Un niño puede leer varias veces el mismo cuento, pero no solo eso, también puede ver la misma película por algunas semanas seguidas o incluso jugar el mismo juego sin aburrirse. A cierta edad, nosotros fuimos así. Pero, ¿cuál es el motivo? La causa está en el funcionamiento del cerebro de los niños y su proceso de aprendizaje en el desarrollo cognitivo. Los niños están preparados para aprender habilidades mediante la repetición de patrones.
En el caso de los libros para los niños, seguir un argumento sencillo les supone un gran esfuerzo. Por esta razón, cada vez que un padre lee el mismo cuento, los niños se sienten felices por entender cada día mejor el hilo de la historia.
La repetición constante no solo les permite desarrollar mejores habilidades cerebrales como la lingüística o la narrativa, sino que la repetición literal -ver el mismo contenido una y otra vez- mejora la comprensión y el aprendizaje. Con los niños más pequeños de 1 a 4 años, la repetición no hace que la atención decaiga.
El niño considera como un tiempo especial “la hora del cuento”; los padres les proporcionan tranquilidad y seguridad a través del ritmo y melodía de su voz.
El ritmo en los niños es musical, por lo tanto, los cuentos infantiles tienen un vocabulario especial, que hace que cada palabra suene bien melódicamente; los niños sienten las palabras como una caricia.
Ahora bien, ¿qué pasa si el cuento cambia? A lo largo de mi carrera he realizado varios estudios con niños de 1 a 5 años de edad donde apliqué esta técnica y, simplemente, el niño indica al adulto que está equivocado y procede a corregirlo. Si el adulto insiste en su propia versión, el niño se enfada y algunos hasta rompen en llanto.
A veces, los adultos olvidan que los niños viven en un mundo todavía desconocido y que sus emociones son muy intensas. Esas emociones intensas tienen lugar en la vida cotidiana: miedo e inquietud ante lo desconocido, ansiedad ante la separación, emoción y seguridad gracias a la presencia de un adulto comprensivo y cariñoso… En ese contexto, las rutinas son fundamentales, porque otorgan a los niños la tranquilidad que necesitan.
Sin duda, es beneficioso leer al niño un cuento varias veces, sobre todo en la edad en la que el niño aprende a tener seguridad en la vida; aprende a desarrollar su vocabulario de forma inconsciente; es decir, no tiene miedo a las palabras y aprende a valorar el arte en general. Insisto, el sonido es esencial en esta etapa.
Hay padres que se enojan con sus hijos por repetir el mismo cuento una y otra vez, pero es indispensable entender que la repetición no es porque el niño no entienda o no capte. Es una manifestación muy propia de esa edad para afianzar su credibilidad y confianza ante sus padres.
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