El teletrabajo se está implementando necesariamente por las empresas debido a la situación que estamos viviendo a causa del coronavirus.
Es importante recalcar que en la modalidad de teletrabajo se mantienen las mismas responsabilidades y objetivos que en la modalidad presencial. En esta ocasión, por la emergencia sanitaria, algunas empresas se han visto sorprendidas con esta modalidad de empleo, por lo que no tenían experiencia o una preparación para ejecutarla con éxito.
El teletrabajo propone un escenario distinto, en el que la familia influye directamente, y permite al trabajador esa presencialidad tan importante en el hogar, sin embargo, se debe tener claro que el espacio y tiempo fijado para el trabajo deben ser exclusivamente para esas actividades.
En cualquier caso, para una adecuada implantación de esta modalidad, es importante el compromiso bidireccional, desde el trabajador y el empleador. El empleador debe estar consciente de los medios proporcionados al trabajador como: el acceso a la información necesaria y medios adecuados de comunicación con sus pares; de esta manera se podrán ajustar las exigencias a los medios suministrados, evitando así una carga laboral desmesurada que puede derivar en inconvenientes como; excesivas horas de trabajo en casa, incumplimiento de metas e incluso incompatibilidades con el hogar.
Es muy importante crear un vínculo entre el trabajador y la empresa en donde se mantengan altos niveles de confianza. Los jefes deben conocer cuál es el trabajo que desarrolla cada persona dentro de la empresa para medir los objetivos a cumplirse mediante la implementación de indicadores precisos, así como los trabajadores deben conocer claramente sus funciones, responsabilidades e indicadores de evaluación.
Usualmente, una de las técnicas para comprobar los objetivos cumplidos son los informes, sin embargo, se debe evitar la complejidad de estos de manera que no resten tiempo útil al empleado y al empleador en revisiones exhaustivas.
Bajo esta modalidad es necesario seguir rutinas similares a la forma presencial, sin dejar de lado por ejemplo las pausas que puedan ayudar a los trabajadores a desarrollar sus tareas de mejor manera y procuran su bienestar.
Es recomendable que por cada hora de trabajo prolongado exista un descanso de cinco a diez minutos, no necesariamente para realizar ejercicio físico, pero si para generar un cambio de actividad con el fin de despejar la mente además de liberar tensiones físicas y psicológicas.
Estas pausas ¨activas¨ no deben extenderse por tiempos mayores a los recomendados, de lo contrario se generará una pérdida de la concentración sobre lo que estaba realizando. Jamás se debe acumular el tiempo de las pausas activas, algunas personas piensan optan por trabajar de corrido para disminuir una hora a su jornada; esto no es saludable y trasgrede el fondo objetivo de estas pausas.
La UTPL desde su experiencia y en bienestar de sus colaboradores, ha elaborado guías específicas de ayuda con las que, por ejemplo, el trabajador puede adaptar en su hogar espacios físicos adecuados para las actividades laborales o recibir información de utilidad para precautelar el bienestar de su familia ante la pandemia actual.
A pesar de ser un punto de inicio, no se puede considerar drásticamente un futuro solo con la modalidad de teletrabajo, la presencia física siempre va a ser necesaria en cualquier institución, en especial en las del sector productivo.
Esta es una buena oportunidad para que las empresas experimenten esta modalidad ya que se puede adaptar no solamente a un momento de crisis como el actual, sino para ciertas personas identificadas como población vulnerable, con discapacidad, problema de movilidad o con algún problema psicológico ya que esta modalidad además tiene un componente muy representativo como herramienta de inclusión laboral.
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