A partir de la pandemia por covid-19 y, sobretodo, por el confinamiento que se vivió hace aproximadamente dos años en Ecuador, y en todo el mundo, incrementó el uso de los dispositivos electrónicos y plataformas virtuales para lograr sostener o crear los vínculos sociales y laborales, detenerse lo menos posible a pesar de todas las medidas de prevención de la salud implementadas.
Según Yáñez C. (2021), periodista en comunicación y educación de la revista virtual La Tercera, hace mención a lo que algunos especialistas han denominado Tik tok tic para hablar del conjunto de tics, que niños y adolescentes, han presentado en sus consultas a partir de la pandemia.
Públicamente, la alerta surgió entre los especialistas de Estados Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido. Durante meses, pediatras y neurólogos veían cómo a su consulta llegaban cada vez más adolescentes con movimientos repetitivos sobre todo en su cara (cierre de ojos, muecas) y cabeza que no podían controlar. Sus padres estaban asustados y los médicos intrigados.
Sin embargo, dan cuenta que el criterio de diagnóstico diferencial es que los tics del Tik Tok Tic, no se han mantenido durante un año, característica que el DSM V propone para para hablar de trastornos, y por otro lado, han dado cuenta de que estos movimientos involuntarios responden más a una constitución psicológica, que a una causa neurológica.
Siguiendo esta línea propuesta, desde la psicología clínica se apunta con mayor seguridad a otras causas de orden subjetivo y de la dinámica familiar cuando se han descartado las causas orgánicas, es decir, se abre un espacio de escucha para atender lo que está detrás de los tics (como movimientos o sonidos repetitivos e involuntarios) y encontrar qué los está generando.
Es necesario considerar que, a nivel estructural, los adolescentes se encuentran en un proceso de transformaciones subjetivas en las que el esquema corporal sufre grandes cambios atinentes con la aparición de los caracteres sexuales secundarios en el cuerpo. La mirada del otro tiene un valor significativo y se vuelve necesario encontrar “nuevos espejos” desde donde el sujeto pueda mirarse y asumir un nuevo esquema corporal.
La problemática radica justamente en ¿qué espejos tiene enfrente el adolescente con los que pueda asumir su corporalidad? Lo que se encuentra como novedad es que sus padres ya no son los referentes o la garantía al éxito como cuando era un niño. Ahora, en el campo social, lo que encuentra son a sus pares y las formas pulsionales desatadas a la que la época lo empuja a identificarse.
Una de las cosas que ofrece la época que ha ido de la mano con la emergencia sanitaria por covid-19, ha sido el uso de plataformas virtuales, tales como Facebook, Instagram, Tik tok, Twiter, blogs, etc. Que se presentan como los escenarios desde donde los adolescentes toman rasgos para hacer con su cuerpo: outfits, formas específicas de vestirse para definir o no el género con el que se identifican, de peinarse, tatuarse, agujerear el cuerpo con piercings, verse preocupantemente delgadas, formas de presentarse frente a los otros. Elecciones que responden a la necesidad de crear “lazo social”.
Estas plataformas se ofrecen además como un “lugar” o espacio en el que el sujeto tiene la sensación de pertenecer a ese grupo: una fan page, blogs, siendo tiktokers o youtubers, que más bien lo masifica y lo anula como sujeto pensante, dejándolo desbrujulado, sin orientación.
Así es que no es importante si conocen o no a cada uno de sus seguidores, solo importa que los sigan y les den likes o viralicen las fotos y videos que exhiben la fantasía de completud y perfección que quisieran tener por medio de imágenes montadas o hechas solo para publicar. Mostrar una realidad que no es la verdad de cómo se sienten, es reflejo de lo que quisieran para sus vidas y lo que esconden es toda la vulnerabilidad e insatisfacción que sienten debido a todos los cambios y duelos que trae la adolescencia. En otros casos se presentan bajo un seudónimo o escondidos en el anonimato que permite la virtualidad.
