En este mes el equipo de la revista Se acabó la tinta, ha retomado sus actividades para el lanzamiento de esta nueva edición; debido al confinamiento obligatorio a causa del Covid-19 se pararon las actividades desde el 16 de marzo, después de un previo lanzamiento realizado en febrero.
Nuevas personas se han integrado al equipo de la revista, docentes de arquitectura y de artes; además de Carlos Heredia, gestor cultural y artista visual de la ciudad de Cuenca. En esta nueva edición se ha cambiado el sistema de selección y se ha apostado un gran cambio en el contenido y su estructura.
La revista, hasta antes de la emergencia sanitaria, era distribuida de forma impresa, pero por esta situación compleja causada por el coronavirus se tomó la decisión de que sea en su totalidad digital. Para este nuevo formato de visualización se empezó a trabajar en un ISBN digital. Estamos por concluir el sitio web seacabolatinta.utpl.edu.ec, es un sitio oficial en el que se subirán las ediciones anteriores y las nuevas bases para esta edición.
Otro cambio importante es la recepción de los trabajos; antes se recibía de manera individual y esporádica proyectos sueltos de estudiantes que se animaban a participar; obras individuales de artistas que consideraban tener un trabajo listo para su publicación, ahora esa fase ha tomado un giro más profesional.
La revista ha sido dividida en tres categorías. La de investigación recoge artículos, ensayos, diálogos y reseñas tanto de artes visuales como de arquitectura. Esta sección se llama Espacio y convivencia, aprender a vivir juntos. La segunda área se llama Creación, producción y exhibición artística, dirigida a artistas emergentes, docentes artistas o docentes independientes, colectivos, arquitectos, creativos en general que ofrezcan una propuesta sólida con un portafolio de su trabajo artístico. Y la tercera sección se llama Proyectos arquitectónicos, donde se recogen proyectos sobre propuestas de arquitectura del urbanismo basados en la situación actual y enfocadas en el espacio social. Estas tres áreas serían como el eje fundamental que direccionarían la revista.
Antes de la pandemia ya habíamos pensado desde la sexta edición cambiar el formato a digital con el fin de conectarnos más con el colectivo en general, además ocupar ese presupuesto que teníamos para impresión y destinarles a workshops, a entrevistas con artista invitados para que la revista se convierta en un medio de enseñanza y aprendizaje. Ahora con todo lo ocurrido en el país y el mundo evidentemente no será posible ejecutar todas estas estrategias de workshops, convivencias o talleres en la universidad o en algún centro cultural. La idea sería usar el medio digital para desarrollar estos proyectos.
Las artes manejan algo interesante con respecto a la forma de dialogar que tenemos con el público; en estas áreas existe una comunicación muy importante con los artistas en general, sin embargo, no deja de ser una revista abierta para que gente de otras profesiones o de otros intereses puedan apreciar el trabajo desarrollado.
Una de las cosas importantes también ha sido buscar aliados que colaboren con los diferentes frentes, mirar nuevas perspectivas de la revista; ventajosamente es un equipo bastante fluido y que se ha acoplado a las circunstancias.
Este contenido es gratuito. La revista es financiada por la UTPL y la gente puede descargarse el contenido. Sí es importante hacer una referencia sobre el origen del material no solo porque sea un producto de la UTPL si no por la autoría de las personas que colaboras. No buscamos una retribución económica, sino generar un aporte a la cultura, las artes y la arquitectura.
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