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Desmitificando “el Debate”

Club de debate de la USFQ
Universidad San Francisco de Quito
miércoles, septiembre 21, 2016
¿Qué imagen se proyecta en tu mente cuando piensas en debate? Lo  más probable es que imagines un grupo de políticos durante una campaña electoral en la cual los vituperios y los ataques personales priman sobre el razonamiento, la crítica fundamentada y la argumentación. Las razones de esta respuesta se debe a que el debate […]
Tiempo de lectura: 6 minutos

¿Qué imagen se proyecta en tu mente cuando piensas en debate? Lo  más probable es que imagines un grupo de políticos durante una campaña electoral en la cual los vituperios y los ataques personales priman sobre el razonamiento, la crítica fundamentada y la argumentación. Las razones de esta respuesta se debe a que el debate en la sociedad  ecuatoriana es comparable con un iceberg: lo que creemos saber es apenas la punta que sobresale del agua y el mundo que este tiene para ofrecer se encuentra aún sumergido, en espera a ser descubierto.

Al inicio de las relaciones humanas, en la época del Cro-Magnon,  existió  la necesidad de comunicar las ideas y pensamientos más íntimos de cada individuo para vivir junto a sus pares, presentándose la palabra como el medio más idóneo y eficaz para este fin. Preguntas vitales han sido parte de la existencia en comunidad como: ¿quiénes serán los cazadores, y por tanto proveedores de alimento, durante el invierno? hasta preguntas más contemporáneas como: ¿se debe legalizar el matrimonio GLBTI? Esta herramienta, que en principio abrió espacio al diálogo entre personas,  posteriormente contribuyó a la exposición, argumentación de distintas ideas, posturas contrapuestas e incluso muchas veces excluyentes, originándose así el debate.  Y desde entonces,  sin darnos cuenta,  a diario, aún en las más simples actividades: como pedir permiso para una salida con tus amigos a tus padres,  o exigir  un aumento de salario a tu jefe;  se ha visto reflejado el arte de convencer. Más allá del manejo de una retórica impecable se trata de la dicotomía entre la construcción y argumentación de una idea y  la capacidad de transmitirla de tal forma que logre persuadir a quien va dirigida.

Desde la Grecia de Sócrates, Platón y Aristóteles surgen las primeras reuniones enfocadas a la práctica de este ejercicio dialéctica donde se abordan temas de interés social de la época y originan así la Democracia Helenística. Luego de un lapso olvidado de aproximadamente 1.500 años, el debate vuelve a surgir con el advenimiento de la Ilustración, siendo reconocida por las mentes más brillantes del Siglo de las Luces, como una de las 6-7 disciplinas científicas que todo hombre culto debería conocer.

Posteriormente, la primera asociación de debate fue constituida en 1794 en Londres, presidida en 1815 por la “Cambridge Union Society”, la cual es considerada como la  sociedad en funcionamiento más antigua del mundo. Paralelamente en el nuevo continente, la  Sociedad de debate de la Universidad de Harvard se crea en 1877, siendo uno de los primeros grupos de debate formales que se originaron en la comunidad anglosajona, su cultura de debate se ha visto ya institucionalizada y fortalecida a lo largo de los años. En la actualidad, tan sólo en Estados Unidos existen más de 160 sociedades de debate reconocidas con más de 120.000 miembros oficiales.

Todo este avance ha dado lugar a la creación de competencias a nivel mundial como el World Debating Championship, que se desarrolla durante 40 años. En contraste, para la comunidad hispanohablante en el 2011 se crea el primer Campeonato Mundial Universitario de Debate en Español, lo que evidencia un retraso en el desarrollo de la cultura del debate en los países de esta región, tomando en cuenta que la academia ha enfocado sus esfuerzos en la construcción de una sociedad de debate vibrante y competitiva.

En el caso del Ecuador, el desarrollo del debate como una disciplina competitiva ha sido prácticamente nula; mientras que  en varios países latinoamericanos se ha ido  construyendo paulatinamente. Como ejemplos cercanos encontramos que, por un lado,  en Chile el debate como parte de la educación inició hace 20 años, lo que ha permitido que se constituya una de las  escuelas y estilos más reconocidos en el circuito internacional. Lo mismo ocurre con Perú, al formar en el 2008  su primera sociedad de debate y el resultado es que la Universidad Católica de ese país cada año realiza uno de los torneos internacionales más importantes en la región:  el TODI. Por otro lado está Colombia que inició este proceso hace una década atrás la Universidad del Rosario ha alcanzado logros como el Bicampeonato Mundial en este tema.

¿Cómo se ha desarrollado el debate en el  Ecuador?   Hace  apenas un año nació  la primera asociación  de estudiantes universitarios que se enfoca en el  debate a nivel competitivo: el Club de Debate y Oratoria de la Universidad San Francisco de Quito. Esto inició con un grupo de cinco estudiantes unidos por la pasión al intercambio y argumentación de ideas, que ahora ha logrado convertirse en el primer club de categoría internacional conformado por 30 estudiantes. En tan sólo un año ha representado al país en tres eventos a nivel internacional, siendo el más reciente el Campeonato Mundial Universitario de Debate en Español, CMUDE. Este es el más importante evento para la comunidad hispanohablante y fue realizado en julio pasado en la Universidad de Córdoba, España. En esta edición participaron más de 350 estudiantes en calidad de debatientes, 50 en calidad de jueces y 100 voluntarios. La participación a nivel internacional de la primera delegación ecuatoriana representa un hito para el inicio de la cultura del debate en el Ecuador y -además- trae consigo una enorme responsabilidad para quienes somos portadores del conocimiento y experiencia adquiridos en eventos de esta categoría.

