No quiero dejar pasar la ocasión de escribir algunas notas sobre nuestro cuarto conversatorio organizado por el Observatorio 2 de FAPOL y la NEL. Este nos costó un poco más, pues tuvimos que cambiar la fecha tres veces: en la primera irrumpió la movilización que venía a refutar la toma de medidas anunciada por el Gobierno. La segunda resultaría ser el Paro Nacional. Y la tercera, es siempre la primera, según Lacan. Valió el esfuerzo.
También ocurrió que cambiamos de lugar del evento varias veces: el MAAC no fue sede del foro; la gestión con la Universidad de las Artes no llegó a finiquitarse; nuestra sede de la NEL no se abastecía para el número de inscritos; y, fue la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil quien nos alojó de modo ágil, al retorno de clases.
Para la última fecha, arribaba de Argentina el Dr. Miguel Furman, analista miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana, quien es catedrático en la maestría “Psicoanálisis y Educación” de la UCSG. Miguel aceptó alegre nuestra invitación y se dejó enseñar, y nos ratificó que en efecto: lo imposible de gobernar, educar y curar es la pulsión, pero eso no quiere decir que no haya educadores, gobernantes y psicoanalistas. Con la precisión para nuestro espacio de que no hay que educar la pulsión, sino que hay que saber hacer con ella.
La pulsión es ineliminable aseguró a un público conformado por estudiantes, psicólogos y docentes, es una fuerza constante que puede sublimarse por la vía del arte, sin ser eliminada. La pulsión se satisface en un recorrido. Así, podemos recordar un documental sobre Picasso donde ¡se lo ve gozando al pintar un cuadro tras otro! Como señaló Lacan, nada que ver con la sola comercialización de los deseos del artista, como pensó en algún momento Freud.
Miguel Furman nos enseñó que los educadores se enfrentan a la pulsión de niños y adolescentes por lo que se angustian, al igual que los analistas o los gobernantes. Esa angustia es la presencia de la pulsión en el campo del Otro, y el educador tiene que dar lugar a la pulsión, tiene que permitirla y darle cause. Este asunto es crucial pues no sólo se trata de dar lugar al deseo sino a la pulsión: a los objetos que Freud cierne, y a los que Lacan agrega: la mirada y la voz. Si el educador no da lugar a la pulsión, entonces el sujeto niño o adolescente tiene un problema porque le retorna y hace actings out y pasajes al acto.
Furman expresó que lo que el sujeto hace es, con el objeto, golpear la puerta del educador para decirle: “¡Deja entrar mi pulsión, no la rechaces!”. A esto sumamos que en el sujeto hay un empuje a ser un objeto caído del Otro (siguiendo a Philippe Lacadeé). Entonces, si el educador se ubica como un amo con reglas muy estrictas, al estilo de “la letra con sangre entra”, lo que producirá son inhibiciones, síntomas, angustias, actings y pasajes al acto.
El maestro Fletcher, de la película Whiplash, es un amo y exige a Andrew que toque la batería en “su” tiempo. Fletcher es un superyó intransigente para su alumno; impase leído por Carlos Quezada, expositor en la mesa, como: “¿Qué sucede cuando una fuerza insoportable se encuentra con un objeto inamovible?”; haciendo uso de la paradoja china del escudo que ninguna lanza puede atravesar y la lanza que atraviesa todo tipo de escudo. Su asunto era la estrategia desde la teoría de los juegos, y el acto del maestro budista de la Apertura del seminario 1 de Lacan. La estrategia es para el psicoanálisis: la transferencia.
Esa película muestra un abuso porque el profesor hace un mal uso de eso íntimo familiar que el alumno le confía. Avanzado el drama, tanto el maestro como el alumno son expulsados de la institución, se hacen expulsar. Sólo después de la sanción del Otro podrán encontrarse y conversar. El profesor dirá su filosofía: que él está “para empujar a los chicos más allá de lo que se esperaba de ellos”. Su alumno Andrew le pregunta: “Pero, ¿hay un límite?”.
En el último concierto el estudiante le enseña al profesor cómo se hace jazz y toma la iniciativa diciendo “yo doy la entrada”; pero al final, se deja dirigir por su maestro y de ese modo concluye una versión formidable de Caravan[i]. En la conversación se agregó que es el maestro quien tiene que moverse al compás del alumno y dar cabida al error.
En La sociedad de los poetas muertos, película elegida por Andrea Robles, lo que mueve es la poesía en lengua inglesa: una poesía no sin pasión y pensada en función del amor. Andrea hizo un recorrido epistémico pasando por Benedito, Udenio, Ahumada…, que nos acercó al acto del educador, a las maneras de hacer algo frente a lo imposible de educar, sin ignorarlo; animando a “seguir haciendo a pesar de lo frustrante, que… pueda resultar”.
