, debido a que no se respeta el distanciamiento establecido más aún cuando se realizan en lugares cerrados o con poca ventilación, también se descuida el uso de la mascarilla al generarse un ‘exceso de optimismo’, que es una tendencia a subestimar la probabilidad de que nos sucedan eventos negativos. Las estadísticas indican un gran número de pacientes asintomáticos, las medidas básicas como el uso de la mascarilla y el lavado de manos, podrían evitar el contagio inminente de las personas dentro del núcleo familiar. De acuerdo a las investigaciones, en los lugares abiertos y ventilados hay un riesgo bajo de contagio, sin embargo, el uso de la mascarilla ha sido y sigue siendo desde un inicio la medida más importante, acompañada del lavado de manos.
Algunos estudios descartan que el virus pueda ser transmitido a través de la ropa o el cabello, según estos estudios basados en aerodinámica la partícula es tan pequeña que al movernos o desplazarnos, esta se moverá alrededor de nuestro cuerpo y ropa sin adherirse a ella. Sin embargo, debido a la permanencia del virus en superficies duras como el metal o plástico (alrededor de tres días) y cartón (24 horas) es importante la desinfección de las superficies que se manipulan con frecuencia, en especial en lugares muy concurridos. Otros estudios señalan, el grado de contagio en diferentes situaciones, por ejemplo, al espirar, cantar, toser y estornudar, se conoce la fuerza con la que se desprenden las partículas del virus y se realizan comparaciones entre lugares abiertos y cerrados o poco ventilados, estas investigaciones permiten determinar las medidas adecuadas en los distintos escenarios, por otro lado, se debe analizar la vulnerabilidad de las personas y otros factores de riesgo para el contagio, en cualquiera de los casos, el uso de la mascarilla se establece como el único y principal mecanismo de barrera para evitar la propagación del virus.
Se han definido algunas actividades y lugares como de menor o mayor riesgo de contagio. Por ejemplo, es bajo en actividades como el paseo de una mascota, ir en bicicleta o hacer un pic-nic, es decir en lugares abiertos o ventilados, utilizando la mascarilla y el distanciamiento social, determinado en 1.5 metros. El riesgo es medio en actividades como movilizarse en un taxi, ir a un consultorio médico o al dentista. Mientras que se considera un riesgo alto las fiestas, actividades en bares, el desplazarse en autobús, los deportes de contacto, es decir todos los lugares cerrados, con mucha afluencia de personas y que no permitan el distanciamiento entre las mismas.
Esta situación nos ha dejado algunas formas y hábitos que se podrían mantener a largo plazo, como por ejemplo dejar el calzado en la puerta, ya que es claro que se adhieren algunos microorganismos al salir de casa, de hecho, esta costumbre se lleva y se mantiene en algunos países de Europa y Asia, sin embargo, no hay evidencia que afirme que el virus se pueda quedar en los zapatos en actividades cotidianas y pueda provocar un contagio. Las recomendaciones se orientan, además, a establecer lugares específicos en casa, en donde se pueda colocar la mascarilla, el bolso, las llaves y otros objetos, luego de rociarlos con alcohol e inmediatamente lavarse las manos con agua y jabón. Estas medidas se deben aplicar mientras se descartan o confirman nuevos estudios con respecto al virus y su transmisión. Al salir, lo adecuado es llevar alcohol o gel para desinfectar las manos, el dinero u objetos que han sido manipulados anteriormente. Primero hay que desinfectar y luego guardar.
El alcohol al 70% es hasta el momento, el elemento más adecuado para la desinfección frente al virus SARS-Cov2 ese porcentaje es suficiente para destruir e inactivar esta partícula, formada por una bicapa lipídica y una única cadena de ARN. Al inicio de la pandemia se abusó del uso de los desinfectantes e incluso se mezclaron entre ellos, como en el caso del cloro y el amoniaco, con el riesgo de generar gases tóxicos dañinos para la salud. Para la desinfección también se puede utilizar hipoclorito de sodio al 0,1% y agua, que no sólo elimina el virus, sino también las bacterias y otros microorganismos.
Se acercan las fiestas de diciembre, con todos los antecedentes mencionados, se debe tratar de evitar las reuniones sociales, si no es posible evitar estar en contacto con otras personas, se lo debe hacer con todas las medidas mencionadas anteriormente. Estas medidas siguen siendo necesarias y el problema radica en la falta de su cumplimiento. A pesar de que se han anunciado en estos días algunas vacunas contra el nuevo coronavirus, al respecto, hay muchos aspectos por definirse aún, por ejemplo, cómo sería la producción masiva de estas vacunas, la logística de transporte a los distintos países y la inmunidad que genere la vacuna en las personas; mientras tanto, la emergencia persiste y debemos seguir aplicando todas las medidas que sean necesarias, sobre todo, frente al comportamiento del virus en países de Europa, que ya experimentan un incremento en los contagios que ha llevado nuevamente a la toma de decisiones por parte de las autoridades de salud, que eviten el incremento de las estadísticas de muertes a causa de esta enfermedad.
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