El viento puede llegar a transportar a la ceniza volcánica entre 9000 km o incluso más

martes, septiembre 29, 2020

Los peligros de la caída de ceniza van más allá de afectaciones a la salud de personas, pero también a actividades agrícolas, animales, infraestructuras, centrales eléctricas, equipos eléctricos y de comunicación, medios de transporte y fuentes de suministro de agua

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El Sangay es un volcán muy activo desde mayo del 2019. Es cierto que, en esta ocasión la actividad tuvo un incremento significativo en su nivel de actividad eruptiva. Desde el 19 de septiembre de 2020 la erupción de ceniza ha afectado a varios cantones como Alausí, Chunchi, Guamote, Cumandá, Pallatanga, en la provincia de Chimborazo, cantón Chillanes en la provincia de Bolívar. Además, otros como, Yaguachi, Milagro, General Elizalde (Bucay), Alfredo Baquerizo Moreno, Simón Bolívar entre otros de la provincia del Guayas; los cantones de Baba, Babahoyo, Urdaneta y Vinces en la provincia de Los Ríos, y otros sectores de la provincia de Morona Santiago y Santa Elena, estas dos últimas en menor cantidad. El hecho que esta erupción haya alcanzado a afectar a tal número de cantones; se debe a la fuerte magnitud que tuvo. La columna de emisión alcanzó los 10 km sobre el nivel del cráter; esto sumado a la capacidad del viento para transportarla, está comprobado que el viento puede llegar a transportar a la ceniza volcánica entre 9000 km o incluso más.  Los sectores con mayor grado de afectaciones por el material volcánico son aquellos ubicados en dirección occidente-suroccidente.

La ceniza volcánica ocasiona impactos significativos en cultivos especialmente pastizales. Algunas de las afectaciones físicas como la acumulación de ceniza en las hojas, el hundimiento parcial del suelo, la rotura de los tallos o ramas son algunas que previenen procesos naturales de plantas como la fotosíntesis, transpiración, retención de agua, entre otros. En conjunto, esto conduce a la pérdida total o parcial de las cosechas.

Además de ello, la lluvia en interacción con el gas volcánico dentro de la columna de ceniza da lugar a la formación de compuestos ácidos fuertes que a su vez se convierten en lluvia ácida, persistente inclusive hasta después de haber concluido la caída de ceniza. Cuando la lluvia ácida cae sobre plantas afecta la superficie de estas, así como su capacidad de hidratación a través del suelo ya que este se erosiona, perdiendo su fertilidad para dar soporte a la vegetación.

Correcto, el volcán está siendo monitoreado constantemente por el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI). A partir del trabajo realizado en dichos institutos es posible identificar el aumento de movimientos telúricos, erupción de gases, ceniza o lava de los volcanes. Sin embargo, en base a revisión bibliográfica se puede decir que no es posible prevenir erupciones volcánicas, pero, por el contrario, si se puede estar preparados para las mismas.

Personas que viven cerca de volcanes activos deben tener listo siempre un kit de emergencia que incluya gafas de seguridad, una máscara, una linterna y una radio en buen estado que funcione con pilas. Reconocer la importancia de informarse a través de redes oficiales de las instituciones como el IG, Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, ECU-911. Seguir las instrucciones de las mismas instituciones en caso de evacuación y a través de las rutas de evacuación designadas. Evitar estar cerca de ríos o regiones bajas, y en caso de no ser evacuado cerrar y bloquear puertas, ventanas, chimeneas u otros puntos de ventilación para evitar el ingreso de ceniza.

Los peligros de la caída de ceniza van más allá de afectaciones a la salud de personas, pero también a actividades agrícolas, animales, infraestructuras, centrales eléctricas, equipos eléctricos y de comunicación, medios de transporte y fuentes de suministro de agua.

Por ejemplo, a los interiores de edificios y hogares, las cenizas pueden causar afectaciones a sistemas de ventilación. Externamente, la acumulación de ceniza en los techos reduce la capacidad de drenaje, bloquea cañerías y canaletas provocando inundaciones debido a su difícil limpieza.

En cuanto al transporte, la caída de ceniza reduce notablemente la visibilidad de las carreteras, las vías se vuelven resbaladizas. Todos los medios ya sean terrestres, aéreos o marítimos por defecto deben limpiarse antes de volver a proporcionar sus servicios.

