Lo primero que debemos hacer es entender el por qué se ha declarado una pandemia al coronavirus COVID-19, lo que implica reconocer la circulación amplia y sostenida del agente infeccioso en varios países.
Las estimaciones respecto a la mortalidad relacionada a este nuevo virus lo sitúan en un rango parecido al de otras infecciones respiratorias similar a la gripe por lo que afecta especialmente a personas con otras patologías y con sistemas inmunológicos debilitados como es el caso de las personas de la tercera edad.
Dada la complejidad de esta situación y la expansión tan acelerada del virus se ha tomado como medida preventiva la opción del teletrabajo, siendo esta una posibilidad para realizar sus actividades laborales con la modalidad online. En el país, el 11 de marzo el presidente Lenín Moreno declaró la emergencia sanitaria. Una de las disposiciones para prevenir contagios fue el trabajo remoto. Algunas empresas en Ecuador de inmediato adoptaron esta opción para los grupos vulnerables, es decir adultos mayores, personas inmunodeficientes y mujeres embarazadas.
El Ministerio de Trabajo, por su parte, determinó varias alternativas para empleados y empleadores, con el fin de precautelar la salud de los trabajadores y no pierdan sus fuentes de empleo.
Si bien es cierto no todos los sectores tienen la capacidad de desempeñarse en sus labores con la modalidad del teletrabajo, lo importante es que cada empresa valore los riesgos y analice junto a sus trabajadores esta opción; es menester también considerar las dinámicas de propagación del virus, si el control a nivel de contagio presenta obstáculos, el aislamiento total debería ser algo imperativo e inexcusable.
Esta es una buena alternativa para sectores como la educación básica o superior, bajo la modalidad de educación a distancia; estas tienen herramientas como libros digitales, exposiciones en línea, conferencias grupales gracias a plataformas como Skype o Zoom. Telecomunicaciones, tramitación en línea en caso de las entidades públicas como el SRI, IESS, contabilidad, entre otros.
En el caso de los sectores productivos como el agrícola, ganadero, farmacéutico que expenden productos de primera necesidad; de limpieza, cuidado de niños o adultos mayores, que por su naturaleza están obligados a realizar sus labores de manera presencial, es importante llegar a acuerdos entre empleador y empleados para las alternativas como la reducción o modificación emergente de la jornada laboral, precautelando la salud de ambas partes.
En los países en los que el virus se ha propagado en mayor cantidad los empleados utilizan plataformas virtuales para efectuar reuniones, realizar capacitaciones, informar y seguir el avance de tareas con todo el personal de la empresa. Por ello ha aumentado el uso de aplicaciones y plataformas de apoyo al trabajo móvil, comunicación unificada, organización de contactos, videollamadas y mensajería.
Es importante recordar que esta medida tanto para empleadores como para trabajadores de cumplir con sus obligaciones desde su casa o desde cualquier espacio alternativo es esencial para evitar aglomeraciones y evitar la propagación del COVID-19 con el objetivo de cuidarnos a nosotros mismos y proteger la salud de todos.
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