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¿Pero cómo se debate?  Esta tal vez sea le pregunta que aún no se ha respondido. Existen una gran variedad de formatos, sin embargo el más utilizado  a escala global  es el modelo Parlamentario Británico que emula el funcionamiento de la cámara de los lores y de los comunes de la rama legislativa inglesa. Está  estructurado por cuatro equipos: dos de gobierno y dos de oposición; posiciones que son asignadas aleatoriamente, y que defienden los diferentes puntos de vista dependiendo del asunto a debatir.

El tema o la moción es asignado a todos los equipos 15 minutos antes del inicio del debate; es variado, puede ser una cuestión política, filosófica o jovial, lo que se valora no es la posición en la moción, sino la capacidad de argumentar.

En la participación en España, por ejemplo, se debatieron mociones como: “Esta casa considera que Hillary Clinton ganará las elecciones generales” o “Esta casa considera que se puede amar sólo una vez”… Lo interesante de este formato es que brinda incentivos para que la construcción del argumento sea relevantes que el conocimiento específico. De esta manera, los jueces no evalúan la retórica para la calificación final, a pesar de que esta pueda ayudar significativamente para lograr persuadirlos. Si bien lo principal es el debate en formato parlamentario británico existen también torneos alternos como discursos enfocados a la retórica o competencias en donde los jueces pueden mostrar sus habilidades.

Es lamentable que a pesar del alcance del debate y su constante desarrollo alrededor del mundo, en el Ecuador la palabra aún sea asociada sólo con la retórica política y no con la argumentación, la lógica y el contenido de los discursos; consideramos la participación en torneos de nivel internacional como una de las soluciones a esta problemática. Para quienes hemos participado en el último Campeonato Mundial de Debate, CMUDE y somos parte de esta iniciativa estudiantil de la USFQ, la experiencia representa el primer paso hacia descubrir el lado sumergido del iceberg. Al competir con personas de distintas partes del mundo no solo nos permitió abrir nuestra mente a diversos puntos de vista históricos y académicos sino que fue posible notar en cada delegación una forma distinta de debatir. Además fue motivante ver cómo cada país aporta con elementos en este espacio para reconocer el camino que Ecuador aún tiene por recorrer.

Sin duda alguna, disputar un Campeonato Mundial ha sido una de las experiencias más enriquecedoras en nuestra vida académica y personal.  En nuestro primer debate, a pesar de nuestro entrenamiento previo de 12 meses, nos sorprendimos al ver que no sabíamos nada en comparación de nuestra competencia. Para el segundo día, nuestro nerviosismo se transformó en la energía necesaria para potenciar nuestro deseo de autosuperación. El tercer día, nos enseñó  que una vez acabado el debate “la competencia” se convierte en grandes amigos Al cuarto día, el cansancio mental y físico no eran un impedimento para dar más de nosotros mismos y así alcanzar  los octavos de final. En el quinto día, entendimos que lo más importante no es ganar, sino cuánto esfuerzo diste y cuánto aprendiste de la derrota. Al sexto día compartimos la felicidad de nuestros nuevos amigos que habían alcanzado las finales. El último día estábamos invadidos por el sentimiento de no querer dejar el lugar y el deseo apremiante de vivirlo nuevamente en el CMUDE Guatemala 2017. Este año participamos Josué Vasquez Vaca, Daniel Moreno Calvopiña, Cristhel Campaña, Miguel Martínez, Pamela Chiriboga, Karen Pineda y Ayrton Ruales. 
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En Ecuador estamos en una etapa de transición y crecimiento del debate donde es primordial reflexionar sobre la importancia de este tema en la sociedad como medio para el desarrollo del pensamiento crítico de los individuos. Ya hemos establecido el papel implícito que juega el debate en nuestras actividades cotidianas; sin embargo, es tiempo de resaltar su utilidad como una herramienta que aporta a la sociedad de manera general con personas que poseen la  capacidad de analizar y de plantear soluciones creativas a los distintos problemas que toda sociedad enfrenta.  La necesidad de que esta disciplina no sea sólo una práctica realizada por un grupo de 30 estudiantes o de una universidad es inminente, dado al potencial aporte a la sociedad que representaría la integración de más individuos al mundo del debate. Si bien el Club de Debate y Oratoria de la Universidad San Francisco de Quito ha sido el primero, no debe ser el único. Nuestro objetivo es ser una semilla para que surjan, crezcan y se consoliden nuevas asociaciones y organizaciones dedicadas al debate competitivo en distintas instituciones educativas,  con el fin último que se genere una cultura de debate en el cual el razonamiento, la crítica fundamentada y la argumentación sean los actores principales en el mundo de las ideas.

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1 Comments

  1. Eduardo Aguirre Maldonado febrero 9, 2017

    Un análisis tan simplón como el debate, de parte del académico, desde el momento que hace cuestionamientos al organizador por ser un “poder económico” y luego al proclamar vencedor al que no concurrió…razón está la Academia en crisis

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