La carrera para convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos prosigue a medida que avanza el escrutinio en los estados que aún permanecen en disputa, en una espera marcada por las llamadas a “contar el último voto” por parte del demócrata Joe Bideny las demandas de Donald Trump para detener el recuento.
Ambos candidatos pugnan papeleta a papeleta en un escrutinio ajustadísimo para conseguir los 270 votos electorales necesarios para proclamarse ganador. De quién gane las elecciones de Estados Unidos 2020 dependerá el futuro de la superpotencia en los próximos cuatro años.
De acuerdo a los resultados, el más próximo a ganar las elecciones es Biden. Hay ciertos estados en los que todavía no se los conoce porque en muchos de ellos se aplicó el voto por correo, que está autorizado dentro de la Ley americana. Normalmente lo hacen quienes por tener alguna enfermedad, no pueden ir a votar, pero en este caso lo han utilizado muchos ciudadanos norteamericanos a causa de la pandemia del coronavirus.
Pero este año, debido al volumen masivo del voto postal, el recuento ha tomado más tiempo, sobre todo porque algunos estados clave no permitieron que se inicie el conteo de estos votos por correo, antes del día de las elecciones. Esos votos son los que faltan de contabilizar.
Estas elecciones han tenido dos conflictos: el primero es la polarización de la sociedad norteamericana. El presidente Donald Trump con el discurso divisionista ha polarizado a la población estadounidense, lo cual es negativo e inaceptable. Lo segundo, es que antes de la elección ya señalaba que iba a existir fraude, poniendo en duda la elección presidencial, algo que nunca ha existido en los Estados Unidos, porque siempre se ha respetado la elección.
Por el tema de quién pueda ser el ganador han surgido protestas y el riesgo está porque el presidente Trump, con un discurso encendido, ha polarizado a la población. Desde el día de la elección la ciudades estaban llenas de policías, lo que se espera es que esto no pase a algo mayor y que el pueblo norteamericano, donde se respetan las instituciones, reconozcan al ganador que de acuerdo a las estadísticas parece que es el demócrata Biden.
Incluso funcionarios electorales de varios estados se muestran preocupados por la seguridad de su personal, en medio de una corriente de amenazas y congregaciones de manifestantes furiosos fuera de sus dependencias, impulsados por las afirmaciones infundadas del presidente Trump sobre fraude generalizado en la carrera por la Casa Blanca. Aunque las protestas no han sido violentas ni muy grandes, los funcionarios locales se inquietaron por las multitudes, alarmados por las incesantes acusaciones.
De acuerdo a las declaraciones del presidente Trump, si gana Biden no reconocerá los resultados y apelará ante la Corte Suprema de Justicia, esta actitud difiere de los anteriores candidatos por ejemplo el senador Kerry, felicitó al Presidente Bush, pese a que faltaban terminar los escrutinios en Ohio. Kerry aceptó la derrota pues los votos que faltaban de escrutar no podían descontar la ventaja alcanzada por su contrincante en ese Estado. Es posible que el Presidente Trump actúe igual de acuerdo con la lección de honor democrático que hizo el senador Kerry.
Hasta la fecha, la elección del año 2000 es la única que se decidió en la Corte Suprema, cuando George Bush superó a Al Gore. Fue una carrera muy ajustada entre el demócrata Gore y el republicano Bush. El día de la elección, Al Gore ganó el voto popular, pero la situación estuvo más reñida en el colegio electoral. Todo dependía de los 25 votos electorales de Florida. La contienda fue lo suficientemente apretada como para dar lugar a un recuento de votos. El equipo de Gore pidió el recuento a mano en cuatro condados, a lo cual la campaña de Bush respondió con una apelación. Semanas más tarde, la Corte Suprema falló en favor de Bush 5-4. Gore concedió y Bush asumió el liderazgo de la Casa Blanca.
En esta ocasión, lo mejor que podría hacer Donald Trump es reconocer el triunfo de Biden si ese sería el caso, porque en los Estados Unidos siempre ha habido un respeto a la institucionalidad.
Sea quien fuere el ganador, es importante la relación en primer lugar con América Latina porque es un socio natural de los Estados Unidos y en su agenda política internacional deberían constar esta región y el Ecuador, particularmente.
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