Todavía en Ecuador la domótica en la vida cotidiana no está bien definida o está subutilizada, además por sus costos elevados, las personas que quieren incorporar este sistema en los hogares definitivamente deben ser personas que tenga un alto poder adquisitivo.
Muchas veces se tiende a confundir la domótica con un control de luz que se enciende al sentir un movimiento. La domótica propiamente dicha es cuando los sistemas están integrados, cuando todo se puede controlar desde un lugar o varios lugares sin generar esfuerzos; si no hay integración de algunos sistemas no se podría decir que es domótica, incluso este concepto solo se aplica en la parte del hogar. Cuando se habla de edificio o de fábricas en la parte de la administración es otro concepto que se denomina inmónica porque ya es la parte de negocios.
La domótica permite cubrir las necesidades de los habitantes del hogar en un sin número de áreas, lo que puede incluir luces, acondicionadores de aires, seguridad, control de accesos, control de energía, multimedia, etc. Sin embargo, en el país los proyectos de automatización no se han orientado en cubrir todas las necesidades y se encuentran normalmente enfocados a la parte de confort –llegar a una sala de audio video y con un mando se bajan las luces, se bajan las persianas, se prende el proyector, se enciende el sistema de video- en las otras áreas faltan más desarrollo.
En otros países, por ejemplo las personas con discapacidad encuentran que estos sistemas son útiles porque con un solo botón una persona accede a una ayuda como levantarse de la cama o puede ser trasladado a la bañera; en ese sentido, sí significa un apoyo para quien asiste a esta persona con problemas de motricidad; de hecho hay un sin número de sistemas y protocolos enfocados a estas personas que hacen que su vida sea mucho más sencilla.
En Ecuador no se conoce aun abiertamente las bondades de esta tecnología, además, las empresas dedicadas a desarrollar este tipo de proyectos tienen una falencia y es que ofrecen los mismos sistemas a todos sus clientes y ese no es el fin. Del lado de los consumidores todavía existe miedo a la tecnología y a ello hay que agregarle el costo que esto representa. Por ejemplo -según estudios que hicimos en la empresa en la que yo prestaba mis servicios precisamente con desarrollos de domótica, a las personas de clase media no le interesa adquirir estos equipos, en comparación con la gente de clase alta. Y aún así, no todos los integrantes de la familia estaban interesados en el tema. Incluso cuando se instalaban estos equipos se observaba que era un gasto innecesario porque no satisfacían las necesidades particulares sino que eran sistemas estándar-.
Hay que recalcar que en climas calientes, los individuos tienden a salir más de casa; en la sierra, en cambio, pasan más en el interior de las viviendas. Según nuestros estudios, este segundo grupo invierte más en el confort en su hogar, en la costa las inversiones en este sentido se direccionan a mejorar los pisos, la grifería más no en el confort que permite la tecnología.
Como ya se indicó los beneficios de la domótica son múltiples en muchos áreas, por ejemplo le va a generar un ahorro energético. Se puede -a través de una central de acondicionador de aire- controlar su uso y encenderlo solo cuando sea necesario. En ese sentido, falta vender esta idea y gestionar proyectos encaminados a solucionar el las necesidades de cada cliente y no solo vender proyectos estándar. La realidad es que la domótica se debe adaptar a las necesidades de cada persona y la empresa que oferta este tipo de soluciones debe trabajar más en mejorar la vida de cada uno de sus clientes y en demostrarles cómo se va a facilitar su vida después de la adquisición de estos sistemas que van más allá del confort y que pueden aplicarse tanto en seguridad como en multimedia, controles de agua en riego etc.
Ahora más que nunca la domótica y el internet de las cosas van de la mano -el internet de las cosas entendido como la comunicación entre máquinas- Antes, todo se comercializaba bajo una misma marca. Ahora los protocolos de comunicación en domótica están abiertos o hay marcas que abren los mismos y se puede integrar muchas cosas que están dentro de la tecnología, como refrigeradoras, lavadoras, celulares, televisores, proyectores y precisamente con el internet de las cosas se pueden mezclar equipos.
Lo que puede permitir el desarrollo y la masificación del uso de la domótica es que se sigan abriendo protocolos y que se involucren más marcas. Si es así esto será mucho más sencillo y las personas le gustarán integrar y utilizar una casa inteligente para su necesidad personal.
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