Aquí ocurre que un excelente alumno que se interesa por el teatro hace un llamado a su profesor, diciendo que el padre no consiente a su sueño de ser actor y se siente atrapado. Le ha exigido: “que me lo saque de la cabeza”. El maestro es protagonizado por Robin Williams, ya se imaginan… Lo mueve el carpe diem. Éste le interpreta “actúas para él también”, y le dice que hable con el padre; pero se trata de un hombre rígido, que rechaza esta elección de goce de su hijo, y le increpa: “Me has hecho quedar como un mentiroso. Mañana vas a dimitir”. El joven ante este impase realiza un pasaje al acto suicida.
En ese punto, cabe anotar una cita de Eric Laurent en El reverso de la biopolítica:
“Gracias a Dios se enseña (en los colegios de Francia) a Verlaine y Rimbaud, o sea palabras de locos, de delirantes, de homosexuales, de drogados que disparaban por motivos pasionales, y cuyos magníficos textos proporcionaron puntos de enganche a la juventud perdida, dándole palabras para nombrar las experiencias innombrables que puede atravesar” (2016, p. 263).
Del anime El aula de asesinato de Yusei Matsui, elegido y trabajado por Patricia Ballén, ella demostró que se trata de una metáfora del acto educativo, en relación a la provocación del profesor Koro-sensei, -El maestro imposible de matar-, de que acaben con él antes de la graduación. También resaltó “la belleza del intento y error”; que el arma de respaldo es el saber; cómo la emancipación puede ser una salida singular a la marginación juvenil; algunas coordenadas del acto transformador, como es en sí todo acto. Subrayo un punto de quiebre que instaura el pedido de amor de la asistente de laboratorio a su pareja Koro-sensei de que enseñe a sus alumnos desencantados de la clase 3E del Instituto Kunugigaoka. Lo que le da a este profesor sin igual, una causa a su vida; lo que vaya a durar, pues ¡la bomba estallaba!
Allí Furman resaltó el hecho de que en el anime se muestra que el educador acepta la pulsión de muerte como parte de la estructura, además de dar lugar a la falla y al trabajo en equipo provocando así una situación de aprendizaje, a partir de la pulsión. Entre otras ricas puntuaciones a cada uno de los trabajos. El foro fue muy animado, a lo que agradecemos a los exponentes y participantes, particularmente al Dr. Miguel Furman por su valiosa lectura.
Esa noche y al final de la presentación del libro de Miguel Furman SIN AGUJERO. Tratamiento posible del autismo y de la psicosis en la infancia y adolescencia, invitamos a la II Jornada de la NEL Guayaquil; la que ya tuvo lugar y daría ocasión a otra reseña, siendo que allí Marcela Almanza, Presidenta de la NEL, abordó “¿Qué saber para la formación del analista…?” Y Raquel Cors apuntó a eso en sus intervenciones e intuiciones. Esta pregunta es aplicable a otros campos y se impone: ¿qué formación para educadores y gobernantes?
Para concluir, en la Budokan del fin de semana pasado en el Palacio de Cristal y sus alrededores, a donde me llevó mi hija adolescente, encontré el anime al que nos acercó Patricia. Pienso que la cultura actual sigue proveyendo de distintos escabeles válidos para los jóvenes: esto es muy deseable, pues estos diques que se construyen, elevan y permiten la circulación de la libido. Es ésta imagen misma, la del joven en su escabel, la que aparece al final de “La sociedad de los poetas muertos”, dando cuenta del consentimiento de algunos alumnos a subirse al escabel propuesto por Mr. Keating: “para ver el mundo diferente”.
Estos escabeles sirven lo que sirven durante la vida. Al final de un psicoanálisis pueden ser derribados de una buena manera, con la destitución del Sujeto-supuesto-Saber, pasando al acto; es decir, sólo y solo derribando el escabel de la transferencia se arriba al pase, como ha constatado Guy Briole, en su bello “Breve ensayo de desciframiento en torno a la música”. Esta caída no es del goce, pues si nuestra referencia es Joyce, Lacan apunta que después de todo ahí está el “joy”: ese alborozo de lalengua, lo único que podemos atrapar de su texto.
Para concluir, informamos que nuestro trabajo del Observatorio de FAPOL: Legislación, derechos, subjetividades contemporáneas y el psicoanálisis se mueve, se relanza; ahora por lo imposible de escribir entre dos: la No Relación Sexual, y sus actuales derivas.
Y por último, un agradecimiento a Carlos Cabrera Limongi, participante del Observatorio 2, pues me ha servido su transcripción para este trabajo de reseña.
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