Manabí votó en su mayoría NO porque Correa es pariente lejano de Eloy Alfaro y Manabí es pueblo defensor del viejo luchador. El resto del Ecuador votó en su mayoría SI, porque no son alcahuetes de los violadores de niños. Esto que acabo de mencionar es el ejemplo del análisis más irresponsable que puedo hacer después de las votaciones de la consulta popular. El análisis más reduccionista y determinista ¿Han visto algo similar? Ahora que tengo su atención continuemos.
Existen dos grandes males dentro del análisis político, en primer lugar, el determinismo, a través del cual se puede explicar un fenómeno político por una cadena irrompible causa-efecto, misma cadena que “determinaría” incluso el futuro; y, en segundo lugar, el reduccionismo, en donde algo sumamente complejo es meramente simplificado para ser explicado. Tomando los resultados de la Consulta Popular del 4 de febrero de 2018, un ejemplo de lo primero es manifestar que la votación del SI únicamente se dio por un rechazo a Correa, y que por ello este no podrá ser candidato en 2021, ello conjuntamente con la sentencia de que el “correísmo acabó”. Un ejemplo de lo segundo, es manifestar que toda la votación del SI corresponde a un voto capitalizado por Moreno, y que toda la votación del NO corresponde a un voto capitalizado por Correa y que Correa sacó más porcentaje de voto que Moreno en las elecciones de febrero de 2017. Ambos casos, no son sino verdades relativas. Pero, vayamos más allá de lo que la caverna de Platón actual nos dice que sucedió, más allá de caverna de las redes sociales, de la opinión mediática a conveniencia, y preguntémonos ¿por qué pudimos haber votado como votamos el 4F?
Varios análisis podrían ayudarnos a entender el voto del 4 de febrero, día de votación de la consulta popular en Ecuador, revisemos algunos de ellas. El modelo sociológico del voto, nos dirá que la clave del voto es la posición del individuo en la estructura social, es decir, votamos como votamos debido a nuestra posición en la sociedad, esto quiere decir de acuerdo a la estratificación o clase social a la que pertenecemos, pero también en sociedades diversas la posición puede significar etnia, lenguaje, género etc. En general aquí está lo que se llamaría el voto de clase.
En la práctica este modelo se basa en la teoría del cleavage o escisión, que para que este exista deberán concurrir tres elementos: 1. división social: por ejemplo, católicos vs protestantes. 2. valores e intereses contrapuestos, por ejemplo, las creencias derivadas de esas mismas religiones; y 3. organizaciones que representen esas divisiones y esos valores, por ejemplo, partidos conservadores y progresistas.
Este voto es pensado como una expresión de nuestra identidad social, más que una elección individual que hace cada votante, el voto es un reflejo de donde estamos cada uno en la estructura social. Esto no quiere decir que el modelo social es determinista, es decir, que la posición en la estructura social determina el voto necesariamente, no, de hecho, hay pocos trabajos de ello. Este en realidad es un modelo probabilístico. Jamás habrá una correspondencia perfecta, incluso hay gente que vota por aquello a lo que no está alineado, por ello no es determinista.
En la práctica este modelo se basa en la teoría del cleavage o escisión, que para que este exista deberán concurrir tres elementos: 1. división social: por ejemplo, católicos vs protestantes. 2. valores e intereses contrapuestos, por ejemplo, las creencias derivadas de esas mismas religiones; y 3. organizaciones que representen esas divisiones y esos valores, por ejemplo, partidos conservadores y progresistas. Esta lógica podría usarse para entender el 4F. Por ejemplo, uno de los cleavages formulados a lo largo de los 10 años del anterior presidente Correa, es el cleavage entre oposición y oficialismo, ricos y pobres, conservadores y revolucionarios, no correístas y correístas, ahí su esencia, cleavage con el cual la ciudadanía podría haber identificado su voto con el SI respecto la primera posición y con el NO respecto a la segunda.
Otro modelo, sería el racional. Para desarrollar este modelo, tenemos que considerar básicamente el voto económico, este se basa en la idea de que el funcionamiento de la economía influye en la decisión del voto. Si la situación es mala se tiende a castigar el voto, si es buena a premiar. El voto económico puede ser:
-Prospectivo: los electores evalúan como piensan que va a funcionar la economía en el futuro y votan. Aquí cabría el ejemplo del votante de la consulta que votó SI pensando que con la consulta la economía mejoraría, considerando aspectos como la derogación de la ley de plusvalía (pregunta 6) cuando ello no tiene afección directa.
-Retrospectivo: los electores evalúan como han ido las cosas hasta ahora, es decir, en el pasado y votan. Aquí cabría el ejemplo anterior del votante del SI, entendiendo como pasado aun al correísmo; sin embargo, también podría estar el votante del NO que considera dentro del pasado al propio Lenin Moreno, sin necesariamente ser partidario de Correa, sino por el contrario entendiendo a los dos como lo mismo.
