La credibilidad es una condición que hay que saber ganársela. Con esfuerzo, con tesón, con dedicación, con compromiso decidido. De eso se trata la vida, de poder generar en las personas alrededor, credibilidad. Que estén seguros, que estén tranquilos, pues pueden creer, lo que se dice y lo que se hace.
Otra cosa es lograr los planes, que los proyectos se inicien y ejecuten bien, que las metas propuestas se vayan alcanzando. Para ello, no basta la dedicación de uno mismo, no es suficiente. Es indispensable que los otros también se comprometan, se empoderen, que crean en las propuestas y juntos lograrlo.
Es como cuando vamos a jugar un partido de fútbol, el fin de semana y nos comprometimos, creímos, en lograr el triunfo a base de trabajar en equipo, para continuar en la competencia. Pero, si uno o varios de los jugadores, la noche anterior se fueron de parranda, el resultado esperado es negativo. Dónde quedó el compromiso, dónde está el equipo, el grupo, la meta propuesta. Se gana porque se cree en el compañero, que como equipo se preparan y juegan a ganar, todos dando lo mejor de cada uno. Porque no hay que olvidar que el otro equipo también juega al fútbol.
Pero, aunque parezca increíble, la credibilidad en los jueces es fundamental, pues no serviría de nada el compromiso y el esfuerzo desplegado en el campo de juego, respetando las reglas, si los jueces han sido comprados por un tercero, para actuar de forma sesgada. Por más que lo intentemos, que dejemos todo en la cancha, si él juez no es justo, no ganaremos el partido. Esto es, en otras palabras, el muy comentado obstruccionismo político, que entorpece todo y solo beneficia a los de la argolla, a los de ese grupo. Esto es el pan de todos los días, la falta de credibilidad genera el oportunismo, pues deben generar réditos personales en su participación.
Es ahí donde aparece la credibilidad y la confianza entre pares. Solo así se construyen los logros, así se fundamenta el crecimiento como seres humanos, consolidamos una comunidad, una sociedad con valores, con progreso para todos. ¿Cómo evaluar el primer año de Gobierno de la administración Lasso? Bajo el contexto establecido significaría sólo la rama ejecutiva. La legislativa tiene su propio rollo, con rabo de paja, su propia vara de medición. Y el judicial no se queda atrás.
Como Coordinador General del Programa Sectorial de Transportes del Consejo Nacional de Modernización del Estado-CONAM, al modernizar los puertos del país, enfrentamos el caso del puerto de Guayaquil. 3.000 empleados, ineficiencia total, 165 días para liquidar un conocimiento de embarque (B/L) y, por tanto, los ingresos no entraban a tesorería. Gracias a la tecnología y a la disponibilidad de recursos, pignoramos al Banco Pichincha los ingresos futuros y obtuvimos un préstamo de $36 millones, para financiar la indemnización de 2.900 trabajadores. Se implementó un proceso de formación y actualización para constituir empresas de servicios, como aporte debían invertir una parte de su indemnización. Entre ellos escogieron a los socios y se conformaron dos empresas de servicios portuarios. Una con 700 y otra con 600 accionistas. Total 1.300 trabajadores que se escogieron entre sí por la confianza y la seguridad de su inversión, por la credibilidad. ¿Qué pasó con los otros 1.600 trabajadores que no fueron aceptados o no quisieron invertir sus fondos (desconfianza, inseguridad, falta de visión, incredulidad)? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que, las dos empresas siguen prestando los servicios portuarios de forma efectiva. Esto es credibilidad y su resultado se mide en el progreso y bienestar de sus socios.
Luego de 15 años (del 2007 al 2021) de Gobierno presidencialista-dictatorial (los llamo así pues lo que el presidente decía se tenía que hacer sin importar si estaba bien o no), no se mejoraron los niveles de bienestar de los grupos vulnerables, ni la economía, ni teníamos una base sólida para desarrollarnos como país. Los agoreros de la desgracia exigen que un año, 12 meses, se resuelvan los problemas y las dificultades que en 15 años no solo no se resolvieron, sino que parecería que se crearon algunos muy complicados de solucionar (narcotráfico enraizado).
