Sin afectar los sectores de salud y educación, la Pro forma enviada por el presidente Lenín Moreno a la Asamblea Nacional pone en evidencia la intención del mandatario de reducir gastos. Al mismo tiempo demuestra el interés de integrar al sector privado en la recuperación económica del país.
El equipo económico se ha esforzado en tratar de reducir los gastos del sector público con la venta de inmuebles, de los vehículos de alta gama, de uno de los dos aviones presidenciales y hasta con la reducción del 10% del salario de los funcionarios del nivel jerárquico superior, además de una selección de los contratos del sector público.
No obstante, la Pro forma tiene una sobrestimación en la recaudación tributaria. El año pasado el Servicio de Rentas Internas (SRI) no alcanzó la meta establecida, pues solo obtuvo alrededor del 88% de lo esperado, sin contar con las contribuciones generadas por la Ley de Corresponsabilidad para atender los efectos del terremoto del 16 de abril de 2016.
El gobierno espera reducir el déficit que bordea los $7 000 millones y dejarlo en $4 800 millones. Con todo esto queda claro que “la mesa no estuvo servida” y se confirma la evidente crisis económica que atraviesa el país.
Pero, ¿se cumplirá la austeridad ofrecida en la proforma enviada por el presidente Moreno? O ¿se seguirá endeudando al Ecuador?
Con un presupuesto de $36.000 millones y una deuda de $57.000 millones es difícil que el gobierno pueda cumplir todas sus promesas de campaña en el ámbito social. Sin embargo, el plan Toda una Vida podría trabajarse en forma conjunta entre el gobierno y la empresa privada. De esta forma participarían empresas que construyan viviendas y brinden empleo, por ejemplo.
El diálogo y la apertura mostrada por el presidente hacia el sector privado es fundamental para trabajar de manera conjunta con el empresariado, para convertirlo en socio, en aliado especialmente en los proyectos que requieren grandes inversiones.
Este es un signo positivo para atraer la inversión extranjera directa ya que hoy por hoy la nación ocupa los últimos lugares en este rubro, muy por debajo de sus vecinos Colombia y Perú. El país necesita recursos frescos de afuera por la baja capacidad de ahorro e inversión que tiene nuestra economía.
Los organismos multilaterales de crédito y el gobierno coinciden en que este año habrá un ligero crecimiento de la economía. La proyección del régimen es que Ecuador crecerá por debajo del 1%.
El presidente Lenín Moreno está aprendiendo de los errores de su antecesor. El diálogo ha demostrado que el ambiente positivo existe, pero hay que advertir que no se puede pasar muchos meses sin tener acuerdos y resultados. A punto de cumplirse los primeros 100 días de gestión todos los sectores sociales esperan que cumplan sus promesas.
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