La próxima reunión de la Cumbre de las Américas en Lima, que será entre el 13 y 14 de abril, deberá ser un punto de quiebre para las democracias de América Latina en su lucha contra la corrupción. Un punto de inflexión para que los gobernantes tengan conciencia sobre su responsabilidad ética y moral con sus ciudadanos.
Es simplemente inconcebible que en los países de América Latina los gobernantes que llegan al poder con la oferta de combatir la corrupción no lo hagan. Este seguramente será el nuevo tema que concentrará la atención de la mayor parte de jefes de Estado del continente.
La Cumbre de las Américas es una importante reunión de los gobernantes de los países de América en los que generalmente se abordan temas diplomáticos y comerciales. La primera ocurrió en 1994 y fue convocada por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en Miami. Como Ministro de Finanzas acompañé al Presidente Sixto Durán-Ballén en dicha ocasión.
La expectativa de esa primera Cumbre era mucha porque parecía que el continente asistía al lanzamiento de otra alianza para el progreso como la que puso en marcha el presidente estadounidense John F. Kennedy, en su discurso del 13 de marzo de 1961 en una recepción en la Casa Blanca para los embajadores latinoamericanos.
¿Y a dónde hemos llegado ahora? La próxima Cumbre que se va a realizar en Lima tiene como trasfondo la renuncia del presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski. Una decepción, porque muchos pensamos que iba a ser un gran presidente, pero terminó involucrado primero en el mayor escándalo de corrupción que ha vivido América Latina, el caso Odebrecht y todas sus ramificaciones.
Kuczynski decepcionó mucho a los peruanos primero porque se conoció que algunas de sus empresas firmaron contratos de asesoría con la brasileña Odebrecht cuando era ministro de Finanzas de Alejandro Toledo, lo que benefició a sus accionistas, incluido él.
Y luego pasó el escándalo de los videos en los que aparecían algunos de sus ministros ofreciendo favores por el lado de partidas presupuestarias a cambio de votos para permanecer en el poder cuando era juzgado en el Congreso, precisamente por el caso Odebrecht, y todo coordinado por uno de los hijos de Alberto Fujimori, el legislador Kenji Fujimori.
Esta Cumbre de las Américas va a tener muchas ramificaciones, pero lo realmente deseable es que se convierta en un punto de quiebre para que los presidentes reflexionen sobre su papel en la construcción de las democracias y hagan mejor las cosas en sus países
Pero no solo es un problema de Perú. A todo el mundo ha sorprendido ver la cantidad de funcionarios y exfucionarios públicos relacionados con los sobornos de Odebrecht en Colombia, Ecuador, Brasil. Justamente anoche la Corte Suprema del Brasil, ha ratificado la condena al ex presidente Lula Da Silva por actos de corrupción.
En Venezuela, informaciones de prensa mencionaron la entrega de $35 millones de la constructora brasileña para la campaña de Nicolás Maduro en 2013 y a renglón seguido, según las mismas informaciones de prensa, fluyeron contratos para Odebrecht por un monto de alrededor de $4.000 millones.
Esta Cumbre de las Américas va a tener muchas ramificaciones, pero lo realmente deseable es que se convierta en un punto de quiebre para que los presidentes reflexionen sobre su papel en la construcción de las democracias y hagan mejor las cosas en sus países. Y será un foro clave sobre todo ahora que se avecinan elecciones en varios países de la región.
Todo coincide, además, con la intervención del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, en la Asamblea General del organismo multilateral realizada en Argentina la última semana de marzo. En su intervención, él textualmente pidió respuestas efectivas de los países en la lucha contra la corrupción al señalar algunos temas sobre el buen funcionamiento de la inversión pública para recuperar la confianza y fortalecer la integración.
Moreno hizo un llamado al sector privado para que asuman sus responsabilidades éticas y morales y busquen los mecanismos para detectar las acciones evasivas que pueden llevar a estos casos de corrupción.
En el caso ecuatoriano, ese era un problema evidente porque en la última década los contratos de obra pública se entregaban a dedo. ¿Qué se podía esperar si no había concursos para la adjudicación de grandes proyectos?
Hay muchas empresas en Europa, Estados Unidos, Canadá y el propio Brasil que pueden hacer grandes obras de infraestructura con tecnología de punta, pero siempre debería haber de por medio concursos. Es la única forma de garantizar la entrega de una obra o un proyecto a la mejor oferta, incluso de financiamiento. Con el caso Odebrecht quedó demostrado la necesidad de establecer en todos los países formas efectivas de control en la ejecución de cualquier proyecto.
El presidente del BID hizo hincapié en la asociación que ha existido entre las campañas electorales y todas estas revelaciones sobre el apoyo de Odebrecht a determinados candidatos en América Latina
Si el BID, el Banco Mundial o cualquier organismo multilateral financia un proyecto, lo lógico es que haya una licitación para que la mejor oferta en la parte financiera y técnica sea la ganadora, pero también se debe garantizar que a lo largo de la ejecución del proyecto se cumplan todas las cláusulas propias del contrato para que las obras sean entregadas sin retrasos, con la mejor calidad y en las mejores condiciones.
El presidente del BID hizo hincapié en la asociación que ha existido entre las campañas electorales y todas estas revelaciones sobre el apoyo de Odebrecht a determinados candidatos en América Latina.
Cuando se realizó la Cumbre de las Américas en Miami hace 24 años la agenda estaba enfocada a todo lo que se quería hacer en beneficio de los países del continente, por la democracia, por las libertades, por el desarrollo económico y social y por la integración.
Después de todo este tiempo tal vez sea hora de hacer una evaluación de lo que se hizo bien y se hizo mal; analizar y debatir cómo enderezar esta nave para reencausar sus objetivos hacia la democracia, las libertades, las relaciones multilaterales y el desarrollo económico y social, con el añadido del comportamiento ético de sus líderes. No es concebible que un gobernante pueda estar vinculado con la corrupción o dineros mal habidos.
La Cumbre de las Américas todavía es un foro válido para trazar una agenda común del continente.
Hoy ese enfoque de integración se mantiene, con nuevos temas en la agenda como el clima, el medio ambiente, la tecnología, el emprendimiento… Hoy es necesario abrir esa agenda, sobre todo en el comercio internacional
En el BID y la CAF había proyectos físicos de integración para unir a las américas. Unirla a través de carreteras, aeropuertos, puertos, hidroeléctricas y grandes proyectos de telecomunicaciones. Los organismos multilaterales tenían un enfoque de prioridad para esas obras con un contenido de integración regional.
Hoy ese enfoque de integración se mantiene, con nuevos temas en la agenda como el clima, el medio ambiente, la tecnología, el emprendimiento… Hoy es necesario abrir esa agenda, sobre todo en el comercio internacional. Habría que cuestionar a EEUU sobre su política hacia América Latina comenzando por México.
Hay temas que no eran importantes en esa época como la inmigración. Y temas que son sumamente importantes ahora como la lucha contra el narcotráfico, el lavado de activos y la corrupción. Hay muchos temas nuevos que tienen que abordarse para desarrollar una agenda más completa e integral que ayude a fortalecer la democracia en todo el continente.
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