La acumulación de cenizas puede sobrecargar las líneas eléctricas, los postes débiles, las estructuras ligeras, y provocar la caída adicional de árboles sobre las líneas, conduciendo a la pérdida generalizada de electricidad.

Entre los cambios registrados por técnicos del Municipio de Morona, Ministerio de Ambiente y Agua, Servicio de Gestión de Riesgos y Emergencia, del ECU 911-se han mencionado cambios en la cuenca hidrográfica de los ríos Volcán y Upano debido al arrastre y represamiento de materiales.

A nivel agrícola, a más de los impactos mencionados a la vegetación, los animales que comiencen pastos contaminados con cenizas pueden sufrir y morir a causa de obstrucciones gastrointestinales; o debido a la escasez de alimentos y agua no contaminados. Los animales también son susceptibles a afectaciones respiratorias y oculares. Por lo tanto, para prevenir impactos negativos en la salud y vida animal, se puede limpiar en gran mayoría el pasto, o recurrir a suplementos alimenticios en cuanto la economía de los agricultores lo permitan.

De ninguna manera se debe intentar limpiar los cultivos con agua y aplicando deficientes métodos de riego puesto que la ceniza se impregna con mayor adherencia a la vegetación. Se podría recurrir a sistemas de riego por aspersión después de intentar eliminar cierta cantidad de ceniza con escobas.

Obviamente la inhalación de ceniza volcánica puede ser perjudicial para la salud humana, debido a los aerosoles nocivos y gases venenosos que componen la ceniza, y a su vez producen problemas respiratorios, oculares e irritación de la piel. Entre los síntomas más comunes se destacan a corto plazo se distinguen: dolores de garganta, falta de aire, posiblemente bronquitis, conjuntivitis, picazones, alergias en la piel. Actualmente, en tiempos de pandemia, los síntomas de afecciones pulmonares pueden también ser confundidos por aquellos causados por el covid-19.

Para mitigar estos impactos, se requiere aún más potenciar el uso de ropa que cubra todo el cuerpo completamente, mascarillas, gafas y gorras. Evitar tocarse el rostro (piel y ojos) para prevenir rasgar la piel o córnea. La ceniza en el cabello debe retirarse cepillándolo varias veces y después lavarlo.

En general, es necesario tener en cuenta que el tiempo y el esfuerzo necesarios para retirar y eliminar las cenizas dependen de la profundidad y extensión aérea de los depósitos. Por lo tanto, las operaciones de limpieza pueden durar de semanas a meses hasta completarse. Existen factores imprescindibles que prolongarán estas actividades como la caída de ceniza adicional, vientos fuertes, personal afectado, maquinaria desgastada por abrasiones gastadas, etc.

El aumento de niveles de precipitación ha provocado el incremento de caudal en el ríos, Upano y Volcán, que resulta en el arrastre de una cantidad significativa de materiales de las emisiones del volcán. Dependiendo de la cantidad de ceniza, precipitación y pendientes, la ceniza, rocas flojas, y otros escombros mezclada con la lluvia pueden transportarse y depositarse en áreas extensas. Estos flujos que se conocen como lahares tendrán aspecto de cierta manera similar a masa de hormigón húmedo, entre las consecuencias que pueden causar es la destrucción de varios hogares y la limpieza indispensable de gran cantidad de sedimentos.

Efectivamente, los gases y las partículas de ceniza arrojados a la atmósfera durante las erupciones volcánicas influyen en el clima. Su incidencia en el ambiente podría provocar disminución de temperatura en la tropósfera. El efecto de enfriamiento suele ser inferior a 1 °C. Este cambio puede tener una durabilidad variada de meses o años dependiendo de las características de la erupción.

Actualmente existe una carrera en Gestión de Riesgos y Desastres, en modalidad abierta y a distancia. Todas aquellas personas interesadas en seguir esta carrera después de un periodo de 4 años obtendrán su título de Licenciado/a en Gestión de Riesgos y Desastres. Al culminar este tiempo, los profesionales formados tendrán la experiencia y conocimiento suficiente para monitorear e identificar amenazas y vulnerabilidades, en el diseño y ejecución de planes enfocados a la prevención y reducción de riesgos y desastres, y en el manejo de emergencias. Adicional a ello, los profesionales podrán brindar soluciones a problemas que atentan contra la salud e integridad de las personas, de manera que la recuperación a amenazas causadas por el medio ambiente sea sostenible y garantice el bienestar socioambiental.

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