Durante un acto público, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum fue acosada por un hombre que se acercó de forma inapropiada, generando una ola de indignación en México y otros países. Sheinbaum, quien ha hecho de la igualdad y la seguridad de las mujeres una bandera de su gestión, denunció el hecho públicamente: “Si se lo hacen a una presidenta, ¿qué pasará con las demás mujeres?”.
El incidente expone una realidad alarmante: el acoso y la violencia contra las mujeres siguen presentes incluso en los más altos niveles de poder. La política, los medios y los espacios públicos reproducen actitudes machistas que dificultan el ejercicio pleno de los derechos femeninos. En América Latina, miles de mujeres enfrentan acoso cotidiano en el trabajo, en la calle y en las redes sociales, muchas veces sin recibir apoyo ni justicia.
Casos como el de Sheinbaum muestran que la violencia simbólica y física contra las mujeres no distingue rangos ni cargos. Lo que debería ser una sociedad más igualitaria se revela aún marcada por la impunidad y el prejuicio. De ahí la importancia de políticas regionales que promuevan la educación con enfoque de género, el respeto y la sanción efectiva a los agresores.
Relevancia para Ecuador:
El caso interpela directamente a nuestra sociedad. En Ecuador, la violencia y el acoso contra las mujeres persisten en múltiples ámbitos, pese a los avances normativos. La pregunta de Sheinbaum resuena también aquí: ¿cómo proteger a todas las mujeres, si ni las más poderosas están a salvo?
Foto de portada: La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante el acto público en el que fue víctima de acoso, hecho que generó rechazo y abrió un debate regional sobre la violencia hacia las mujeres.
Crédito: El País

