Ecuador no es un país atractivo para los inversionistas pese a sus potencialidades turísticas, económicas y de ubicación en el centro del mundo porque este no cuenta con seguridad jurídica y con normas estables para seducir a los empresarios e inversionistas.
En los últimos diez años, el país no ha tenido ni va a tener inversión extranjera significativa; y las empresas que no se han creado no se van a crear; los datos de inversión extranjera directa son irrisorios en comparación con los de otros países de la región y esto es importante, pues es necesaria la inversión extranjera para crear riquezas.
Sin embargo, buscar incrementar el volumen de exportaciones en cantidad y calidad es un objetivo muy meritorio y loable, pero para ello se debe tomar en cuenta una cosa: lo importante no es aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones, lo que se debe hacer es acrecentar las exportaciones e importaciones; no es INCREMENTAR la balanza comercial sino la apertura comercial, exportaciones más importaciones. Aumentar las exportaciones es tarea de los empresarios y para que estos lo hagan, lo que requieren es la libertad para innovar y exportar (…)
En esta materia, una de las cuestiones que no se suele entender es que es imprescindible importar para luego poder exportar, puesto que en las economías productivas, como las que tiene el país ahora es una economía compleja, normalmente es una cadena productiva, por ejemplo: en el Ecuador se importa la maquinaria que luego sirve para fabricar el cacao que posteriormente se exporta o se importa; el cacao de baja calidad que se procesa con uno de mayor calidad y luego se reexporta. “Gran parte de las exportaciones son reexportaciones por ello es imprescindible que existan las importaciones”.
La clave de la política debe ser de libertad empresarial, exportación e importación. Y para ello es necesario cambiar los trámites aduaneros, puesto que en el Ecuador es bastante complicado. Es preciso que no sea tan complejo importar.
¿Es efectivo un Consejo consultivo de producción y tributario?
La frase de Napoleón Bonaparte: “Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona; si quieres que algo no se haga, encárgaselo a un comité”, no ha sido superada. Es ilógico creer que los empresarios de un país tienen intereses comunes, que va a funcionar un Consejo de producción y tributario en el Ecuador donde existen organismos absurdos e improductivos, que desalientan la producción. Un Consejo productivo es perder el tiempo.
Lenin Moreno debe hacer, lo que hace un presidente responsable, reunirse con los creadores de la riqueza de este país que ya están organizados en las cámaras de comercio e industria.
Moreno debe escuchar a las cámaras de comercio de Guayaquil de Quito (…) y ver cómo se hacen los negocios en una nación cuya proyección del Fondo Monetario Internacional (FMI) y “The Economist” es la de un infierno tributario, un ataque continuo a los emprendedores. Moreno debe escuchar lo que se le ha dicho en reiteradas ocasiones y hacer caso.
El dólar y el gasto público
El Ecuador dolarizado no tiene riesgo de tipo de cambio, ni de devaluación para las deudas externas por lo tanto se ha convertido en una aliciente para que el Estado se siga endeudando, derrochando sin reducir el gasto público, se ha producido un “efecto riqueza” en el endeudamiento.
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