En los últimos días, Richard Horton, editor jefe de la revista médica The Lancet y algunas voces científicas insisten en hablar del término sindemia para el Covid – 19.
Textualmente es cuando dos o más epidemias simultáneas o secuenciales o grupos de enfermedades en una población con interacciones biológicas, que exacerban el pronóstico y la carga de la enfermedad. Pero no es propiamente una comorbilidad va mucho más en la sindemia ya que se caracteriza por factores biológicos y sociales entre condiciones y estados, interacciones que incrementan la susceptibilidad de una persona a sufrir daños o empeorar sus patologías ya existentes. (El Confidencial, 2020)
El término “sindemia” se refiere a los problemas de salud de forma sinérgica afectan a la salud de una población en el tejido social y económico. Es decir, La sindemia se desarrolla bajo diferencias sociales en la salud, causada por la pobreza, el estrés o la violencia estructural y son estudiadas por epidemiólogos y médicos salubristas, la salud comunitaria y los efectos de las condiciones sociales en la salud. (IntraMed, 2020).
El término fue desarrollado por el antropólogo Merrill Singer a mediados de la década de 1990, que investigó cómo el abuso de drogas, la violencia y el SIDA se agrupan y se afectan mutuamente entre una población pobre de los centros urbanos de los Estados Unidos. Al registrar cómo estos factores que se interrelacionan mutuamente suscitan resultados desfavorables para la salud, el síndrome se extiende más allá de los modelos específicos de enfermedad o multimorbilidad para evaluar cómo las condiciones sociales y económicas fomentan y exacerban los grupos de enfermedades. (Fundacion Dr. Antoni Esteve, 2020) como ejemplos pueden ser: sindemia de asma y enfermedades infecciosas respiratorias; la sindemia del VIH y las ETS.
La malnutrición, que incluye la obesidad, la desnutrición y los riesgos dietéticos de las enfermedades no transmisibles, es ya la mayor causa de pérdida de salud en el mundo. Además, está claro que el cambio climático tiene impacto en la salud de la población, por ejemplo, produciendo inseguridad alimentaria y desnutrición, aumentando la mortalidad por olas de calor o incrementando algunas enfermedades.
El término “sindemia” se refiere a la agrupación de dos o más enfermedades dentro de una población que contribuye y resulta de las desigualdades sociales y económicas persistentes. A partir de la pandemia del COVID19 y debido a su alta transmisibilidad y sumado el confinamiento, las personas no han seguido los controles necesarios de otras enfermedades principalmente las crónicas como diabetes, hipertensión, Insuficiencia renal crónica, etc. lo que se ha visto que estas enfermedades se descontrolen en los pacientes y a nivel de salud pública se note una afectación acentuada del estado de salud de los pacientes. (The Lancet, 2020)
Frente a la pandemia del COVID19 y al fusionarse con altas tasas de obesidad, diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, VIH, y otras enfermedades crónicas. Y si le agregamos la decepción que nos deja el manejo de la salud pública para tratar los factores de riesgo prevenibles, a partir de la prevención y la promoción de la salud, el resultado que tenemos es poblaciones vulnerables frente a desastres en salud como la pandemia del coronavirus. el entorno sindémico no solo hace que lo enfrentamos, sino que también se hace urgente y necesario tratar las desigualdades sociales.
Si aplicamos la fórmula que se maneja en los desastres en la que el Riesgo está en función de una Amenaza y a la Vulnerabilidad, al momento de caracterizar la amenaza en este caso, el covid19 un virus con alta transmisibilidad, letal en muchos casos, sin vacuna ni tratamientos y frente a las altas condiciones de vulnerabilidad en todos los niveles de la población individual y colectiva con enfermedades individuales; vulnerabilidad en lo político; en lo económico; en lo social; en lo estructural; etc; el resultado es este, la sindemia. Y ni que decir en lo referente a la organización frente a desastres.
Principalmente las enfermedades crónicas como la diabetes; hipertensión; Insuficiencia renal crónica; VIH-SIDA; TB; Enfermedades cardiacas; los servicios de salud y los recursos se enfocaron en atender enfermos de Covid y se dejaron a segundo plano las otras enfermedades.
El término fue desarrollado por el antropólogo Merrill Singer a mediados de la década de 1990 (30 años), es más o menos reciente si comparamos los tiempos que tiene la salud pública en el mundo. Pero 30 años es suficiente para implementar medidas y aplicar políticas públicas en salud preventiva y promoción, que se enlentecen muchas veces por las crisis sociales, políticas, económicas y hacen que surjan otras prioridades por parte de los gobiernos dejando de lado acciones prioritarias de salud en la población, esto es lo que llamamos la generación de vulnerabilidades, en este caso en salud.
