Las fuerzas de Daniel Ortegua confirmaron que fueron 107 las personas detenidas el sábado cuando intentaban realizar una manifestación en las cercanías de la rotonda Centroamérica, en Managua, y afirmó que estas serán liberadas por “gestiones realizadas” por el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag.
Es la primera manifestación en seis meses, desde que el Gobierno prohibió todo tipo de protestas. Los organizadores denunciaron la captura decenas de personas, entre ellos la feminista Azahalea Solís y el estudiante Max Jerez, ambos integrantes de la Alianza Cívica que negocia una salida a la crisis con los delegados del Gobierno.
La víspera la Policía había informado que no permitiría la protesta, pero los opositores decidieron mantener la convocatoria. Desde tempranas horas, el régimen orteguista sacó a las calles a cientos de antimotines para impedir la marcha que había sido convocada por la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) en reclamos a la liberación de los presos políticos en el país. Managua parecía una ciudad sitiada, con patrullas con centenares de oficiales antidisturbios bloqueando los accesos de la ciudad y las zonas donde se desarrollaría la manifestación.
“Hacemos un llamado a tomar nota de las terribles violaciones de los Derechos Constitucionales de libre movilización, reunión, manifestación. Hoy más de 30 ciudadanos han sido apresados”, aseguró la Alianza Cívica, cuando apenas se tenía conocimiento de una parte de los detenidos ilegalmente.
Según el comunicado de la Policía, los detenidos participaban en una “actividad no autorizada que interrumpía el
orden público y la actividad comercial y de fin de semana de la ciudadanía, salieron al lugar, grupos de personas, que violentaron el orden público”.
Entre los detenidos hay miembros de la Alianza Cívica como Azahalea Solís y Max Jerez. Además, detuvieron al exministro de Educación y miembro del Consejo Editorial de La Prensa Humberto Belli. “Se han llevado a mi hermano Humberto Belli por ejercer su derecho a manifestarse. Exigimos su liberación inmediata y la de todos los detenidos en esta marcha”, escribió la escritora Gioconda Belli en su cuenta de Twitter.
“Ortega no ha cambiado nada su actitud”, dijo Violeta Granera, integrante de la Unidad Nacional Azul y Blanco. “No es posible que esté hablando de negociación y esté haciendo estas barbaridades. Saca a algunos presos políticos para lavarse la cara, pero al mismo tiempo sigue apresando gente”, dijo la activista.
Junto a ella varias personas intentaban huir de la persecución de los antidisturbios y policías que fueron desplegados por toda la ciudad, algunos de ellos cargando armamento de alto calibre. Los antidisturbios también agredieron a periodistas que cubrían la protesta. Entre ellos a Luis Sequeira, reportero gráfico de France Presse. “Estaba grabando la detención de una mujer, se la llevaban arbitrariamente, y llegó la Policía, me vio grabar y me detuvo, me quitó la cámara, me tiró al piso. Yo les dije: “estoy trabajando, dame la cámara” y ellos me respondieron: “pídesela a tu madre”. Los empujé para que no me llevaron preso. Me dejaron en el piso”.
Estados Unidos y el Parlamento Europeo han dicho que se mantendrán al tanto de lo que suceda en Nicaragua. Washington ya ha impuesto sanciones a funcionarios cercanos a Ortega, incluyendo a Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta. La Eurocámara aprobó el jueves por una amplia mayoría una dura resolución en la que insta a aplicar sanciones contra altos representantes de la jerarquía sandinista, incluyendo la suspensión de visados para viajar a la UE y que se congelen sus cuentas en territorio comunitario.
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