El mercado agrícola y cada uno de sus productos responden a factores económicos y a las dinámicas propias del agro. En el caso de la papa, la razón principal de los bajos precios que se reportan desde marzo se debe a la sobreproducción que existe en el país. Esta se ha multiplicado y la causa de la caída de los precios es la sobreoferta en el mercado. Lo que responde a una ley económica básica que reza, lo que es bueno para uno no lo es para todos.
Entre el 2014 y el 2015 las hectáreas de cultivo del tubérculo bajaron de 33.490 a 31.490, según la Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (Espac-2015), del Instituto Nacional de Estadística y Censos. Pero, en el 2016 el número de hectáreas aumentó a 34.014. Así se muestra en la actualidad. En una hectárea se sacan más de cien quintales.
Cuando en el mercado agrícola el precio de la papa cae, al ser un producto clave de la dieta ecuatoriana, esto debería tener una consecuencia lógica. Si el precio baja, los productos asociados al tubérculo no deberían aumentar. Pero con la distorsión del mercado no se da esa lógica. Es decir, bajan los precios al consumidor final, pero el costo del producción se mantiene igual.
En la economía las reglas son claras. Se tiene que producir la misma cantidad que se oferta y brindar la misma que se demanda. Es decir, si existe una sobreoferta en el mercado de la papa es el agricultor quien debe ser racional y trabajar en la diversificación de cultivos de acuerdo a los ciclos. Además, es importante variar los hábitos de consumo de este producto en la población ecuatoriana.
Se entiende que el Ministerio de Agricultura (MAG) distribuyó la semilla de la papa para mejorar la productividad. Una acción positiva que se hizo sin medir el equilibrio del mercado (oferta y demanda) y esto lamentablemente ha perjudicado al agricultor que no alcanza a cubrir el costo de producción.
Definitivamente, Ecuador necesita una Reforma Agraria integral que incluya y explique lo que se debe sembrar y cómo producir. Por ello, es importante que cada agricultor diseñe un plan de trabajo y entienda porque tiene que sembrar veinticinco hectáreas y no cincuenta.
Evidentemente, el país aún no tiene una agroindustria tan desarrollada. Es una pena que el PIB agrícola no tenga un peso tan fuerte como otros sobre el PIB total.
El país requiere de un proceso de industrialización en el agro y mientras eso no exista, no van a cambiar las miradas. Se tiene que invertir en el sector agrícola (maquinaria, mano de obra). Cuando esto suceda podríamos esperar que el PIB agrícola pase del 5% (cifra actual) al 12% o 14 % en el que se encuentra la industria.
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