La noticia sobre sus muertes se conoció con pocas horas de diferencia el 7 de febrero de 2017. Luis Alberto Luna Tobar, el Obispo insumiso, murió pasadas las 07:00 de ese día; horas después se confirmaba la muerte de Tzvetan Tódorov. Si algo unía esas dos vidas era el reconocimiento del otro por sobre todas las cosas.
¿Las barbaries de las historias son idénticas?
“Todos los bárbaros no son idénticos -dijo Tódorov-. Lo que los distingue es que niegan la humanidad de los demás, a los que maltratan, odian y excluyen de la comunidad humana. Los nazis y los gobernantes de la Rusia comunista no eran lo mismo; tenían muchas diferencias. Pero los unía el odio al otro, al que no los obedecía”.
Luis Alberto Luna Tobar siempre se identificó con los otros. Pudo reconocer en el otro sus diferencias y aceptarlas. Luna Tobar y Tódorov en cierta forma coincidieron en la necesidad de conquistar el corazón de los otros, no de expulsarlos. No de fomentar el odio.
Fueron hombres desplazados, no sometidos, que veían en el amor lo sagrado del mundo moderno.”Pocas personas se sacrificarían hoy día por Dios, por la nación o por la clase obrera, es decir, por abstracciones, pero muchos padres están dispuestos a sacrificarse si la vida de sus hijos está en peligro y lo mismo se podría decir de otras formas de amor”.
Luna Tobar y Tódorov enseñaron, desde sus campos, la valía del otro. Porque fueron insumisos. Porque no aceptaron la negación de la humanidad de los demás.
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