En un mundo dominado por la innovación tecnológica existe una carrera por alcanzar el liderazgo entre las principales naciones del mundo, con el fin de tener la supremacía tecnológica y por ende el control de lo que podría ser una nueva hegemonía mundial.
El término Inteligencia Artificial se utiliza mucho cuando se consideran los factores de esta “carrera”. Sin embargo, es importante entender de qué se trata la Inteligencia Artificial (IA), porque muchas veces se la sobredimensiona, hasta casi darle un tono de ciencia ficción. En esencia la inteligencia artificial es un conjunto de procedimientos y técnicas de análisis que permite tomar una acción basada en una gran cantidad de datos. Para entender el término un poco mejor podemos considerar una aplicación en nuestra vida diaria: en las búsquedas de Google o los anuncios y sugerencias que se reciben en las redes sociales. En estos casos, se procesa una cantidad inmensa de datos: perfiles, clicks, tiempo de visualización, categorías, hora del día, etc. Imaginemos por un momento, la cantidad de datos que en este mismo instante están recopilando las redes sociales a nivel mundial. Así actúa la Inteligencia Artificial, recopila información de una cantidad innumerable de fuentes para procesar esos datos y encontrar patrones de todo tipo, y finalmente una vez que los analiza poder tomar una decisión con información certera.
Ahora, pasando al tema bélico, más allá de que un estado y su fuerza militar dependan de la tecnología, es la sociedad en general quien depende completamente de ella. En siglos anteriores, si un enemigo de un país quería afectar la infraestructura de una ciudad, se dirigía a sus puentes, carreteras y fuentes de suministros de agua y demás. Luego se pasó a centrales hidroeléctricas y de telecomunicación, pero aún así era necesario atacar físicamente para causar daño. Actualmente, la interconectividad de los sistemas permite que existan controles remotos, sistemas de optimización de recursos y un sinnúmero de funcionalidades que son sumamente útiles, pero que así mismo dejan una puerta abierta para el acceso a esos sistemas a personas no autorizadas. consecuentemente, ya no es necesario un ataque físico para causar daño y dejar sin funcionamiento a uno de estos elementos de la infraestructura de una ciudad o país. Actualmente, un virus o ciber-ataque puede afectar un sistema digital de manera temporal o definitiva.
La tecnología es un bien importante y estratégico en la sociedad e incide en las decisiones de un Estado. No solo los países desarrollados dependen de ella para tomar decisiones, en la actualidad, cualquier nación incluidas las tercermundistas se basan en la mayor cantidad de datos que recopilan antes de tomar decisiones.
En el tema de defensa de un país, la tecnología se vuelve fundamental para el funcionamiento de la sociedad. Por lo tanto se puede hablar de un antes y un después de la tecnología, en la defensa de una nación. Los ciberataques han venido escalando y cada vez se hacen más complejos y sofisticados; sin embargo, de esa misma forma se actualiza la defensa. Aunque ese momento de antes y después difícilmente se le pueda poner una fecha precisa, la migración paulatina a una dependencia en la tecnología y las telecomunicaciones han marcado muy claramente este antes y después.
En este momento los ciberataques no son realizados o coordinados exclusivamente por personas, detrás de estos se encuentra la Inteligencia Artificial. Existen competencias de ciberseguridad donde los equipos que compiten ya no escriben ‘ciberataques’ como tal, sino que se escriben códigos de inteligencia artificial y esos monitorean y tratan de hackear otros equipos mientras defiendes a sus propios recursos.
La IA está siendo utilizada no solo para visualizar datos, sino para orquestar ciberataques. Lo más reciente entre el conflicto por la invasión de Rusia a Ucrania, el colectivo de hackers Anonymous ha declarado que apoyará a Ucrania en su lucha contra Rusia, y ya ha reivindicado un ataque a la cadena de televisión controlada por el Estado, Russia Today (RT).
Según varias cuentas de Twitter asociadas al grupo, Anonymous habría también derribado numerosos sitios web relacionados con el Gobierno ruso.
“Anonymous está actualmente involucrado en operaciones contra la Federación Rusa”, escribió este jueves (24.02.2022) el grupo en su cuenta principal de Twitter. “Nuestras operaciones tienen como objetivo el Gobierno ruso. Es inevitable que el sector privado también se vea afectado con toda probabilidad”, agregaron.
De acuerdo con el portal digital DW, la misma emisora estatal rusa RT dijo que fue objeto de un “fuerte ciberataque DDoS” el jueves, y aseguró en un comunicado que los ataques a sus sitios web provenían de unos 100 millones de dispositivos, la mayoría con sede en Estados Unidos. Pero la emisora dijo que estaba resolviendo los problemas y su sitio web parecía funcionar normalmente.
Sin embargo, el que Rusia sea víctima de Anonymous puede debilitar a su Gobierno, pero no tanto, como para hacerlo retroceder en las decisiones que está tomando. Es evidente que el pueblo ruso no está completamente consciente de todo lo que está haciendo el presidente Vladimir Putin, porque hay desinformación dentro de Rusia. El ataque de Anonymous y las sanciones impuestas por varios Gobiernos, los países del mundo podrían lograr una desestabilización del Estado ruso, aunque su presidente quiera llevar este conflicto hasta las últimas consecuencias e incluso existe la amenaza de utilizar armamento nuclear. Antes de que esto ocurra y por duro que suene, el mundo estaría dispuesto a sacrificar a Ucrania antes de que se desate un conflicto nuclear a escala mundial.
La ciberguerra pierde fuerza cuando el conflicto es obvio y público. En otras palabras, el elemento de sorpresa o de pasar desapercibido es una de las armas más eficientes en ciberataques. Cuando todo se está ejecutando de manera “normal”, es cuando un hacker tiene muchas más posibilidades de causar problemas y tomar control de un sistema digital. Si existe una “guerra avisada” es mucho más difícil causar daños con un ciberataque. Al momento por ejemplo en los Estados Unidos todas las direcciones IP que se originen en Rusia están siendo monitoreadas e incluso bloqueadas, lo que no ocurría en momentos de paz. Esto previene una gran cantidad de posibles ataques que se pueden orquestar.
La Inteligencia Artificial tiene aspectos que no son críticos en este tipo de contexto, por ejemplo, hacer que un robot camine o que tenga expresiones faciales, y esas funcionalidades no son fundamentales en esta guerra. Por otro lado, la IA sí tiene otras funcionalidades que derivan de forma muy directa ventajas en esta carrera por la nueva hegemonía como lo es la toma decisiones basada en grandes cantidades de datos en un determinado momento.
Pero “su utilización ya dentro de la carrera armamentista puede llegar a ser un factor de riesgo incalculable, tal como lo mencionó Stephen Hawkings, quien describió que el futuro de las tecnologías de súper Inteligencia Artificial podría llegar a ser el fin de la humanidad”. (http://portal.amelica.org/ameli/jatsRepo/262/2621457007/html/index.html)
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