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Solo van cuatro

Juan Tibanlombo (+)
Dialoguemos EC
jueves, septiembre 14, 2017
El anuncio de que la delegación del Presidente Moreno viaje con solo cuatro personas en su delegación al 72 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas ha causado un grato asombro.
Tiempo de lectura: 2 minutos

Lo que debería ser algo absolutamente rutinario se ha convertido en una gran noticia. Después del despilfarro, la oestentación y la fanfarría; después de los opíparos desayunos, almuerzos, cenas y noches culturales amenizadas con voces guturales que decían cantar, aplaudidas por comensales más diletantes que socialistas; después de los banquetes que Nerón y Calígula de seguro envidiarían, (…) el hecho de que el Presidente de la República de un país con una renta mediana como Ecuador viaje a Nueva York, a una reunión de la ONU, con tan solo cuatro personas en su delegación ha causado un grato asombro. Un respiro.

Es como una bofetada a los que creían que una delegación del Gobierno ecuatoriano, como el de la última década, por poco y más debía contratar para llevar a su delegación e invitados a cualquier viaje, y más si era para ir a recibir un honoris causa, el Airbus 380 de la segunda aerolínea más importante de los Emiratos Árabes, Etihad Airlines: el tetrarreactor con dos cubiertas a lo largo de todo su fuselaje. Una planta superior organizada en suites de lujo, suites de primera clase y suite business. Y una planta inferior ocupada por la clase turista, cada silla con su laptop.

De ahí que el anuncio de que la delegación del Presidente Lenín Moreno viaje con solo cuatro personas en su delegación al 72 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas se ha convertido en una gran noticia y ha causado un grato asombro, un asombro contrario al que ha provocado los mensajes escritos en su cuenta de Twitter por Felipe Caicedo.

El delantero ecuatoriano ha decidido renunciar a la Selección, cuando la Selección más lo necesitaba. Y renunció porque un DT que brilló más por su ego fue puesto a un lado de la Tri. Porque más allá de terminar un proceso, su alegato de valentía, estaba de por medio una indemnización de medio millón de dólares. Ahora tendrá que ver  cómo termina un proceso que nunca comenzó, pero sentado en una silla, tal vez frente al televisor. Y resignado a cobrar solo $180 mil más, porque se ha convertido en un DT sin funciones, como el vicepresidente de la República, sin funciones pero con sueldo.

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