El adolescente se encuentra en una sobreexigencia de dar sentido a todo lo que le ocurre, frente a esta demanda de simbolización tomará como respuesta inmediata lo que la virtualidad le ofrece como modos de respuesta articulándolo a una realidad de fantasías o imaginarias. Es en esta articulación donde toman fuerza las redes sociales y virtuales proporcionando a los adolescentes la posibilidad de identificarse con los tiktokers, instagramers, etc. Reproduciendo realidades virtuales o imitando ciertos retos o como lo propone esta nueva modalidad: los tics.
Lo que es seguro es que esta aplicación, así como las demás, se presentan como la plataforma desde donde los adolescentes obtienen un sinnúmero de formas de identificarse a nivel de las imágenes, que finalmente son endebles ya que buscan lo que no es posible: la perfección. Y, por otro lado, ser parte de un grupo donde lo pulsional queda a rienda suelta.
Los expertos señalan a Tik tok como la principal plataforma en este llamado Tic tok tic, ya que, a partir de videos con contenido de las características del Trastorno de Tourette, gran mayoría de adolescentes han reproducido y viralizado estos videos, como también, han grabado los propios imitando los tics del mencionado síndrome. De tal manera, que más allá de imitarlos, quedan “pegoteados a estos movimientos” en una suerte de identificación pulsional imparable por la que llegan a consulta.
Tal vez por un tema que se puso de moda, hacer como si se sufriera de esos síntomas, tratar de dividir al espectador con una historia tal como “¿cómo vivir con el trastorno de Tourette?” para al final del video decir que no lo padecen, en tono de burla o porque eso es lo que “hacen ahora” los adolescentes.
Es de importancia aclarar que detrás de esta imitación o identificación con los tics, hay otro grupo de adolescentes, incluso niños, que presentan tics sin haber reproducido o visto los videos mencionados, netamente a modo de síntoma que expresa un malestar.
Así como también, es importante comprender que tanto quienes imitaron los tics como los que los tienen sin pasar por la identificación, tienen en común la puesta en juego del cuerpo como escenario donde se manifiestan, como punta de un iceberg, los tics. Es muy posible que detrás de esos tics (movimientos involuntarios) encontremos altos niveles de angustia y depresión o que los niños y adolescentes presentaban ya con anterioridad problemas para relacionarse con los otros puesto que, al haber un empuje de las pulsiones, estas no permiten que llegar a un vínculo social, sino más bien a la rivalidad imaginaria.
Se debe considerar que los niños y los adolescentes, además de encontrarse en el proceso constitutivo de su esquema corporal, también se encuentran en el proceso de socialización que les puede resultar difícil sostener con sus pares, por lo que, la virtualidad les ofrece ese distanciamiento y posibilidad de demostrar alguien que no es.
El confinamiento para ambos grupos etarios los colocó dentro de la dinámica familiar durante todo el día, una dinámica que definitivamente cambió y pudo ser generador de estrés, ansiedad, depresión en los sujetos causando estos movimientos o sonidos involuntarios en el cuerpo.
Con lo anteriormente desarrollado se pueden ubicar a modo de pautas lo que ayudaría a organizar los impulsos que se viven en la adolescencia. Se vuelve imperante orientar a los adolescentes a prácticas sociales desde donde puedan irradiar sus gustos, pasiones y acompañarlos en el recorrido de quienes son haciendo uso de las habilidades, destrezas y fortalezas que presentan o que van descubriendo para afianzarlas perteneciendo a un grupo o espacio donde pueda explayarlas, sin importar si es virtual o presencial.
Siempre se tratará de que a los niños y a los adolescentes hay que acompañarlos en el camino, ubicando los límites necesarios frente a las situaciones que van viviendo, en el campo de la virtualidad, el límite estaría por el lado del uso que hacen de aquello, y no solo en el tiempo dedicado a estas tecnologías, sino a la funcionalidad que tiene aquello en cada adolescente, no de forma universal, sino lo que se articula o se desarticula para cada uno.
Referencias:
Yáñez, C., (2021). ¿TikTok tics? Especialistas alertan por aumento de casos de niños y adolescentes con tics nerviosos. Revista virtual La Tercera. Obtenido de https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/tiktok-tics-especialistas-alertan-por-aumento-de-casos-de-ninos-y-adolescentes-con-tics nerviosos/BEXSC5OXWFFCPNRSS3AMP4X2UU/
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