Sin duda este tiempo de confinamiento a causa de la emergencia sanitaria COVID 19, nos brinda la oportunidad de regresar al centro de nuestra realidad: “La familia” dependerá de nosotros hacer de esta experiencia una oportunidad para fortalecer nuestro vínculo familiar a través de una convivencia sana y equilibrada.
Quedarse en casa demanda mucho esfuerzo, entrega, dedicación y sobretodo amor. El teletrabajo, acompañamiento académico de los hijos, actividades del hogar (limpieza, alimentación, provisión de alimentos, entre otras) sumado al desasosiego propio de la emergencia sanitaria, pueden provocar inestabilidad emocional y un inadecuado manejo de emociones. Es por ello recomendable reorganizar nuestra rutina y motivar a cada integrante de la familia a participar de esta iniciativa.
Estos momentos difíciles son grandes oportunidades de aprendizaje. Para los niños, es importante proporcionar información de acuerdo a su edad acompañada de una pequeña explicación y reflexión si fuera el caso. No podemos saturarlos de información, se deberá utilizar un vocabulario adecuado para que comprendan la situación de emergencia, a fin de generar conciencia de lo importante que es: “quedarnos en casa”, como medida preventiva y protección a la familia.
Uno de los principales problemas sociales que actualmente están afectando a las familias es el incremento de casos de violencia intrafamiliar, posiblemente este problema se dé a causa del estado preocupación y tensión que actualmente aquejan a las familias por el estado de emergencia, sumado a la falta de comunicación y el hecho que hemos estado alejados de nuestro entorno familiar debido al trabajo y ahora, frente a esta situación de convivencia extrema, nuevamente volvemos a reencontrarnos y no sabemos cómo afrontarlo.
Frente a esta situación lo recomendable es mantener la calma, asumir esta nueva experiencia de vida con generosidad, aceptación, paciencia, donación y empatía. Estamos seguros que luego de este tiempo de confinamiento, nuestras familias saldrán fortalecidas, comprometidas y conectadas.
Dentro del contexto cotidiano será importante crear nuevas rutinas en función a las necesidades de la familia. Estas rutinas deberán incluir actividades como cuidado personal, avances académicos y laborales, alimentación, y tiempo de diversión.
Debemos cuidar nuestro estado emocional y el de nuestras familias, mantener un equilibrio entre las actividades laborales y familiares. El teletrabajo se convirtió en una de las herramientas que nos facilita a los trabajadores de instituciones privadas o públicas a seguir contribuyendo con el desarrollo de las empresas, sin embargo, debemos ser conscientes que nuestras familias también nos necesitan. En el caso de los padres hemos tenido que asumir la responsabilidad de la formación académica para nuestros pequeños.
La información que circula a través de las redes sociales puede llegar a causar una conmoción a nivel de los pilares más importantes de la casa, los padres de familia, todo esto se debe a la sobreinformación por el uso excesivo de las redes sociales y los medios de comunicación. Es recomendable analizar la información de las fuentes oficiales una o dos veces al día.
Para no caer en depresión o ansiedad frente a este aislamiento social, ya sea que esté viviendo solo o junto a la familia, es importante mantener contacto con familiares y amigos haciendo uso de las herramientas tecnológicas.
Dentro de las actividades que se pueden realizar en estos momentos están el deporte, la lectura, baile, mantenerse realmente dinámico con actividades que puedan beneficiar la mente, cuerpo y espíritu. En el caso de las personas que pasan la cuarentena solas, es recomendable trabajar la parte espiritual, aprovechando este tiempo de encuentro íntimo y vivir un estado de recogimiento y oración.
Otro aspecto importante es el uso consciente de los recursos del hogar, llámense a estos alimentos, insumos de limpieza o aseo personal. Se debe analizar dentro de la familia la importancia del consumo consciente en base a la necesidad que se presente dentro de cada hogar. En situaciones “normales” se tiende a malgastar los recursos alimenticios, esta es una oportunidad para distribuir de mejor manera la comida y evitar el desperdicio.
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