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La nueva clase política

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El país está, por primera vez en mucho tiempo, en buenas condiciones políticas, según mi criterio. Luisa explicó sucintamente su visión política, un tanto apartada de la del egocéntrico del ático.

Obviamente, Daniel le ayudó mucho pues planteó una nueva estrategia política, de altura, de respeto, al contrario, de no violencia mediática ni física. Repito, esto no habíamos visto desde hace algún tiempo. El resultado está bien claro, a pesar del magnicidio y otros actos de violencia menores, se concentraron en conseguir votos, el apoyo de los indecisos, cada uno con su estrategia de medios. Fuimos testigos de que el CNE no sabe cómo actuar. Las nuevas tecnologías de información y comunicación sobrepasaron la capacidad institucional.

De la misma manera, la sociedad actuó con bastante prudencia o las fuerzas de seguridad y del orden estuvieron atentas para evitar actos violentos que empañen el proceso electoral. Se notó claramente que la asamblea no es indispensable, qué más bien obstruye y no deja funcionar, que podríamos trabajar efectivamente sin ellos. Aunque democráticamente es una institución necesaria.

Creo que Daniel ha demostrado que la nueva clase política y los electores, especialmente jóvenes, quieren la paz, el orden, la posibilidad de vivir sin miedo, de trabajar arduamente para lograr sus sueños. ¿Será posible que los asambleístas, electos en la primera vuelta, aprendan esta gran demostración de comportamiento político de Acción Democrática Nacional, cuna del presidente electo y de todo su equipo? ¿Será posible? Soñemos un poco.

ADN, del Ecuador, se inició con una pequeña participación en la asamblea nacional y fueron construyendo una organización política eficiente y efectiva, los resultados lo demuestran. No aprecié, no estuve expuesto a actividad alguna, del partido o de los candidatos del partido, que impliquen una violación a la base jurídica nacional. Aparentemente bien. Rodeado de gente de bien, creo. Realmente bien, un buen ejemplo para los más jóvenes y los niños. Por ello, los jóvenes le entregaron su voto. En la mayoría del país, en las provincias donde tuvo mayor votación 16 de las 24. En Guayas ganó Luisa con 5% de margen. Daniel lo hizo en Pichincha con 20% de margen. En las cárceles ganó el correismo, no Luisa, el correismo.

La estrategia pacífica rindió los frutos esperados. El ejemplo de ecuanimidad, calma y control fue aceptado por la mayoría, especialmente por la juventud que está cansada de la politiquería o de la vieja política confrontacionista o sectarista, al mejor estilo correista.

Por otro lado, Luisa en la segunda vuelta, hizo lo que debía hacer. No importa si le prepararon o se preparó, al parecer trabajó duro para estar a la altura, evitando caer en el conflicto con Daniel. Hay que aplaudir su decisión. También está claro que el correismo (de Correa) ya no tiene la misma relevancia. Cuando el egocéntrico del ático se mete en la campaña pierden, parecería que está cansado del discurso beligerante. Debe entender que se le acabó la teta. Quiere imponer sus malas ideas (desdolarizar, usar la RMI), en sus coidearios. Para muestra basta mencionar otros procesos electorales como el ex Alcalde de Quito Barrera, Arauz y ahora González, han pagado caro el apoyo del egocéntrico del ático. El sectarismo funciona de la mano de la corrupción.  Se acabó. Ahora es un fantasma político que andará rondando por todas las entidades públicas para buscar adeptos. Los recursos invertidos no funcionaron esta vez por qué tuvo un contrincante joven, entendido, no corrupto. Noboa invierte inteligentemente en la forma de llegar a los jóvenes del país. Posiblemente las estadísticas indicaban que los jóvenes eran el mayor número de indecisos. Bien leídos los números, hace la diferencia.

Ecuador podría haber iniciado un cambio estructural en la gestión política del país. Una nueva forma de hacer política: positiva, sin corrupción, con ideas, con creatividad, con compromiso, con pasión para buscar las opciones más efectivas y mejorar el bienestar ciudadano, mejorar las opciones para los trabajadores y empresarios y, especialmente, las oportunidades para los jóvenes.

Daniel ha impuesto su sello, está claro lo que quiere hacer en estos pocos meses. Sabe cuáles son las prioridades: seguridad, IESS, déficit fiscal, producción, atracción de inversiones, deuda externa, empleo para los jóvenes y atención para los vulnerables. Deberá rodearse de la mejor gente (honesta) que aprenda rápido su visión, que tenga conocimiento de la “cosa pública” y qué pueda ser creativo para utilizar la tecnología en beneficio de los servicios públicos a los ciudadanos. Tiene la oportunidad de trabajar con el mejor socio para el plan de seguridad y con los organismos internacionales para el financiamiento.

Su período presidencial es corto, pero puede sembrar las bases para su reelección en el 2025 si aplica su estrategia sustentada, ya demostrada, en: claridad, respeto, fundamentos técnicos, objetivos claros y realizables, buenas ideas, compromiso decidido y guerra a la corrupción. Los jóvenes están buscando eso, saben que es difícil en tan poco tiempo, pero Daniel se ganó su confianza.

Deberá apuntalar y reforzar esa confianza para que la sociedad completa abra los ojos, avive el espíritu, confíe, contribuya a reconstruir la institucionalidad, a reducir la corrupción y a realizar servicios por el bien general, no de unos pocos corruptos.

Esta es una excelente oportunidad, sobre la base de una lección aprendida, una nueva forma de hacer política, una apuesta cierta al verdadero cambio, para convivir todos.

Protejamos a Daniel, protejamos a los nuevos políticos honestos, protejamos a las buenas empresas que generan empleo, protejamos el ambiente, protejamos a los jóvenes y a los vulnerables.

Los niños de hoy nos agradecerán mañana.

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