Siete de cada diez niños en el Ecuador son víctimas de maltrato a manos de miembros de su entorno familiar. Así lo establece un estudio de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) realizado por el curso de Pedagogía Familiar. El informe confirma que un 75% de la violencia proviene del padre, madre o de ambos progenitores.
En el Ecuador el 48% o 50% de las mujeres son agredidas física, verbal o psicológicamente y se creería que está conducta está ligada a una baja educación o escalas de cultura, pero en realidad no es así. Esta forma de violencia se da en todos los estratos de la sociedad. La violencia es violencia venga de donde venga.
Los estudios aseguran que la violencia intrafamiliar se produce por distintos factores entre ellos: el machismo, el alcohol, el apego seguro, el estrés y la presión por momentos difíciles de un adulto. Estos factores vinculados a la violencia hacen que coexistan agresores más impacientes; sin embargo, el índice más alto es por el apego inseguro del hombre y de la mujer que no tuvieron una íntima relación, la confianza y los afectos familiares.
Estos individuos van buscando el afecto seguro en otras personas y eso hace que sean inestables e intranquilos y, por ende, no puedan brindar una educación segura a sus hijos.
La pedagogía familiar brinda una visión sobre lo que es la persona y su vida. Con esta cátedra se busca enseñar a utilizar los recursos pedagógicos en la vida de pareja y para la formación de los hijos. En el caso de la UTPL, la receptividad es buena, pero nos gustaría que sea mucho más amplia dentro de la población. En el curso se trabaja a través de la educación continua para la formación cultural de las personas.
Tenemos padres que dicen que sus hijos son todo para ellos, pero son niños abandonados emocionalmente que se llenan de cosas materiales. Esto es devastador para un pequeño.
¿Cómo prevenir la violencia intrafamiliar?
Existen varias formas de prevención para poner en práctica. En primer lugar, el niño, niña o adolescente se debe criar en un ambiente estable. con personas respetuosas, con una vida de dignidad y de espiritualidad que se pueda transmitir en la formación de los niños. También es importante enseñar a los niños de entre los 11 y los 16 años a manejar la ira ya que a esa edad se encuentran en plena formación personal. Son vulnerables y receptivos a la formación.
Los adultos deben ser conscientes y utilizar la formación como herramienta. Hay que restringir el acceso al alcohol, drogas, malos comportamientos. Asimismo, es importante colocar mucha atención en el tipo de amigos que frecuentan nuestros hijos; como padres debemos dar el ejemplo y saber que vivimos en una sociedad donde existen otras familias.
Para mantener relaciones sanas es necesario tomar y asumir riesgos dentro de la vida familiar. Es preciso que la familia crezca en base al amor y respeto mutuo intentando que exista igualdad, confianza y apoyo. La familia debe saber compartir con los hijos, llegar a términos de negociación y de justicia.
La violencia hoy es como una epidemia en el país que puede llegar a convertirse en una pandemia global, contra eso un estilo de vida espiritual sería una opción.
Hay que buscar todos los recursos para poder ayudar a las personas víctimas de la violencia. Debemos estar alertas y pilas a nuestro entorno social para determinar si existe o no violencia y ayudar a las familias inmersas en esa problemática.
Es importante hacer un llamado de este tipo, porque hay cifras que verdaderamente llaman la atención global. Como seres humanos, ¿qué estamos haciendo? ¿Hacia dónde apunta esta epidemia para que pueda erradicarse a escala global?
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