La Generación Z —personas entre 13 y 28 años— ha irrumpido en el panorama social con una identidad propia, moldeada por la hiperconectividad, la exposición temprana a tecnología y un entorno global marcado por crisis económicas, climáticas y sanitarias. Sin embargo, lejos de adoptar una visión pesimista, los jóvenes Z han desarrollado una actitud crítica, adaptativa y profundamente participativa.
De acuerdo con estudios recientes de Deloitte y otros centros globales, esta generación valora especialmente la salud mental, la inclusión, la sostenibilidad y las experiencias auténticas. El 85% afirma que el bienestar emocional es tan importante como el físico, mientras que un porcentaje similar considera que la diversidad —étnica, cultural, identitaria— es una riqueza social que debe protegerse y promoverse.
Su relación con la tecnología es natural e intuitiva. Son usuarios intensivos de plataformas digitales, videojuegos, redes sociales y contenidos breves. Este ecosistema no solo los entretiene: también les permite aprender, crear, emprender y movilizar causas. En América Latina, los jóvenes Z han liderado movimientos de innovación social, activismo ambiental y proyectos de emprendimiento digital.
En el ámbito laboral, valoran la flexibilidad, las oportunidades de crecimiento y el respeto a la autenticidad personal. No buscan únicamente un empleo: buscan propósito. Aunque enfrentan desafíos como la precariedad laboral o la falta de oportunidades, también aportan nuevas habilidades, creatividad, agilidad tecnológica y adaptabilidad.
Relevancia para Ecuador
Ecuador tiene una población joven que está redefiniendo la educación, el empleo y el consumo. Conocer a la Generación Z permite fortalecer políticas públicas, proyectos educativos, emprendimientos y estrategias digitales que respondan a sus motivaciones reales.
Imagen de portada: Joven de la Generación Z interactuando en un entorno digital.
Crédito: Deloitte / LR Gráfico / Foto: Gemini

