La Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, a través del Observatorio de la PyME, desarrolla desde el 2011 la Encuesta Cuatrimestral de Coyuntura de la Pequeña y Mediana Empresa con énfasis en el sector manufacturero, lo cual ha permitido, hasta el primer cuatrimestre del 2016 -última encuesta publicada- tener 15 estudios de coyuntura que contribuyen al fortalecimiento de la institucionalidad de la PYME del país gracias a que se dispone de una línea base investigativa y de información continua que permite comparar los estudios de cada año y, así, evidenciar las tendencias de la percepción y comportamiento empresarial.
En esta encuesta participan, también, la Universidad Técnica de Ambato y la Universidad Politécnica Salesiana, Sede Cuenca.
Teniéndose como los resultados más relevantes de la última encuesta aplicada en 2016, los siguientes:
En lo relacionado con el perfil de las empresas, la tendencia histórica de las 15 encuestas realizadas en los últimos años ha revelado que el promedio de generación de empleo en la pequeña y mediana industria del país ha sido de alrededor de 30 trabajadores. Ahora, centrándonos en el último resultado -primer cuatrimestre del 2016- se observa que el promedio es de 24 trabajadores. Lo cual demuestra que se ha contraído el empleo en las Mipyme, convirtiéndose en un síntoma, de lo que ha venido pasando en el país, producto, desde el lado de la demanda, de la caída del consumo que ha llevado a que algunas empresas -para ajustar sus costos-, lamentablemente, procedan a disminuir el número de personal contratado.
Con respecto al uso de la capacidad instalada de las pequeñas y medianas industrias, al tomar como indicador referencial al número de horas diarias que trabajan, se observa que laboran en promedio ocho horas diarias durante cinco días a la semana; esto quiere decir que las empresas tienen capacidad que podría ser utilizada para otros fines, que no solamente sería el abastecer el mercado nacional sino también al mercado internacional. Incluso, ahora, hay una oportunidad de negocios -que va apareciendo- después de la firma del acuerdo comercial entre Ecuador y la Unión Europea.
Complementando lo que se acaba de exponer -cuando se les preguntó a los representantes de las empresas sobre el porcentaje de exportación de sus industrias– apenas el 6 % exporta, es decir, un 94 % actúa solo en el mercado nacional; de ahí que, si se implementa un efectiva estrategia de internacionalización de pequeñas y medianas industrias (PYMI), se podría aprovechar esa capacidad instalada que, como se señaló, no está siendo utilizada a su máximo potencial; requiriéndose, para ello, de financiamiento especializado, certificación de mano de obra calificada y la promoción de proyectos y programas con fines asociativos; en donde el rol del gobierno central, a través de sus diferentes instancias como el Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) y el Ministerio de Comercio Exterior, juega un rol importante al momento de impulsar el desarrollo de sectores como el de la PYMI; eso sí trabajando muy de cerca y de forma articulada con los gobiernos locales, el sector empresarial privado más la intervención de aquellos actores académicos que tiene programas de apoyo al sector como parte de acciones de docencia, investigación y vinculación con la colectividad.
Otro aspecto de la encuesta tiene que relación con el rol de los proveedores, en donde se observa que el 70% de las empresas se abastece de proveedores nacionales y un 30% de proveedores con productos importados, lo cual demuestra que el sector de la pequeña y mediana industria es un alto consumidor de materia prima nacional y eso es bueno para el desarrollo de cadenas productivas nacionales.
En lo que tienen que ver con la inversión en el negocio, esta ha tendido a ser percibida -en los últimos tres años- como un ámbito sin mayores variaciones, lo cual significa que en el sector de las PYMI las empresas se quedan con lo que tienen en términos de máquinas y equipos e instalaciones. Incidiendo, en este comportamiento, la percepción que en el sector se ha ido construyendo -según resultados de la misma encuesta- sobre un entorno macro de carácter socioeconómico, político y legal en donde hay muchas variables que no están claras y que, al final, inciden en sus decisiones de escasa atractividad por hacer más inversiones, es decir la tendencia a mantener sin mayor variación a la inversión del sector se debe a que las PYMI no ven claridad y permanencia en medio ambiente en el que se desenvuelven.
En cuanto a ¿qué hacen las empresas desde adentro? se observa que estas, al igual que la inversión, se mantienen en lo que están, es decir sin hacer mejoras mayores ni destinar recursos adicionales. Por ejemplo, el número de horas de capacitación ha tendido a mantenerse sin crecimiento en los años analizados y, más bien, se observa que disminuyeron en el primer cuatrimestre del 2016. El ámbito de la asesoría especializada, de igual forma, muestra un comportamiento hacia la disminución de la demanda del servicio.
