Después de las provocaciones que han tenido Estados Unidos y Corea del Norte al probar sus misiles, se ha hablado mucho de una posible guerra nuclear. Sin embargo, no es un tema que puede suceder porque estos dos países han estado en problemas desde la década de los años 50, cuando se dio la separación entre Corea del Norte y Corea del Sur, cada una con un tinte comunista y capitalista, respectivamente. Desde ahí empieza la tensión que dio paso a la creación del Paralelo 38, un espacio desmilitarizado, que es una de las zonas geográficas más tensas del mundo en donde existen soldados de estas dos repúblicas cuidando la frontera.
En ese sentido, el problema puede no llegar a mayores términos y quedarse en una escalada más de tensiones, pues son temas cíclicos por los que ya pasaron Corea del Norte y Estados Unidos en 1962 y en 1980. Esto se da hasta que se acentúe una corriente política que le permita medir las fuerzas de reacción que tiene el presidente norteamericano Donald Trump, que aún no cumple los 100 días en el poder. Se está probando, además, hasta qué punto él puede tomar decisiones en cuanto a la geopolítica internacional, que mueve muchos intereses y aliados.
Por ejemplo, Estados Unidos cuenta con el apoyo de Japón y Corea del Sur; en cambio, Corea del Norte recibe el apoyo de Rusia y China; entonces, lo que se ha dado en los últimos días solo puede provocar –insisto- una escalada de tensiones en la que se podrá ver hasta dónde pueden llegar Kim Jong Un, líder de Norcorea y Trump. Si bien, China apoya a Corea del Norte podría verse un tanto desmarcada después de la reunión que tuvo Xi Jinping con Trump. Además, hay que considerar que las provocaciones geopolíticas se dieron después de este hecho.
Este es uno de los primeros problemas de la geopolítica internacional al que se enfrenta Trump y ahí se verá –según sus decisiones- cómo los va a definir y qué piezas jugará para conseguir el apoyo de los aliados de Europa y enfrentar en conjunto al líder norcoreano.
Todo esto apunta a que el desenlace no es la guerra termonuclear. Los organismos internacionales no permitirían que estos países lleguen a ese punto, precisamente por todos los intereses que hay en juego. Esto es como un tablero de ajedrez que sirve para ver quién va con quién, cuáles son las alianzas estratégicas, las alianzas militares. Se trata de alianzas que determinarán cuáles son los apoyos y endosos que logre conseguir tanto Estados Unidos como Norcorea.
Donald Trump está cambiando su forma de ver la geopolítica internacional y ahora sí aceptó que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es importante y ha tenido reuniones con los miembros de esta organización. Entonces, su primer planteamiento como Jefe de Estado, de aislarse de conflictos internacionales es casi imposible. Al parecer, entendió que al ser el Presidente de una nación como Estados Unidos tiene que ser una figura, un personaje importante en el orden mundial para establecer temas de paz, temas de política a nivel internacional.
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