Mientras avanza el programa de vacunación se ha especulado que la vacuna podría causar diferentes reacciones relacionadas con la salud del paciente. Debido a esto se determinó que uno de los requisitos para acceder a la vacuna antiCovid -19 es que las personas no tengan problemas de coagulación o hayan ingerido algún medicamento que podría provocar este problema.
Esto se debe a que las vacunas como tal no han sido ensayadas en grupos poblacionales que presentan este tipo de trastornos, no solo de coagulación, sino también en otros pacientes que toman medicamentos para enfermedades crónicas, grupos de menores a 16 años, mujeres embarazadas, mujeres que están dando de lactar y demás grupos no considerados en los estudios de fase 1, 2 y 3 de las vacunas.
Por el momento las farmacéuticas no garantizan efectividad o seguridad en estos grupos, no por algún aspecto negativo, sino porque no formaron parte de los ensayos. Sin embargo, hay información de que algunos países sí han administrado la vacuna a personas de estas condiciones y no se ha reportado efectos secundarios severos; en España existen organismos que aseguran que a las personas recetadas con anticoagulantes si se las debería vacunar.
Hay muchas dudas en torno a los pacientes crónicos que toman diferentes medicamentos como la metformina, estatinas para el colesterol, entre otras. Lo primero que se debe destacar es que las vacunas están dirigidas hacia el sistema inmunológico y, por lo general, los medicamentos que se consumen no están dirigidos hacia este mismo sistema inmunológico, por ejemplo, la metformina actúa sobre el metabolismo de la glucosa, así como a las estatinas directamente relacionadas con la inhibición de la producción de colesterol; los anticoagulantes como la Warfarina actúan sobre un mecanismo de coagulación de la sangre, por lo tanto, la vacuna no va a interferir con estos medicamentos; sin embargo, todavía se investiga al respecto
Existen algunas excepciones, si se utiliza medicamentos para afectar al sistema inmunológico es posible que, en este caso, la vacuna no sea tan eficaz: personas con trasplantes de órganos, quienes reciben ciertos tipos de quimioterapia contra el cáncer o quienes utilizan medicamentos inmunosupresores.
Esto también puede suceder con personas con inmunodepresión como VIH que toma uno o más medicamentos que actúan directamente sobre su sistema inmunitario. En este sentido si se enfatiza que puede haber un efecto sobre la eficacia de la vacuna.
Surge la duda entorno a recibir o no la vacuna, respecto a esto varios expertos concuerdan en que, para las personas con sistemas inmunes deprimidos, el Covid-19 representa un riesgo mayor por lo que sí es prioritario su vacunación. Los enfermos crónicos que toman medicina no deberían suspenderse para recibir la vacuna.
La Sociedad Española de Cardiología indica que no hay ninguna contraindicación para vacunarse contra el Covid-19 en pacientes con terapias con anticoagulantes o tienen trastornos hemorrágicos, pero se debe tomar algunas precauciones, en especial al momento del pinchazo ya que todas las personas que reciben una terapia con anticoagulantes tienen cierto riesgo de sangrado: elegir la aguja más delgada, hacer presión diez minutos sobre la zona del pinchazo y un estricto control ante alguna sintomatología que pudieran presentar durante dos a cuatro horas posteriores.
Los pacientes con anticoagulantes no tienen contraindicación para inocularse con la vacuna de AstraZeneca; el riesgo de complicación hemorrágica por la inyección intramuscular sigue siendo mínimo dependiendo del tipo de trastorno hemorrágico.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha concluido que se debe agregar como efecto secundario raro a los trombo, que puede aparecer en algunos receptores de la vacuna Anti Covid AstraZeneca; sin embargo, este es un efecto muy poco frecuente y la proporción ronda 0,0006% de probabilidad de desarrollar trombos, según la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia
Las asociaciones de la salud insisten en destacar que es mucho mayor el beneficio que el riesgo de las vacunas antiCovid. Se realizó una comparación con respecto a la probabilidad de desarrollar trombos con algunas otras actividades de la vida cotidiana y varias coinciden en que hay mayor riesgo de presentar cuadros de trombosis por un viaje largo o fumar que por la administración de la vacuna de AstraZeneca. No está contraindicado, pero sí se recomienda que las personas que toman anticoagulantes lo consulten con su médico especialista antes de administrarse la vacuna y también se notifique al centro de vacunación.
El gobierno, en el Plan Vacunarse, no tiene contemplado todavía vacunar a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, personas con inmunodepresión o con problemas de la coagulación con reacciones alérgicas y a menores de 18 años, pero esto probablemente podría cambiar en los próximos meses.
En el caso de las madres gestantes o las mujeres que están dando de lactar no existe evidencia de efectos secundarios, pero al no ser considerado dentro de los estudios de las farmacéuticas no recomiendan la vacuna en estos grupos específicos, pese a que existen países donde se ha administrado la vacuna a este sector, se debe tomar en cuenta el estado de vulnerabilidad de las pacientes por el riesgo de adquirir el Covid-19.
