11 años de Gobierno autoritario en Nicaragua. “Pidámosle fuerza a Dios. Danos señor la fuerza para ser instrumento de paz y para que cuando haya odio, sembremos amor”, dijo Daniel Ortega al pedir un minuto de silencio por los muertos de su represión cultivada con su paz, su alegría, su amor y su solidaridad.
Rosario Murillo, su esposa y vicepresidenta, también oraba. Atrás dejó ese discurso llevado al público en cadena de radio y televisión, en el que acusaba a los nicaragüenses que salieron a protestar contra sus 11 años de gobierno autoritario de “seres mezquinos, seres mediocres, pequeños, llenos de odio, que todavía tienen la desfachatez de inventarse muertos. Así son esos minúsculos grupos alentadores de odio”.
Los inventores de los muertos, los inventores de Ángel Gahona, periodista asesinado mientras cubría los disturbios en Bluefields, en el Caribe de Nicaragua; Álvaro Manuel Conrado Dávila, adolescente; Moroni Jacob López García, asesinado en el campus de la Universidad de Ingeniería cuando el edificio fue asaltado por oficiales antidisturbios y colectivos sandinistas; Jesner José Rivas, asesinado en un supermercado saqueado por los seguidores del Gobierno…
El 22 de agosto de 1978 un comando de 25 miembros del Frente Sandinista, al mando de Edén Pastora Gómez (Comandante Cero), asaltó el Palacio Nacional, el Tribunal de Cuentas y los Ministerios de Gobernación y de Hacienda y Crédito Público para reclamar la liberación de varios guerrilleros presos, medio millón de dólares y dos aviones para viajar a Panamá y Venezuela.
De septiembre de 1978 hasta su derrocamiento el 17 de julio de 1979, Anastasio Somoza y su hijo, el mayor Anastasio Somoza Portocarrero jefe de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, ordenaron el bombardeo con artillería y aviones de las ciudades principales de Nicaragua que habían caído en manos del levantamiento popular dirigido por las fuerzas sandinistas.
La Guardia Nacional tuvo el apoyo de los Gobiernos de Sudáfrica, Portugal, Argentina y Paraguay. Los gobiernos de Cuba, Venezuela, Panamá, Costa Rica y México encabezados por Fidel Castro, Carlos Andrés Pérez, Omar Torrijos, Rodrigo Carazo Odio y José López Portillo enviaron armas al Frente Sandinista.
La Guardia Nacional de Somoza asesinó, según los registros, a cerca de 30.000 ciudadanos nicaragüenses como represalia a la violencia de los insurrectos. El 20 de junio de 1979 fue asesinado en Managua el periodista estadounidense Bill Stewart, a manos de la Guardia Nacional. Un crimen registrado en video.
Es peor que Somoza se leía en los carteles de las protestas contra Daniel Ortega, el líder sandinista.
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