Ecuador es un país multi-amenazas, vulnerable a eventos de gran impacto como terremotos, erupciones volcánicas y tsunamis; y otras de menor impacto, pero de alta probabilidad como sequías, deslizamientos de tierras, erosión en el filo costero, inundaciones y algunas que podrían ser producto de la incidencia del cambio climático. Este escenario aún se estudia y falta profundizarlo.
Según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) casi tres millones de ecuatorianos fueron afectados por desastres naturales entre marzo de 1964 y enero de 2008, el último evento fue el terremoto que afectó a las provincias de Manabí y Esmeraldas en abril del 2016.
Por ello, instituciones académicas como la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) dan prioridad a la prevención y a la cultura de riesgo como un aspecto fundamental para la población.
El Centro Internacional del Pacífico para la Reducción del Riesgo de Desastres conocido por sus siglas como CIP-RRD, creado por la ESPOL, es una novedosa idea orientada a conocer las amenazas, los riesgos, y trabaja en mejorar las gobernanzas para aumentar la institucionalidad con una clara apuesta a la prevención. Así empieza un camino por recorrer, es decir, un mejor conocimiento del riesgo generará institucionalidad.
El Centro se enfoca en comprender el riesgo de los desastres causados por eventos naturales y el cambio climático, y fortalecer su gobernanza con una meta clara en reducir los riesgos existentes y prevenir la aparición de otros nuevos.
Uno de los objetivos del CIP-RRD consiste en coordinar con los gobiernos autónomos descentralizados para trabajar de manera conjunta en la reducción de riesgos de desastres con temas como el impacto del cambio climático y las distintas posiciones regionales y globales.
El Centro se enfoca en comprender el riesgo de los desastres causados por eventos naturales y el cambio climático, y fortalecer su gobernanza con una meta clara en reducir los riesgos existentes y prevenir la aparición de otros nuevos.
El CIP-RRD, aun cuando es un centro institucional, funciona en la Facultad de Ingeniería Marítima, Ciencias Biológicas, Oceánicas y Recursos Naturales, FIMCBOR, en el campus Gustavo Galindo Velasco, y viene analizando el impacto climático desde 1989. Es decir, el tema no es nuevo, pero tras las inundaciones en la Costa y el terremoto ocurrido en Manabí y Esmeraldas surgió la necesidad de generar más prevención. El Centro tiene cuatro meses de haberse creado.
En concordancia con esta política de trabajo, los miembros de este Centro, conjuntamente con representantes del Consortium for Capacity Building, de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, analizan la diferencia de escenarios entre Ecuador y Perú durante las precipitaciones extremas registradas entre enero y abril de este año.
Los académicos que deseen colaborar con el CIP-RRD podrán hacerlo mediante programas de investigación, consultorías, talleres de trabajo… A su vez, los estudiantes podrán vincularse a través de prácticas pre-profesionales o participando en el Centro y sus proyectos.
Por ejemplo, el CIP-RRD, hace en equipo junto a otras facultades e institutos de la ESPOL, una investigación sobre el tema para el municipio de Durán (Guayas). También prepara otro estudio para el Municipio de Portoviejo (Manabí), con la participación de expertos de distintas áreas.
Los académicos que deseen colaborar con el CIP-RRD podrán hacerlo mediante programas de investigación, consultorías, talleres de trabajo… A su vez, los estudiantes podrán vincularse a través de prácticas pre-profesionales o participando en el Centro y sus proyectos. Actualmente se trabaja en un libro y en la creación de una maestría de gestión de riesgo.
Las delegaciones del Centro Internacional del Pacífico para la Reducción de Riesgos de Desastres, CIP-RRD, participaron en la Tercera Cumbre de Centros de Reducción de Riesgos, que se desarrolló en Japón en marzo; allí se dio a conocer el trabajo en común sobre problemáticas como el cambio climático, las inundaciones, las lluvias extremas o sequías.
Luego asistieron a Perú a la Conferencia sobre Gestión de Riesgos desarrollada sobre el tema: El Niño-Oscilación Sur, como un caso de gestión de riesgo. Ahí se habló sobre la preparación y los planes de contingencia para la prevención.
En mayo participaron en el Simposio Internacional de Gobernanza Integrada en Desastres de Larga Escala y Riesgo Económico, realizado en China por iniciativa del presidente Xi Jinping, para reactivar la ruta de la seda, donde están vinculados más de 30 países que trabajan en la gestión de riesgos de larga escala y de riesgos económicos. Fue una oportunidad para mostrar la experiencia del Ecuador.
La cultura de riesgo aún está en desarrollo en el país. Desde 2008 se trazó una política transversal en el Ecuador. Este Centro tiene la obligación moral y ética de ayudar a construir esa cultura.
En julio se proyecta desarrollar un curso sobre el costo que genera el cambio climático en el sector agrícola.
La cultura de riesgo aún está en desarrollo en el país. Desde 2008 se trazó una política transversal en el Ecuador. Este Centro tiene la obligación moral y ética de ayudar a construir esa cultura.
Resulta lamentable que mucha gente aprendiera a realizar construcciones seguras y acordes a las amenazas después del terremoto del 16 de abril; esta fue una dura manera de aprender y es una tarea que involucra a toda una sociedad desde las autoridades locales hasta el ciudadano común.
Una de las prioridades es mejorar las gobernanzas de riesgo. Lo cual se traduce en institucionalidad. Entonces debemos apostar por la prevención, pero hay largo trecho por recorrer.
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