-Egotrópico: los electores evalúan la situación propia y votan. Aquí, por ejemplo, podría estar el votante de Manabí, que evaluó su situación propia respecto de la gestión económica que hizo Correa luego del terremoto y vota NO.
Está lógica podría explicar el voto de muchos ciudadanos que no siendo morenistas votaron SI en la pregunta de la corrupción, que siendo Correístas votaron SI en la misma pregunta porque no toleran la corrupción como fenómeno social.
Por otro lado, un tema que es importante para examinar es el issue voting o el voto por tema. Esta teoría nos dice que los votantes deciden su voto en función de su posición frente a un tema (en la consulta popular 7 temas) y la de cada partido en relación a esos temas. Ahora bien, no todos los temas tienen la misma lógica, puesto que hay temas de consenso y oposición. Un ejemplo de lo primero sería la corrupción puesto que todo partido estaría en contra de la misma (pregunta 1). Un ejemplo de lo segundo, en oposición, en donde los votantes comparan su posición frente a los partidos y votan, sería en la pregunta 2, reelección indefinida.
Está lógica podría explicar el voto de muchos ciudadanos que no siendo morenistas votaron SI en la pregunta de la corrupción, que siendo Correístas votaron SI en la misma pregunta porque no toleran la corrupción como fenómeno social. También podría explicar el voto de los que no siendo Correístas votaron NO en la pregunta 3 puesto que no querían otorgar las cualidades detalladas al Consejo de Participación Ciudadana. En conclusión, en estos casos los ciudadanos votaron por tema e hicieron su cálculo de proximidad.
Ahora bien, los problemas con este tipo de votación se dan porque este exige que el votante tenga mucha información y realice un proceso cognitivo complejo para votar, esto se llama procesamiento sistemático de la información, pero no es realista. Lo que realmente sucede en su mayoría es que los votantes pueden saltarse este proceso, a través de atajos cognitivos (heurísticos). ¿cómo? Pues viendo señales que les permitan saber que partidos, movimientos o líderes están más cerca de su preferencia en vez de considerar a fondo los temas, es decir, en nuestro caso, en vez de hacer un análisis sesudo del contenido planteado para la consulta popular. Por ejemplo, la etiqueta de izquierda y derecha, facilitan el voto, o la identificación con personajes políticos y retóricas pegajosas y reduccionistas. He aquí la explicación para los que no leyeron las preguntas y sus anexos y votaron en plancha.
Finalmente, podemos hablar de la teoría del issue ownership o teoría de la propiedad de temas. Esta dirá que los partidos o líderes son propietarios de un tema cuando son buenos gestores sobre ese tema y los ciudadanos les votan por ello. Pongamos un ejemplo, Alianza País a través del ex presidente Correa era propietario del tema “gestión pública”, en base a que hubo inversión pública, se hicieron carreteras, nuevas escuelas, etc., real o retórico es otro debate, pero el bombardeo propagandístico caminaba en ese tono y en la consecución social constructivista de ello. Sumado a que era difícil que esa idea cambie porque el ex presidente era un economista y académico preparado. Aquí podría estar la lógica del votante que ejerció su derecho al sufragio aun creyendo en Correa como el “gran hacedor” y contrastando con Moreno que para muchos solo nos ha hecho vivir del “diálogo”.
No todo el SI pertenece a Moreno, ni todo el NO pertenece a Correa. Hay varias teorías que podrían explicarlo como hemos visto, pero más allá de esto tenemos una sola situación, ya votamos, ya hay resultados, y tenemos que trabajar sobre el presente…
En fin, estas son algunas de las maneras como podemos entender por qué pudimos haber votado como lo hicimos en la consulta popular, sin embargo, lo que no podemos hacer, porque es irresponsable, es defender una sola de ellas de una manera reduccionista y determinista para capitalizar nuestros intereses individuales o políticos, para manipular la opinión pública y para fomentar una sociedad más polarizada. No todo el SI pertenece a Moreno, ni todo el NO pertenece a Correa. Hay varias teorías que podrían explicarlo como hemos visto, pero más allá de esto tenemos una sola situación, ya votamos, ya hay resultados, y tenemos que trabajar sobre el presente, como diría Saramago, ningún análisis cambiará esta realidad, entonces: ¿será que al fin construimos patria y no partido? ¿Será que al fin construimos realidades y no discursos? ¿será que al fin podemos vernos como sociedad más allá del blanco o negro, del SI o NO? ¿Será que al fin dejamos paternalismos políticos y pensamos en una política comunal? ¿Será que podemos dejar de ser engranajes de la política partidista y recuperamos la política para la sociedad civil devolviéndonos nuestra naturaleza inquisitiva? ¿Será que al fin dejamos el yo por el nosotros? ¿Será?
Pues depende de nosotros.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Aumento del salario: Cara o cruz
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Debates
Chancay: ventajas y desafíos
275 incendios dañaron el ecosistema de Loja, en 2024