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ENTREVISTA: ‘La actividad agroalimentaria es el futuro del país’

Tiempo de lectura: 4 minutos

 

El sector agroalimentario es uno de los motores productivos más importantes de la economía ecuatoriana, no solo por su aporte al sistema económico, sino también por su impacto social. Sin embargo, los actores que conforman estas cadenas enfrentan una serie de dificultades que limitan su crecimiento y sostenibilidad. La falta de articulación entre los diferentes eslabones, el acceso limitado a capacitaciones prácticas y la escasez de información actualizada sobre las tendencias del mercado, tanto nacional como internacional, son algunos de los desafíos más apremiantes. En este contexto, se hace necesario un análisis profundo de las dificultades y las posibles soluciones para que el sector agroalimentario ecuatoriano siga siendo competitivo en un entorno cada vez más globalizado. Christian Wahli, Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (ANFAB), reflexiona al respecto.

 

¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan los actores de las cadenas agroalimentarias en Ecuador para conectarse y articularse?

La producción primaria enfrenta una serie de graves problemas que dificultan tanto la producción como la comercialización de sus productos. Uno de estos problemas es la infraestructura, ya que las conexiones terrestres siguen siendo insuficientes y, actualmente, muy peligrosas; los asaltos y extorsiones se han vuelto algo cotidiano. El sistema educativo también es muy deficiente y no está adaptado para los niños que viven en un entorno agrícola, quienes probablemente tendrán un futuro en ese sector. Finalmente, las redes de los operadores son ineficientes y no permiten mantenerse actualizados con las condiciones del mercado. Frente a todos estos desafíos, los jóvenes prefieren emigrar a las ciudades o, a cualquier costo, al extranjero en busca de una vida más fácil. Como resultado, el campo está envejeciendo.

¿De qué manera afecta la falta de acceso a capacitaciones prácticas y a información actualizada sobre las tendencias del mercado a la competitividad del sector?

Hoy en día, nos enfrentamos a las condiciones del cambio climático, lo que afecta a las variedades que actualmente se siembran, las cuales ya no son las más adecuadas para este nuevo entorno. La mayoría de los agricultores no tiene capacitación sobre la evolución genética de los cultivos ni sobre cómo enfrentar este problema. Además, es obligatorio que el agricultor adapte su forma de producir a las nuevas exigencias en la lucha contra el cambio climático. La forma de preparar el terreno y de irrigarlo tiene una influencia directa en el medio ambiente. Por ejemplo, la agricultura utiliza más del 70% del agua disponible para el riego de las plantaciones, y los métodos de irrigación siguen siendo ancestrales, sin cuidar la huella hídrica del país. Lamentablemente, no existen escuelas que formen a agricultores, sino solo técnicos agrícolas, quienes ya no desean trabajar en el campo con sus manos.

¿Qué papel juegan las instituciones públicas y privadas en el fortalecimiento de estas cadenas agroalimentarias y qué mejoras podrían implementar para facilitar la articulación entre los actores?

Conscientes de esta problemática, y ante el declive de la producción petrolera, como observador privilegiado, ANFAB ha desarrollado el concepto del “Ecuador Agroalimentario”. Estamos convencidos de que la actividad agroalimentaria es el futuro del país. En primer lugar, puede ayudar a resolver los problemas de empleo que enfrenta Ecuador, ya que actualmente más de 5 millones de personas están activas en este sector. Por lo tanto, es necesario prestarle atención prioritaria para crear empleos a lo largo de toda la cadena de valor. Por otro lado, un país dolarizado solo puede generar liquidez a través de las exportaciones. En los últimos años, las exportaciones alimentarias han superado con creces a las petroleras, y además, han dejado un balance comercial muy positivo. Por lo tanto, es evidente que, generando empleo y dólares, es imperativo unir esfuerzos entre los sectores público y privado para desarrollar y apoyar esta actividad. Proponemos que el sector privado, más desarrollado tecnológicamente, se encargue de consolidar la cadena de valor agroalimentaria, desde la siembra hasta el consumidor, quien es el principal director de esta actividad. Por su parte, el sector público debe apoyar este movimiento, desarrollando las infraestructuras necesarias y organizando la capacitación del sector rural, desde las escuelas básicas hasta aquellas orientadas a la formación de agricultores competentes.

¿Qué impacto tiene la falta de coordinación entre productores, comercializadores y distribuidores en la sostenibilidad del sector agroalimentario?

Lo grave, es que el sector primario siembra sin saber si tendrá consumidores. Siembra por costumbre o porqué le va bien al vecino y copia. Eso puede generar excedentes no vendibles y también agudizar las especificaciones de calidad que harán que se cree un alto porcentaje de rechazos. Asimismo, esta situación ejercerá presión sobre los precios pagados al productor.

En términos de innovación y tecnología, ¿cómo podría el sector agroalimentario ecuatoriano avanzar para mejorar su competitividad tanto a nivel nacional como internacional?

La tecnología en el sector agroalimentario está avanzando a pasos agigantados, tanto para el sector primario (irrigación automatizada, fertilización de precisión, uso de drones, cosecha robotizada etc.), como para la industria transformadora (mejoramiento de las tecnologías de procesamiento, nuevos sistemas de empaques, orientación al CO2 neutro, sistemas de distribución etc.) y también para el comercio quien a mejorado sustancialmente sus cadenas de abastecimientos y ventas así como el uso cada vez mayor de la infraestructura que ofrece el Internet.

¿Cuáles son las principales limitaciones que enfrentan los pequeños y medianos productores para acceder a mercados más amplios, y qué estrategias podrían implementarse para superar estos obstáculos?

Existe un inmenso déficit de conexión entre los actores y el consumidor. Por ello, desde ANFAB hemos querido contribuir a la solución de estos problemas con la creación de una plataforma que permitirá la interconexión entre los diversos actores que conforman la comunidad agroalimentaria. Esta plataforma contará con un Pabellón Ecuador, el cual estará conectado a una de las más importantes plataformas de comercio de alimentos y bebidas. En dicho pabellón, la comunidad tendrá acceso directo, sin intermediarios, a compradores, así como a información actualizada sobre las transacciones de una amplia variedad de productos a nivel mundial.

Los resultados del sector agroalimentario en 2023 han sido positivos, pero ¿cómo se pueden mantener y mejorar esos resultados en el contexto de las dificultades actuales?

Para la comunidad agroalimentaria del país, el 2024 ha sido, y sigue siendo, un año muy complicado. La inseguridad ha dificultado las actividades de este sector en todas sus dimensiones: la producción y comercialización de productos primarios, así como la distribución y comercialización de productos con valor agregado. La sequía afectó la producción primaria y la generación eléctrica, lo que ha complicado el procesamiento y comercialización de alimentos. Finalmente, estos efectos combinados han llevado al cierre de un importante número de tiendas, que en Ecuador desempeñan un papel fundamental en la comercialización de alimentos.

 

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