Los respiradores mecánicos son instrumentos que se utilizan en el área de medicina con el objetivo de sustituir las dos funciones esenciales que cumple el pulmón, la función mecánica, realizada por la caja torácica, conformada por las costillas, los músculos intercostales y el diafragma. Esta función se visualiza al momento de inhalar y exhalar. La otra función que cumplen los pulmones es el intercambio gaseoso que consiste en inhalar aire del medio ambiente y con él, el oxígeno y exhalar CO2., este último es producto del metabolismo celular qué ocurre en todo nuestro organismo.
Al inicio de la Guerra de Vietnam comienza a crearse la necesidad de sustituir la función respiratoria a través de máquinas. Los principios básicos de los ventiladores son los mismos, sin embargo, gracias al avance de la tecnología, las versiones más recientes poseen sensores para captar las alteraciones que se pueden dar durante la ventilación del paciente, esta nueva tecnología es muy costosa.
Un ventilador de nueva generación permite que un médico pueda tener varios pacientes conectados a ventiladores al mismo tiempo y que estos sensores puedan determinar una alteración en el funcionamiento de la máquina y con ello tomar las precauciones a tiempo. Actualmente existe una carrera a escala mundial por la fabricación de estos respiradores artificiales dada la circunstancia del Covid-19, el objetivo es tratar de obtener ventiladores más económicos pero que puedan cumplir con las funciones necesarias para un paciente.
En situaciones normales, una máquina de respiración artificial está destinada a un solo paciente, pero dada la situación crítica que se presenta en varios hospitales a causa del coronavirus, es necesaria la adaptación de estos ventiladores para usarlos en dos pacientes. Sin embargo, la capacidad de estos no llega a ser al 100%, únicamente funciona para mantener al paciente con vida hasta que exista la disponibilidad de un ventilador individual. Actualmente, existen en YouTube varios tutoriales donde se indica la forma en la que un solo ventilador mecánico de nueva tecnología pueda garantizar la atención a dos pacientes, realizando ciertas modificaciones con las conexiones que salen y entran del ventilador.
Un paciente con coronavirus puede generar el síndrome de dificultad respiratoria del adulto (SDRA), una afección pulmonar grave. La forma de tratar esta condición pulmonar es con la utilización de la presión positiva al final de la espiración (PEEP), la mayoría de los ventiladores económicos no cuentan con esta modalidad. Si no se garantiza al paciente un PEEP adecuado puede ocasionar daños e incluso provocar la muerte. El promedio de tiempo de uso de un ventilador que requiere una persona con coronavirus puede ser de 12 a 16 días depende de la respuesta y evolución de cada paciente.
El punto ahora no es solamente tratar de realizar ventiladores mecánicos a bajo costo, lamentablemente no son instrumentos fáciles de usar, es una herramienta que debe ser manejada por personal médico especializado que conozca a la perfección su funcionamiento para adaptar los valores que cada persona requiere.
Han surgido varios proyectos para la elaboración de respiradores a bajo costo, el problema con estos es que muchas veces tienen funciones extremadamente básicas que no son las que en este momento requiere un paciente con Covid-19. Sí, es posible crear ventiladores un poco más baratos y accesibles para el público, pero depende de la ingeniería médica que intervenga en su producción, Se debe reconocer la iniciativa de varias empresas automotrices e ingenieros mecánicos que están dirigiendo sus esfuerzos para crear este tipo de tecnologías de ventiladores artificiales, sin embargo, es absolutamente necesaria la intervención de un ingeniero médico en su fabricación.
La complejidad de producción de estos ventiladores radica en la tecnología que se establece para los sensores, debemos tomar en cuenta que debido a la emergencia sanitaria existe gran cantidad de pacientes contagiados, pero poco personal médico que pueda manejar correctamente estas herramientas, es por lo que adquiere relevancia que un ventilador tenga sensores.
Estas herramientas se fabrican con materiales que garanticen una durabilidad alta, de hasta ocho años. En la unidad de cuidados intensivos (UCI) estos equipos que se mantienen encendidos por semanas, únicamente se los apaga el momento de hacer mantenimiento antes de que ingrese un nuevo paciente.
No son productos con alta demanda comercial por lo que no todos los países cuentan con empresas que los produzcan, en muchas ocasiones es necesario exportarlos. En todos los sistemas de salud las unidades de cuidados intensivos no tienen capacidad para más de 100 camas, la producción se basa en las necesidades mundiales.
En cuestión de costos, un ventilador oscila entre los $50.000 y $80.000, depende de la marca y del número de ventiladores que se pida, no es el mismo costo con un contrato de dos unidades comparado con otro de 100 o 200.
Para satisfacer las necesidades de pacientes con coronavirus se puede utilizar materiales de menos calidad, pero garantizar que el ventilador cuente con las funciones que se necesita, con esto podría bajar el costo hasta un 50 o 60 por ciento, ya que no se está construyendo con el objetivo de que dure por mucho tiempo sino para solventar las necesidades de esta emergencia sanitaria.
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