El activista político, Pablo Guerrero Martínez, exiliado político en República Checa desde 2012, tras ser acusado del delito de terrorismo y sabotaje por el caso 30-S, retorno este domingo a Ecuador.
En 2012, la República Checa otorgó asilo político a Guerrero, sobre quien pesaba un acusación por los delitos anotados, por haber irrumpido con un grupo de personas en el canal estatal Ecuador TV el 30 de septiembre de 2010.
Ese día se produjo una revuelta policial en un cuartel policial de Quito, en rechazo a la aprobación de una reforma a la Ley Servicio Público, por parte de la Asamblea Nacional. Los hechos terminaron con muertos, heridos y decenas de apresados. El gobierno del expresidente Rafael Correa levantó cargos por un supuesto intento de golpe de Estado.
En 2015, la República Checa rechazó una solicitud de extradición presentada por el gobierno de Rafael Correa tanto de Pablo Guerrero como de su hermano José Luis.
En el aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito, Pablo fue recibido por amigos y familiares. El activista cuestionó al gobierno anterior y aseguró que el presidente Lenin Moreno está secuestrado políticamente por simpatizantes del exmandatario. Según el abogado José Luis Guerrero Bermúdez (padre del exiliado), la justicia determinó la prescripción de la causa. (Con información de El Universo)
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