<<Guayaquil, Loja, Lago Agrio y Calvas pasan a amarillo esta semana. Casi 40 prefecturas, municipios y gobiernos parroquiales son investigados por Contraloría. Marchan en Quito contra cambios laborales aprobados en la ley Humanitaria. Maestros anuncian movilizaciones por retraso de sueldos y aumento de carga laboral. Conaie declara ‘persona no grata’ al legislador Eddy Peñafiel y pide que la justicia indígena lo investigue. Pobladores de una populosa comuna en el sur de Santiago se enfrentaron el lunes con policías en protesta por la falta de alimentos y trabajo debido a la crisis provocada por el coronavirus>>.
Son solo algunos de los titulares de la prensa en el día a día. El mundo ni sus actores cambian, pese a que el mundo cambió. Hay una nueva realidad no asimilada todavía. Donald Trump, por ejemplo, vuelve a su guerra con China por los aranceles. La OMS dicta reglas generales para todos los países como si no conociera la distintas realidades de los países.
En Ecuador, la campaña sistemática del correísmo para minar al Gobierno se mantiene intacta, hasta con más inversiones en sus medios digitales, con un expresidente prófugo de la justicia que tiene agenda en medios todos los días. ¿Quién costea todos esos gastos? ¿De dónde salen tantos recursos?. Una agenda sin eco que da vueltas en el círculo de sus allegados, de sus medios digitales, tal vez los únicos prósperos en esta crisis con recursos que nadie sabe de dónde salen.
La llamada izquierda llama a la calles como única solución a una crisis global. Paro indefinido ha comenzado a circular en las redes montadas por el correísmo. ¿Paro indefinido para qué? Si el mundo está paralizado. Si la economía está paralizada.
Nada pasa y nada debe tocarse. Las empresas públicas que trabajan a pérdida deben mantenerse. El aparato burocrático montado por el anterior Gobierno es intocable. ¿Y los recursos de dónde salen? Que se cobre las cuentas a los millonarios es el eslogan. Quitar al rico para dar al pobre como si la riqueza se creara por generación espontánea. Al menos el tema de la nacionalización de las telefónicas ya ha salido de ese discurso porque en la actualidad multimedia ni siquiera son un negocio. Telefónica buscó deshacerse de sus filiales en América Latina.
¿Quién compraría CNT si el fuerte de su negocio, la telefonía fija, es obsoleto?
Hay un discurso que está mucho más obsoleto, el que busca solucionarlo todo con una retórica populista. Y se mantiene activo con sus noticias falsas para evitar órdenes judiciales. Su único fin. El país en este momento necesita consensos, diálogos, no monólogos ni salvadores que apelan al retorcido socialismo del siglo I.
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