Una tarea nada fácil se requieren cambios de fondo, cambios en lo nacional, local, reforzar la salud pública en gobernanza, en los técnico-científico, en promoción de la salud y prevención; menos tecnocracia y más acciones que generen transformaciones profundas en la educación en salud, partiendo del enfoque de la salud como un recurso para vida misma y el bienestar y no como el objetivo; se debe trabajar en salud laboral propiamente dicha y menos “leguliyadas”; desculturizar en la enfermedad y culturizar a la población en promoción de la salud y prevención, abolir el modelo de la enfermedad e implantar el modelo de la salud como parte del bienestar y productividad, recordemos que los enfermos no producen, generan costos, pero no son enfermos por que quieren, sino porque tenemos un modelo y modus vivendi que promueve la enfermedad y promueve el consumo hacia la enfermedad. Aprovecho para enfatizar que la vacuna para el covid19 no nos saca de la crisis económica, con la vacuna solo se previene la enfermedad, hay que revertir las desigualdades sociales de la población y reducir vulnerabilidades en sus diferentes estructuras político, administrativa, económica, funcional, educacional, etc.
Recordemos los cuatro determinantes sociales de la salud de M. Lalonde 1974: Medio ambiente, Estilos de vida, Servicios de salud y Biología humana y el que mayor impacto genera a la salud de las personas son los llamados Estilos de vida, el cual se encuentra vinculado al desarrollo de las enfermedades crónicas, pero el que más recursos económicos recibe son los Servicios de Salud para tratar cada día más enfermos y aun así el recurso para salud sigue siendo bajo (4,3% del PIB) (Gestion Digital, 2020).
La Revista Gestión Digital del mes de mayo lo enuncia muy bien “Se esperaría que un país que gasta más en salud pública tuviera mejores resultados frente a la pandemia del coronavirus…” pero la realidad es otra, lo que se hace es gastar más en enfermos y no en prevención. La contribución potencial a la reducción de la mortalidad en los servicios de salud es del 11% pero consume cerca del 90% del presupuesto. En relación a los Estilos de vida, que tiene una contribución potencial a la reducción de la mortalidad en un 43%, pero se invierte un valor cercano al 2% para prevenir y promover la salud (Dever GE Alan, 1976).
Tomaré a los jubilados como ejemplo que cumplieron con la vida laboral y supuestamente para disfrutar de su jubilación, pues la verdad es que el poco salario es para gasto de bolsillo en enfermedad crónica que en algunos casos adquirida en el mundo laboral debido a las condiciones laborales y escasísima promoción de la salud en relación a estilos de vida. Entendiéndose a la Promoción de la Salud como el conjunto de acciones de la población, los servicios de salud, las autoridades sanitarias y otros sectores sociales y productivos, dirigidas al desarrollo de mejores condiciones de salud individual y colectiva; pero este es otro tema para otro análisis en relación a la salud laboral.
La comisión de The Lancet nos ofrece varias recomendaciones:
Hay mucho camino por recorrer en la mejora de la salud de la población y del planeta. No podemos perder tiempo. (BORRELL, 2019) (The Lancet, 2019).
Se espera que son los profesionales técnicos, médicos salubristas, epidemiólogos, expertos en desastres y gestión de riesgos enfoquen su dinámica en la reducción de vulnerabilidades con un fuerte, pero suficiente apoyo político y económico para salir de las crisis sanitarias.
BORRELL, C. (9 de Octubre de 2019). La sindemia global de obesidad, desnutrición y cambio climático. Obtenido de El periodico: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20190923/articulo-carme-borrell-la-sindemia-global-de-obesidad-desnutricion-y-cambio-climatico-7646820
Dever, G. A. (Marzo de 1976). Modelo epidemiológico para el análisis de políticas de salud. Obtenido de SpringerLink: https://doi.org/10.1007/BF00303847 revisado Octubre 21/2020
El Confidencial. (21 de Octubre de 2020). El Confidencial. Obtenido de El Confidencial: https://www.elconfidencial.com/espana/coronavirus/2020-10-13/que-es-sindemia-crisis-covi19-pandemia-epidemia_2785635/
Fundacion Dr. Antoni Esteve. (20 de Octubre de 2020). Fundacion Dr. Antoni Esteve. Obtenido de Fundacion Dr. Antoni Esteve: https://www.esteve.org/publicaciones/la-sindemia-global-de-obesidad-desnutricion-y-cambio-climatico/?doing_wp_cron=1603224041.7839250564575195312500#:~:text=Una%20sindemia%20es%20una%20sinergia,y%20tienen%20mecanismos%20causales%20comunes.
Gestion Digital. (6 de Mayo de 2020). Gestión Digital. Obtenido de https://www.revistagestion.ec/economia-y-finanzas-analisis/invertir-mas-en-salud-no-garantizo-menos-contagios-de-coronavirus
IntraMed. (20 de Octubre de 2020). IntraMed. Obtenido de IntraMed: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=90525&pagina=2
The Lancet. (23 de Febrero de 2019). The Lancet. Obtenido de The Lancet: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(18)32822-8/fulltext?utm_campaign=tlobesity19&utm_source=twitter&utm_medium=social
The Lancet. (20 de Octubre de 2020). The Lancet. Obtenido de https://www.thelancet.com/gbd/about
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