Aplaudir los logros positivos no importa, sólo basta resaltar los negativos, es que eso hacen muy bien. La inseguridad está en todas partes, es el slogan, no importa que la economía esté en equilibrio, que tengamos un Banco Central saneado, que el desempleo esté a la baja, que un alto un alto porcentaje de la población esté vacunado, en que se han salvado vidas, comprenden, se han salvado vidas. No, lo importante es ser contrarios y rasgarse las vestiduras por lo que ahora está mal. Salen a grito pelado a protestar por la inseguridad. Recuerden vivimos 15 años de una “paz mafiosa”[1], un acuerdo con las mafias nacionales e internacionales, para mantener el negocio de la droga que involucra a tanta gente incluyendo funcionarios públicos, Fuerzas Armadas, Policía, jueces, juzgados y demás. De igual manera podemos apreciar el problema de las cárceles, de las mafias internas, de la corrupción de la administración, de lo flexibles qué son los sistemas para no controlar armas droga y demás. Esta inseguridad socapada por una asamblea, con minúscula, excesivamente sesgada en lo político, que trata de no perder poder, no contribuye en nada para consensuar soluciones de corto y de largo plazo. Movimientos y partidos políticos qué se olvidaron que están ahí por una razón, responder al pueblo que los eligió (todos somos pueblo, no solo ellos, ni su partido o movimiento). Las evidencias de esta gestión tan pobre y sesgada de la asamblea incluyen, pero no son todas: amnistías injustificadas, mal uso de fondos, coerción, nepotismo, juicios innecesarios a autoridades y miembros de la asamblea, desaprobación de leyes, entre otras. ¿Esto también es una mala gestión de la Administración Lasso?
Aprovecho la oportunidad de haber levantado este tema y contarles algo que parece un cuento, pero el parecido con la vida real es simplemente una coincidencia. “Había una vez una isla pequeña de 719 Km2, en extrema pobreza. Singapur se llamaba y aún se llama. Bordeaba los inicios de la década de los sesenta, hace como sesenta años, densamente poblada, con incapacidad para generar bienestar, con niveles muy altos de corrupción y una dependencia externa de Malasia y China, su autoridad visualizó como única alternativa penalizar fuertemente la corrupción y los delitos, reduciendo mucho las libertades individuales para lograr un combate decidido a la inseguridad, corrupción y gestión ineficiente”.
Posiblemente siguió una estrategia similar a China y Corea del Sur con el propósito de sentar las bases de su desarrollo futuro. La República Popular de China decidió eliminar la pobreza de casi 1.000 millones de ciudadanos en detrimento del medio ambiente y la contaminación, implementando las industrias básicas de acero, aluminio, medicinas, plástico entre otras. La República de Corea del Sur, por su parte, puso al mundo como su mercado objetivo y hacia allá alineó todas las políticas para promover el conocimiento y la innovación productiva. Singapur focalizó las políticas públicas en promover el mercado y la producción industrial con base tecnológica. Hasta aquí el cuento, ahora la cruda realidad.
Los números de Singapur no mienten (estadísticas), hablan por sí solos:
Singapur está entre los países más pequeños del mundo. Tiene una población de 5,5 millones de habitantes, lo cual genera una densidad poblacional difícil de gestionar. Es la 36va economía en términos de PIB (2021), pero de los países con mejor PIB per cápita, séptimo entre 196 países. Los números no mienten. Sin embargo, la perfección no existe, solo aproximaciones sucesivas. Según Democracy Index de The Economist Intelligence Unit, Singapur al igual que Ecuador, tienen una democracia débil (flawed en inglés). En Singapur, desde la década de los sesenta, se limitaron las libertades con el propósito de construir una sociedad justa, sin corrupción, para que no se afectara la eficiencia. En nuestro caso, es producto de la inmadurez política, la corrupción generalizada, el flojo sistema de justicia y la falta de educación de calidad. Según la misma fuente citada, para el año 2020, Ecuador se ubicó en el puesto 69 de 167 países, con un puntaje de 6,13 y Singapur en el puesto 74, con un puntaje de 6,03. No todo lo que brilla es oro.
