Muchos buscan comparar los cigarrillos electrónicos con los tradicionales; pero, ¿en realidad son diferentes? Según información del portal Tobacco Freeca, una de las estadísticas que la industria del vapeo utiliza con mayor frecuencia es un informe de “Public Health England”, que afirmaba que los cigarrillos electrónicos eran un 95% menos dañinos que los cigarrillos tradicionales. Sin embargo, después de la publicación del informe, tanto “Lancet” como “British Medical Journal” desacreditaron el informe por un par de razones: (1) metodología cuestionable, específicamente, que la afirmación se basó en un único estudio y solo representaba la opinión de los autores, y (2) un conflicto de intereses con uno de los autores, que recibió financiación de un distribuidor de cigarrillos electrónicos. Sin embargo, hay muchos estudios fundamentados científicamente que demuestran que los químicos de los cigarrillos electrónicos están asociados con cáncer y enfermedades respiratorias y cardíacas. 1 2
Estos dispositivos electrónicos funcionan con pilas. Contienen cartuchos llenos de un líquido que suele contener nicotina, saborizantes y sustancias químicas. El líquido se calienta y se convierte en un vapor, que la persona inhala. Por eso, consumir cigarrillos electrónicos se denomina “vapear” (de vapor). Hay mucha información incorrecta acerca de vapear.
El vapeo, cada vez más popular entre adolescentes y jóvenes, ya estaba en entredicho por sus posibles riesgos para la salud.
El cigarrillo electrónico tiene menos cantidades de químicos, pero por eso no deja de ser dañino tanto este como el tradicional ocasionan serios problemas de salud.
Una investigación de la Clínica Mayo que publica ‘The New England Journal of Medicine’ parece aportar la primera pista sólida. Tras analizar las biopsias pulmonares de 17 pacientes, todos vapeadores y con lesiones pulmonares, los investigadores han llegado a la conclusión de que probablemente estos problemas se deben al humo tóxico generado por agentes nocivos de los líquidos que utilizan los cigarrillos electrónicos, que provocarían las lesiones directamente o a través del daño en los tejidos.
Hasta la fecha, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos ha detectado un químico anticongelante potencialmente mortal llamado dietilenglicol en un cartucho de cigarro electrónico, junto con nitrosaminas específicas del tabaco, que están relacionadas con el cáncer.
Además de la nicotina, los cigarrillos electrónicos y el “vapor” (aerosol) de los cigarrillos electrónicos contienen propilenglicol y/o glicerina vegetal, la cual se ha descubierto que aumenta la irritación pulmonar y de las vías respiratorias después de la exposición concentrada, si bien se encuentra en cantidades pequeñas, con el tiempo se acumulan en el organismo, específicamente en las células y pueden provocar efectos indeseables.
El diacetilo, es un ingrediente que se utiliza para alimentos, en especial para darle a las palomitas de maíz un sabor a mantequilla o cremoso. Aunque puede considerarse seguro para el consumo, inhalarlo a través del vapor es un asunto diferente. Según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, causan bronquiolitis obliterante de inicio agudo, una enfermedad pulmonar obstructiva severa e irreversible.
Aparte de los posibles riesgos, tenemos a las nanopartículas metálicas que, debido a su tamaño ultramicroscópico, pueden acceder fácilmente al torrente sanguíneo, vasos sanguíneos y otros tejidos del cuerpo, lo que podría provocar consecuencias desconocidas; después de analizar el aerosol de un fabricante líder en cigarros electrónicos, los descubrimientos indicaron que contenía metales como estaño, cobre, níquel, plata, perlas de silicato y nano partículas (3)
Ese es uno de las razones por las que el cigarrillo electrónico está prohibido en algunos países entre ellos Estados Unidos.
El Ministerio de Salud Pública (MSP), del Ecuador, señala que la Ley Orgánica para la Regulación y Control del Tabaco (LORCT), rige también a los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), comúnmente conocidos como ‘cigarrillos electrónicos’.
La ley establece que el consumo de cigarrillos electrónicos también sea prohibido en espacios cerrados, incluyendo lugares de trabajo, públicos, medios de transporte y todos los lugares que hayan sido declarados como espacios 100% libres de humo de tabaco.
La autoridad también ha obligado a las empresas elaboradoras, importadoras y comercializadoras de estos productos de tabaco a proporcionar información sobre todas las características de diseño, parámetros, especificaciones y niveles de emisiones tanto a la Autoridad Sanitaria Nacional, como a sus consumidores. Pero, ¿será suficiente?
Por primera vez, el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2021 presenta datos sobre los sistemas electrónicos de administración de nicotina, como los ‘cigarrillos electrónicos’. Estos productos van dirigidos con frecuencia a niños y adolescentes en las promociones de las industrias tabacaleras e industrias conexas que los fabrican, mediante miles de aromas atractivos y afirmaciones engañosas.
La OMS constata con preocupación que los niños que consumen dichos productos tienen hasta el triple de probabilidades de consumir productos de tabaco en el futuro. La Organización recomienda a los gobiernos que pongan en marcha reglamentaciones para evitar que los no fumadores empiecen a consumir tales productos, impedir que el hábito de fumar vuelva a normalizarse en la sociedad y proteger a las generaciones futuras.
«La nicotina es sumamente adictiva. Los sistemas electrónicos de administración de nicotina son dañinos y deben regularse mejor», señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «De no prohibirlos, los gobiernos deben adoptar políticas adecuadas para proteger a su población de los daños que causan los sistemas electrónicos de administración de nicotina e impedir que los niños, los adolescentes y otros grupos vulnerables empiecen a utilizarlos.» (4)
Según la OMS, actualmente, la venta de sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) está prohibida en 32 países. Otros 79 países han adoptado al menos una medida parcial para prohibir el uso de dichos productos en lugares públicos, poner cotas a la publicidad, promoción y patrocinio conexos o exigir advertencias sanitarias en el empaquetado. Ello significa que en 84 países los SEAN no están reglamentados ni restringidos de ningún modo. (5)
El tabaco provoca la muerte de 8 millones de personas al año, 1 millón de ellas a causa del humo ajeno. Si bien los SEAN deberían reglamentarse para proteger al máximo la salud pública, el control del tabaco debe permanecer centrado en reducir el tabaquismo en todo el mundo, solicita la OMS.
Referencias
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