El proceso de adaptación de un estudiante, está relacionado básicamente a su integración académica, en otros términos, existe una estrecha relación entre el abandono temprano y los resultados inmediatos. La evidencia ha demostrado que entre el rendimiento académico y el abandono, existe una relación inversa, a medida que el rendimiento académico mejora, la probabilidad de abandonar disminuye. Esta afirmación nos permite concluir que la satisfacción con los resultados, opera directamente con la intención de permanecer o abandonar. La tendencia para medir el rendimiento académico es hacerlo desde un punto de vista práctico, que vincule el éxito o el fracaso con resultados inmediatos o con las calificaciones de los alumnos en un determinado tiempo (Tejedor &García, 2007).
Los estudiantes que abandonan de forma temprana, normalmente atribuyen su decisión a múltiples factores, pero son pocos los que asumen que su rendimiento académico no fue el esperado. En lo que sigue de este artículo vamos a generar una sencilla evidencia que nos permita determinar la proporción de estudiantes que tienen una percepción real de su rendimiento. La opinión de los estudiantes con relación a su rendimiento fue contrastada con los resultados o calificaciones reales.
Rendimiento académico real en comparación con el rendimiento académico aparente.
Para generar la evidencia se aplicó una encuesta a 633 estudiantes que abandonaron tempranamente sus estudios de grado en la Universidad Técnica Particular de Loja. La encuesta aplicada tuvo varios componentes, mas para atender el objetivo de este artículo tomamos solo los aspectos relacionados con la percepción que tuvieron los estudiantes sobre su rendimiento académico.
Los resultados señalan que el 44,39 % (n=281) consideran que su rendimiento fue “deficiente”, el 43,91 % (n=278) creen que su rendimiento académico fue “bueno”, y 11,69 % señalan que no realizaron actividad académica. La proporción de estudiantes que consideran que su rendimiento académico fue bueno y pese a ello decidieron abandonar, nos hace sospechar que los resultados no se ajustan a la realidad, ya que el abandono temprano casi siempre está ligado al bajo rendimiento académico.
Para determinar si la percepción de los estudiantes se ajusta al rendimiento académico real se tomó del registro académico que mantiene la universidad, la información de identificación, calificaciones y matrícula, y se contrastó con la percepción de los estudiantes. En la tabla 1 se resumen los resultados de las combinaciones:
Tabla 1. Rendimiento real y expectativas de rendimiento académico
Percepción de rendimiento | ||||
Rendimiento real | Deficiente | Bueno | Sin actividad | Real |
Deficiente | 90 % n=252 | 67 % n=187 | 97 % n=72 | 81 % n=511 |
Bueno | 10 % n= 29 | 33 % n= 91 | 3 % n=2 | 19 % n=122 |
Total | 100 % n=281 | 100 % n=278 | 100 % n=74 | 100 % n=633 |
En síntesis, los resultados más destacados de la relación son: Coincide la percepción y las notas 54,19 % (n=252+91=343) y no coincide 45,81 % (n=187+29=216). Los casos que señalaron no haber realizado actividad el 97 % (n=72) tienen una actividad real deficiente. Asimismo, en la tabla 1 se ha resaltado el caso de la combinación percepción del estudiante “bueno” y resultado real “deficiente”, en este caso están el 29,54 % (n=187) de los encuestados, este hecho nos revela que existe una brecha significativa entre lo que lo que manifiestan los estudiantes y lo que realmente pasó con su rendimiento académico.
¿Qué conclusiones podemos extraer de esta evidencia?
Todos los estudiantes se enfrentan a situaciones personales diversas, pero no todos toman la decisión de abandonar, muchos de ellos consideran al estudio como su principal motivación y por lo tanto su rendimiento académico es el suficiente como para considerar que está avanzando correctamente en el logro de su objetivo. Es innegable que la decisión de abandonar, en la mayoría de casos, estará vinculada a un deficiente rendimiento académico.
Entendemos el hecho de que no todas las personas asuman que su rendimiento académico no fue el esperado, por eso es comprensible que se vincule la decisión de abandonar a múltiples factores, intentando de alguna forma encubrir el verdadero problema. Aunque la relación causal, del abandono en función del rendimiento académico, pueda resultar muy simple, resulta muy fuerte en el momento de tomar decisiones; es decir, se debe buscar e implementar estrategias que mejoren la media de rendimiento académico, este hecho hará que el estudiante, al momento de evaluar sus objetivos de ingreso a la universidad, se sienta motivado a continuar y concluir con éxito su formación profesional.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Entre el ruido y la contaminación: la sombra de los generadores
¡ALERTA!, la palabra HASTA, muchas veces, potencia la trampa en la aplicación de los DESCUENTOS
El desarrollo sustentable se escribe con H[1]
¿Black Friday o marketing tramposo?
Black Friday: ¿Una oferta disfrazada?