Este viernes 11 de septiembre el Galápagos Science Center (GSC), de la Universidad San Francisco de Quito, presentará oficialmente el proyecto Barcode Galápagos cuyo objetivo es catalogar la biodiversidad de las islas Galápagos usando técnicas de barcoding genético con la activa participación de alrededor de 70 habitantes de las Islas.
Este es el primer proyecto que se realiza en esta zona que promueve la ciencia-ciudadana, mediante la aplicación de un nuevo modelo de trabajo que incluye la capacitación y empleo de los lugareños. Todos, antes de la pandemia, se dedicaban a sectores claves para la economía del Archipiélago como el ecoturismo, la pesca y la agricultura.
Diana Pazmiño, co-Investigadora principal del proyecto, recoge muestras en las playas de Galápagos
El proyecto se ejecutará sobre tres pilares de trabajo; utilizando técnicas de barcoding genético, es un método de identificación de especies basado en la identificación de secuencias de uno o varios de los genes de los individuos. Esta secuencia se compara con bases de datos mundiales o se registra si son especies nuevas para la ciencia.
Es importante para identificar los individuos de un ecosistema y protegerlos de mejor forma con la capacitación a los guías naturalistas, agricultores y pescadores en técnicas clave de campo, laboratorio y curaduría, para que trabajen en el proyecto, y puedan también abrir nuevas oportunidades laborales a futuro. En la investigación se usarán secuenciadores de ADN portátiles, llamados MinIONs, que permitirá a los miembros del equipo procesar muestras con facilidad y cuantificar los impactos del enfoque del proyecto para el bienestar de los individuos y la sociedad.
Asistentes de campo del GSC recogen muestras para análisis genético
Esta investigación además de proveer el conocimiento científico necesario para el entendimiento y la conservación de lugares clave de Galápagos servirá para aliviar las presiones económicas de los habitantes de las Islas, quienes han perdido su trabajo a causa de la pandemia. Conscientes de que los impactos no son iguales para toda la población, el proyecto ha sido planteado con enfoque de género y así contribuir a la reducción de brechas en el Archipiélago, al igual que en el equipo de trabajo del mismo proyecto.
El proyecto tendrá una duración de un año y estará compuesto por distintas fases simultáneas que incluyen trabajo en campo, laboratorio, evaluación y curaduría. Se realizará inicialmente en las tres principales islas habitadas: Santa Cruz, San Cristóbal e Isabela, aunque también aspiran los investigadores visitar otras islas y ecosistemas marinos.
Diana Pazmiño, co-Investigadora principal del proyecto, al extremo izquierdo, con su equipo de campo se prepara para tomas muestras en la reserva marina de Galápagos
Una vez concluído el proyecto los investigadores buscan que los resultados del mismo se incluyan en las bases de datos bioinformáticas globales con información genética de Galápagos para catalogar su biodiversidad y además contribuir con la recuperación económica de las familias afectadas por el Covid-19 y que sus participantes sigan implementando lo aprendido en las actividades turísticas con el objetivo de desarrollar emprendimientos de ciencia-ciudadana en las operaciones de ecoturismo en el Archipiélago.
La Agencia de Bioregulación de Galápagos (ABG), entidad pública adscrita al Ministerio de Ambiente y Agua, también forma parte de este proyecto.
Jaime Chaves, en el centro, co-Investigador principal del proyecto, tomando muestras para análisis genético en el campo
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