Por su parte, la incorporación de tecnologías de la información y comunicación (TIC), también ha tendido a mantenerse -al igual que lo sucedido con las horas de capacitación y asesoría-, incluso en el primer cuatrimestre del 2016 se observa que se tendió a disminuir la canalización de recursos para la inversión en TIC. Este comportamiento, en gran medida, tiene que ver con la incertidumbre percibida por las PYMI debido a las condiciones poco claras del entorno en que se mueven.
Otra cosa que revela la encuesta es que en el primer cuatrimestre del 2016 el precio de los productos -en algunos casos- han disminuido como respuesta a la baja del consumo nacional. Esa disminución ha estado expresada a través de promociones y descuentos que, al final, son mecanismos para bajar los precios y, así, compensar la contracción del mercado consumidor.
Conclusiones
La información levantada por el Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador es enviada a los representantes de los diferentes gremios empresariales. De ahí, ellos están conscientes que tienen una capacidad disponible, pero que, para aprovecharla, requieren de financiamiento especializado -proveniente de la banca pública y privada-; impulso de programas con fines asociativos y mano de obra calificada cuya disponibilidad, en gran medida, depende del accionar del Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (SECAP), de los colegios técnicos y, también, de lo que hacen las universidades a través de su programas de vinculación con la colectividad.
Ahora la pregunta que surge es ¿quién debe empujar las mejoras que se acaban de señalar?, apareciendo como respuesta que debe ser el gobierno central quien lidere en alianza con los gobiernos locales, la academia y el sector empresarial privado; lo cual permitirá una mejora de la competitividad de las PYMI que, en último término, ayudará a aprovechar oportunidades como las que rondan -desde enero de 2017- alrededor del acuerdo comercial con la Unión Europea.
Eso sí, se deberá tomar en cuenta que el tema de las mejoras en la industria -desde adentro de las empresas- tienen que ver con problemas estructurales, problemas que vienen generándose desde algún tiempo y cuando los problemas son estructurales, las soluciones también son estructurales; entonces no es un asunto en el que se presenten soluciones de la noche a la mañana. La mejora en la competitividad, en definitiva, requiere de tiempo.
Ya en la parte externa, los representantes de las Mipyme no ven las cosas de una forma muy positiva en el entorno más macro. Sin embargo, en su entorno más cercano, que es en donde están, por ejemplo, los proveedores de determinados tipos de insumos, ellos señalan que existe una tendencia a la disponibilidad de un número significativo de proveedores, lo cual desde el punto de vista de hacer negocios es bueno. Cuando se les preguntó ¿qué tan fácil es acceder a materias primas, máquinas y equipos, capacitación, asistencia técnica, servicios de internet, acceso a información tecnológica y comercial? señalaron no tener problema, más bien la percepción positiva va en aumento. Esta tendencia de la percepción empresarial positiva es bastante similar cuando se les pregunta sobre el acceso a los servicios básicos -agua, energía, alcantarillado- y a facilidades logísticas como carreteras, puertos y aeropuertos.
En cambio, cuando se averiguó sobre el acceso a financiamiento, se tiene una percepción negativa en el primer cuatrimestre del 2016 y con tendencia a aumentar en relación a cuatrimestres anteriores, prevaleciendo ese negativismo en mayor grado en el acceso a fuentes de financiamiento relacionadas al sector público. Aquí, como se ve, hay un trabajo por hacer sobre todo en lo que es la promoción de productos financieros especializados, es decir que se ajusten a las necesidades reales y al perfil de funcionamiento de los diferentes sectores productivos y no que sean productos elaborados, simplemente, desde el escritorio de algún funcionario público o privado.
En lo que se refiere a la percepción del soporte y apoyo que reciben de los gremios empresariales, los gobiernos locales y el gobierno central algo que llama la atención es que la percepción negativa es la que tiende a crecer; es decir se ha ido deteriorando, quizá la crisis económica ha llevado a que estos actores no ofrezcan los mismo servicios que antes tendían a ofrecer.
Finalmente, en el entorno general, principalmente, lo que tiene que ver con el desempeño económico general del país la percepción negativa tiende a incrementarse de forma significativa. El clima de inversiones igual muestra un incremento en la percepción negativa. El clima político, también, tiene un crecimiento en la negatividad. Lo mismo sucede con el clima para la generación de empleo, la seguridad ciudadana y la seguridad jurídica del Ecuador.
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