Las primarias de los demócratas en la carrera hacia la Casa Blanca en Estados Unidos se ha convertido en una disputa entre Joe Biden y Bernie Sanders, ahora los principales candidatos en carrera para disputarle el puesto a Donald Trump en las elecciones del próximo 3 de noviembre tras el retiro de Michael Bloomberg que llegó con muchas expectativas por su millonaria inversión en la campaña. El que gane debe alcanzar 1.911 delegados de los 3.979 totales.
Los primeros estados donde se dieron las votaciones fueron Iowa, Nevada, New Hampshire y Carolina del Sur. Los 14 estados, entre los que están California y Texas donde más votos hay, participaron en el proceso electoral conocido como el Supermartes, primarias que las ganó el candidato Joe Biden.
Hasta ahora Biden ha ganado en Alabama, Arkansas, Carolina del Norte, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas y Virginia. Sanders se ha asegurado Colorado, Utah y Vermont, y podría quedarse con California, el botín mayor de la batalla. Pero el triunfo de Biden cambia la trama electoral.
Sanders, en sus primeras intervenciones, sentía que iba a ganar en Texas, apareció muy entusiasmado y su discurso fue prácticamente el de un ganador al volver a destacar lo que ha ofrecido en campaña como un seguro de salud denominado Medicare, un servicio público para todos los nortamericanos, salario mínimo de 15 dólares la hora y hasta universidad gratuita. Esa ha sido su más grande fortaleza en la campaña.
Sanders sabe que existen muchos jóvenes que consiguieron financiamiento para sus estudios y no saben cómo pagar sus deudas y les ha ofrecido ayuda estatal. Toda esta ayuda, sin embargo, no tiene un sistema económico financiero que la respalde. Nadie sabe cómo o va a cumplir esas promesas.
Toda la retórica que ha manejado sobre la distribución desigual de la riqueza en los Estados Unidos, el cuestionamiento a la concentración de la riqueza en un reducido número de empresas y personas ha calado entre la juventud. Y ha intentado conquistar el voto latino con la promesa de flexibilizar el tema de la migración.
A los jóvenes les gusta mucho el mensaje antisistema. Las encuestas dicen que el 65% de la población de entre 18 y 29 años apoya a Sanders, pese a que es un candidato de 78 años de edad, mientras que solo el 11% de ese segmento respalda a Biden.
La explicación de este fenómeno podría estar en la aparición de los nuevos ricos en Estados Unidos, jóvenes que nunca tuvieron que competir en el mercado, porque crearon un mercado mundial con la tecnología, con la creatividad y la innovación, con una amplia oferta de servicios. Unas plataformas que se regaron por el mundo.
Eso talvez ha generado una cierta animadversión entre los jóvenes, porque piensan que no se ha hecho nada para cobrarles impuestos. Y tampoco entienden como nadie ha podido hacer nada para resolver el problema de la seguridad social y la salud, temas por los que han visto sufrir a sus padres.
La fortaleza de Biden está sobre todo en el este de los Estados Unidos, en la población afroamericana del sur y en la población de entre 60 y 70 años de edad. Joe Biden tiene un 60% de aceptación entre los votantes afroamericanos frente a un 17% de Bernie Sanders, pero tendrá que enfrentar los temas sensibles para Estados Unidos si quiere consolidar su candidatura frente a Trump.
Su triunfo, sin embargo, también se puede explicar por los temores generados por Sanders al interior del Partido Demócrata y en gran parte de la sociedad estadounidense, porque ha salido a relucir temas como su admiración por Fidel Castro cuando lo visitó en Cuba y alabó mucho su programa de alfabetización. Eso le restó votos sobre todo en la población latina asentada en La Florida que no entiende cómo alguien puede admirar una dictadura que lleva ya 60 años en el poder con resultados calamitosos en su economía.
La existencia de esos temores sobre Sanders explica la reacción positiva de los mercados de capital y financieros tras el triunfo de Biden. La Bolsa de Wall Street se disparó con fuerza con el paso de las horas, pese a que sus índices bajaron por la campaña de Sanders. Todos los indicadores registraron ganancias. Hubo euforia. Hasta los Bonos del Tesoro estadounidenses registraron una mejoría.
Es tanta la preocupación en la sociedad estadounidense y en el mismo Partido Demócrata por el discurso de Sanders que hubo algunos estados donde Biden no gastó ni un solo dólar en campaña, ni siquiera hizo campaña, pero aun así le favorecieron.
El objetivo fundamental del Partido Demócrata es tener a alguien que gane a Donald Trump, que lo saque de la Casa Blanca, y se dice que Sanders al final del día podría ser aplastado por los republicanos por ese discurso.
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