Al existir control sobre la gestión de los recursos, penalizar los actos delincuenciales, de corrupción, de comportamiento inadecuado, de ineficiencia y dar ejemplo, la corrupción se puede controlar, obviamente tiene un costo. En el caso de Singapur es alto, las libertades individuales. Por otro lado, un ciudadano en Singapur tiene un ingreso per cápita de $68.924 anuales, es decir $5.744 mensuales, casi el sueldo del presidente de la República en Ecuador. Cinco millones de habitantes están vacunados, el 91% de la población. Los gastos del gobierno en educación, salud y vivienda están a la par de los gastos en defensa. ¿Impresionante verdad? ¿Dónde está el éxito? Intentaré resaltarlo de la mejor manera.
El principal factor es la libertad económica (2do puesto), acompañada de políticas públicas en educación, salud y vivienda social (referencia mundial), consolidación de la institucionalidad pública para dirigir el país a la prosperidad. Se creó la Junta de Desarrollo Económico que focaliza los recursos a promover la industrialización, con especial dedicación la industria petroquímica y el refinamiento de petróleo, en su primera etapa. Para inicios de la década de los noventa se da un giro sustancial y se focaliza en el desarrollo de los negocios financieros, paraíso fiscal, y se busca que Singapur sea el centro financiero global.
El segundo factor es su localización geográfica e infraestructura portuaria, por ello se convierten en socios estratégicos del comercio mundial pues canalizan el comercio entre China y Europa, en el puerto de Malaca. Las exoneraciones arancelarias que acompañaron la política de libertad económica consolidaron su rol en el comercio mundial. En el año 2021 su balanza comercial fue de casi $50.000 millones
El tercer factor es la inversión en capital humano, educación de calidad, pues al abrir las fronteras a la inversión extranjera debían dotar al recurso humano de las mejores capacidades. La mayoría de sus ciudadanos hablan muchas lenguas, inglés y mandarín especialmente y otras más locales y culturales. En las escuelas y colegios se estudia en inglés como lengua cooficial. Al mismo tiempo se implementaron políticas tributarias acordes con la decisión de apertura, baja presión fiscal, no existen impuestos a las ganancias productivas, ni a las herencias, el IVA es de 7%, el tamaño del Estado es crucial y se reduce a 5% del PIB.
El cuarto factor es la estabilidad política, aunque a la fuerza de un solo partido, pero han logrado mantener la planificación del desarrollo en camino, sin cambios radicales periódicos. Esto es fundamental, los acuerdos políticos deben ir en este sentido, en función del futuro del país y de sus ciudadanos.
El quinto factor es cuestionable por la sociedad global, libertades individuales limitadas, pero la solvencia económica no es gratis, se la consigue con sacrificios. El férreo control de las libertades individuales, según los expertos, ha coadyuvado a mantener la política de cero tolerancias a la corrupción y una reducida discrecionalidad a los funcionarios públicos, por tema de gasto. La existencia de la pena de muerte y de fuertes sanciones a quienes incumplen con la ley, el estado y la sociedad, ha facilitado algunos logros como alcanzar el nivel de solvencia económica y de bienestar de los ciudadanos. El elevado costo en derechos humanos con visión occidental es el tema a mejorar en el tiempo.
En el anexo se presenta un cuadro comparativo entre Ecuador y Singapur, mis acuciosos lectores emitirán las observaciones y preguntas necesarias. Me anticipo a algunas preguntas: ¿Por qué no podemos resolver los temas sociales?, ¿por qué la corrupción campea en cada acción?, ¿y las libertades individuales?, ¿qué necesitamos?
En algunas ocasiones he mencionado que la solución alternativa llevará tiempo, mucho tiempo. Por ello no podemos pedir a la administración de gobierno que resuelva todos los problemas en un año, ni en una década. Es deber de todos apoyar un modelo de cero corrupción, los escasos recursos deben ser focalizados a resolver problemas de producción, empleo, educación, salud, vivienda. Si señor, pa lla debemos apuntar y no disparar a tontas y a locas.
Aplaudamos lo bueno, critiquemos positivamente lo malo o ineficiente, demos ideas y comprometámonos a los cambios que son necesarios para que lo malo se convierta en bueno y san se acabó.
ANEXO
FUENTE:https://datosmacro.expansion.com/paises/comparar/ecuador/singapur?sector=Ranking+del+Indice+de+Competitividad+Global&sc=XE0J.
[1] / Paz mafiosa, explicación en el artículo “El efecto domino de hacer bien las cosas”, https://dialoguemos.ec/2022/03/el-efecto-domino-de-hacer-bien-las-cosas/
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