La propaganda de Rafael Correa ha sido tan invasiva que los datos característicos de la economía ecuatoriana, más dramáticos, no son bien conocidos en el Ecuador. Los indicadores de pobreza, según las Naciones Unidas (ONU), han aumentado entre el 2015 y el 2016.
Cuando un candidato se presenta a unas elecciones presidenciales, el cargo del Ministro más importante es el de Economía –esto se da en cualquier parte del mundo- y con esto no cuenta Lenin Moreno, candidato oficialista, que además no tiene un programa, un equipo económico, ni promesas económicas. Él no sabe nada de la economía ecuatoriana.
Así, lo que se abre es un período de incertidumbre absoluta donde no se puede seguir como hasta ahora, evidentemente, hay que hacer cambios y los únicos datos que se tienen para evaluar son las mentiras de un programa de gobierno sin agenda económica. Se dice por ejemplo, que la economía va mejor, que va a generar empleo y que va a construir 40 universidades técnicas… Sin embargo, esto no va a ocurrir porque no se puede prever el futuro, pero sí se puede ver que los ingresos y los gastos no dan para que esto ocurra. Entre otras cosas, Moreno no va a cumplir con las 325.000 casas, no va a cumplir con el aumento del bono de desarrollo humano a USD 150.
El candidato Lenin Moreno ha hecho populismo económico durante esta campaña; ha prometido cosas que no va cumplir, ni tiene las intenciones de hacerlo, porque es imposible.
El Correísmo lo que ha hecho en estos últimos diez años es la hiperpolitización de la vida y de la economía. Se han creado una infinidad de puestos de trabajo y organismos políticos que intentan controlar la economía y esto es un grave problema.
Populismo económico
La palabra populismo es muy empleada, pero difícil de definir políticamente. Sin embargo, sí existe el populismo económico, quizá antes se lo llamaba irresponsabilidad. Lo que está viviendo el Ecuador es la pura irresponsabilidad: es una palabrería cursi para la demagogia.
Las sociedades prósperas son aquellas donde el sistema económico es independiente del modelo político. En el otro lado están las sociedades politizadas que creen en el populismo, aquellas donde todo el país pasa a depender de la política.
El problema económico se basa por lo menos en tres cosas que tienen que ver con el populismo: la primera es una división por clases sociales: pobres y ricos, una sociedad que concibe el socialismo rencoroso. En segundo lugar están las falsas promesas de que se va a solucionar la pobreza en base a dádivas por parte del Estado, en concreto, el candidato Lenin Moreno ha prometido varias cosas que son estrictamente falsas.
Una de las preguntas recurrentes a los economistas tiene que ver con el futuro del país y hacia dónde se evoluciona. Ecuador no es Venezuela, pero sigue el modelo de este país; sin embargo, hay algunas diferencias y una de ellas es la dolarización. La dolarización es una de las últimas vías de contención que separa al Ecuador del caos que es Venezuela. Pero hay más diferencias como el papel que juega el Ejército y la oposición, que es muy distinto a lo que ocurre en ese país.
Da igual quien gane las Elecciones, puede ser Guillermo Lasso o Lenin Moreno, Ecuador está en una crisis económica pero ¿cuánto durará la crisis y qué va a pasar?
De las pocas cosas que podría empeorar la crisis económica en el país es que además exista una crisis política o social. El llamado a ser responsables es para todos los actores. Una vez resuelto el tema electoral -de la mejor manera posible- el Presidente y la sociedad deben asumir el sufrimiento que va a costar esta crisis y no sumar un problema político a lo que ya existe.
Lo que se aspira es la liberación de la economía, más allá de quien esté en la política. Por desgracia, el candidato Moreno no promete nada de esto y prácticamente esa era la promesa del candidato Guillermo Lasso.
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