En estos casos es necesario identificar el cuadro del paciente, lo más recomendable es que la persona termine su tratamiento para que el período agudo de la infección pase por completo; recordemos que al administrar una vacuna se envía una carga importante al sistema inmunológico para que genere defensas, entonces hay que dejar que el organismo se enfoque en la producción de anticuerpos después de tomar antibióticos. No es tan recomendable que alguna persona con infección activa se vacune inmediatamente. Si una persona atraviesa por un período febril agudo se desaconseja la vacuna hasta que se controle la fiebre.
Las únicas contraindicaciones para recibir la vacuna contra el Covid-19 son las reacciones alérgicas que se pudieron haber presentado en el momento de la vacunación de la primera dosis o si la persona es alérgica a algún excipiente de la vacuna como el polietilenglicol y el polisorbato que contienen las vacunas de Pfizer y las vacunas de moderna. A las personas que se vacunaron por primera vez y tuvieron alguna reacción alérgica se les recomienda abstenerse de la segunda dosis si se comprueba que la reacción alérgica fue por la vacuna o alguno de sus componentes.
Las reacciones de anafilaxia se presentan entre quince a treinta minutos después de recibir el medicamento, por eso las farmacéuticas sugieren que cuando se administra la vacuna se le haga esperar al paciente este lapso con el fin de vigilar cualquier reacción y en el caso de presentarse alguna reacción desfavorable actuar inmediatamente.
Se recomienda a las personas que han sido inoculadas estar atentas a cualquier síntoma que se pueda producir hasta dos semanas posteriores a la administración de la primera dosis, por lo general los efectos de la vacunación se van a ver en el lapso de dos a cuatro semanas máximo. Los efectos más comunes se presentan a las pocas horas: un dolor de cabeza leve o moderado, febrícula o fiebre, dolor del cuerpo, dolor en el sitio de la punción. Estos se resuelven en el lapso de 24 horas. No hay que asustarse con la aparición de alguno de estos síntomas porque el sistema inmunológico está trabajando para generar inmunidad.
No existen estudios que concluyan que los medicamentos anticonceptivos puedan generar algún efecto de interacción con la vacuna, la Sociedad Española de Contracepción aclara que no existe evidencia de una combinación desfavorable entre vacunas de COVID19 y la anticoncepción hormonal combinada, sin embargo, comparar los riesgos de coágulos de la píldora antoconceptiva y el biológico de AstraZeneca, pueden llevar a un miedo generalizado que haga que las personas dejen de usar los medicamentos. Este efecto se observó en 1995, donde muchas mujeres dejaron de utiliza la píldora y su efecto repercutió fuertemente en las cifras de embarazos no planificados.
Por supuesto que sí, como parte del sistema de salud, como profesional bioquímico farmacéutico, es nuestro deber recomendar a las personas la vacunación ya que es la única forma en la que se puede contener efectivamente la diseminación del virus y de llegar a la inmunidad de rebaño que representa el 70% de la población.
Al inicio de la pandemia se decía que se podría llegar a una inmunidad de rebaño de forma natural, de hecho Manaos-Brasil, donde se contagiaron las tres cuartas partes de su población; es decir, un 76% se infectó con SARS COV 2 y generó Covid-19 y, produjo inmunidad de rebaño en su población, sin embargo, una nueva variante de SARS-CoV-2, generó un brote significativo con un número considerable de reinfecciones.
Esta nueva variante denominada P1 o variante de Brasil, es una variante de preocupación que ha acumulado mutaciones que le permitirían evadir parcialmente la acción de los anticuerpos neutralizantes que las personas generamos al haber estado infectados por el virus. Esto es alarmante ya que no se puede decir que quienes pasaron por el Covid 19 y tienen anticuerpos están 100% protegidos frente a una reinfección.
En este sentido, tenemos que lograr contener el virus con cuarentenas efectivas, distanciamiento social, uso de mascarilla, lavado constante de manos, pero sobre todo acelerar el proceso de inmunización. Cuando la población esté en un 60% o 70% inmunizado habrá barreras efectivas para la diseminación y circulación del virus y las variantes que están circulando actualmente en el Ecuador.
Es importante recomendar a las personas que se informen adecuadamente; las vacunas que tenemos a disposición son probadas y seguras, todas han pasado por fases para comprobar su eficacia y seguridad. Es importante conocer cómo funcionan las vacunas, por ejemplo, La vacuna china Coronavac utiliza un virus inactivado, que dentro del cuerpo no se activa o replica, por lo que no puede generar la enfermedad. Ninguna vacuna para la COVID-19 se ha diseñado a partir de virus activos, se trabajan con moléculas del virus como su mRNA o proteínas virales que bajo ningún concepto producen una enfermedad sino que entrenan al sistema inmunológico para generar una repuesta frente al virus.
Las personas deben vacunarse. Y si la duda es cuál de todas las vacunas es la mejor, la respuesta es: la primera que te pongas.
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