Hay que salir del cajón de la comodidad para encontrar propuestas alternativas a la crisis que vivimos. Tomemos los racionamientos de energía eléctrica como un ejemplo.
Primero, es una crisis estructural, tiene algunos años, que se ha intentado resolver con estrategias coyunturales, por eso no terminamos de resolverlas. El ministro de Economía ha señalado qué se requerirían aproximadamente unos USD 10.000 millones para resolver el problema y unos 6 – 7 años. Por tanto, le competerá no solo a este gobierno sino también a los dos subsiguientes.
Para qué esto suceda debería firmarse un pacto nacional que conlleve el diseño de un plan de inversión energética para los próximos 10 años y que se respete el cronograma de inversiones: de obra nueva; acondicionamientos; y, mantenimiento. Ya sea inversión privada o asociación público privada.
Segundo, la constitución establece limitaciones para la inversión privada en el sector. La carta magna del 2008 establece limitaciones en los artículos 313 al 317 que no incentivan la inversión privada sino solamente por concesión. Además, la Ley Orgánica de Régimen de la Energía y de los Recursos Naturales no Renovables de 2010 impone otros requisitos generales y específicos.
Sin embargo, en enero del 2024 entró en vigencia la Ley Orgánica de la Competitividad Energética -LOCE que en resumen dice: promover soluciones económicas y de generación de energía a fin de superar la crisis energética, optimizando el manejo de los recursos públicos asociados al sector eléctrico en el ámbito público y privado. Introduce una serie de reformas a la Ley Orgánica del Servicio Público de Energía Eléctrica y a la Ley Orgánica de Eficiencia Energética; además de algunos beneficios tributarios tales como:
Ampliación de la deducción adicional de depreciación en adquisición de maquinarias, equipos y tecnologías; Deducción de gastos en obras de infraestructura eléctrica; y, Ampliación del impuesto IVA 0% para los equipos y accesorios para la generación solar.
Así mismo, desde febrero de 2024 está vigente el reglamento a la LOCE. En el artículo 18 se amplía la participación privada y en otros se determina las condiciones para la inversión en generación distribución y comercialización de energía por fuente hidroeléctrica u otra fuente alternativa.
Parecería que la cancha está atrasada para el accionar de los inversionistas privados. ¿Qué está faltando?
Tercero, cualquier proyecto nuevo tomará su tiempo y por tanto es una solución de mediano y largo plazo no lograríamos resolver la actual crisis ¿Qué debemos hacer en forma inmediata?
En economía dejamos que la oferta y la demanda actúen en un mercado regulado es decir la oferta son los proveedores de energía mediante generación, distribución y comercialización y la demanda son los hogares, el comercio, la industria y los servicios. Las dos fuerzas, oferta y demanda, interactúan para encontrar la cantidad de energía que la sociedad necesita para su normal funcionamiento y prospectivamente la demanda futura.
Si las condiciones cambian y la demanda de energía aumenta, es obvio que se deba incrementar la oferta. Si esto no sucede, habrá un desequilibrio con exceso de demanda de energía pues el Estado no puede ampliar la dotación en el corto plazo. Por tanto, el resultado previsto será escasez de energía disponible y por ello existen los cortes de energía programados.
Cuarto, lo que se busca por parte de la Administración de Gobierno, es hacer manejable ese desequilibrio de oferta y demanda. Pero el Estado no lo puede hacer solo (oferta) deben llegar a acuerdos con los consumidores, hogares, comercio, industrias y servicios (demanda) para que el impacto sea el menor posible. El oferente debe asegurar un valor de energía disponible y los demandantes reducir sus necesidades para encontrar ese equilibrio.
Por tanto:
1) Necesitamos producir, al menos 3-4 días. Por empleo, compras de bienes e insumos, venta de bienes y servicios, ingresos, consumo, pago de impuestos etc.
2) Servicios de salud y emergencias deben funcionar 24/7;
3) Servicios educativos, 3-4 días con tareas a casa;
4) Servicios de transporte, 18/7;
5) Servicios de entretenimiento, 3-4 días.
Se puede definir con carácter temporal una semana laboral corta de 32 horas en 4 días, con dos horarios, de ocho horas cada uno: de 06:00 a 14:00 y de 14:00 a 22:00.
Este reajuste implicaría una oferta de energía de 05:00 a 23:00 los cuatro días de la semana laboral, generando un ahorro de 6 horas diarias, un total de 24 horas.
Los otros tres días la oferta de energía sería de 18:00 a 24:00, generando un ahorro de 18 horas diarias, un total de 54 horas. El ahorro en dotación de energía alcanzaría a 78 de las 168 horas de la semana. Es decir, un 46%. Es un sacrificio fuerte para todos, ciudadanía, comercio, industria, servicios, gobiernos, para todos.
Por otro lado, la Administración de Gobierno debe encontrar la forma de suplir ese 54% de energía que requiere la ciudadanía ¿Cómo? Los expertos tienen la palabra. Se me ocurre que si el sector comercial e industria disponen de autogeneración se facilite su uso, mediante un acuerdo Gobierno-Empresa para reducir el pago del servicio energético al 50%, por el mismo período de tiempo que ha usado su autogeneración para contribuir a resolver la crisis energética. Pero lo qué sí debe asegurar el gobierno, para que el sacrificio sea realizable, los horarios bien definidos y ejecutados sin sorpresas. Así todos planificamos las actividades y perderíamos menos tiempo y recursos haciendo del impacto el menor posible.
Nos piden sacrificios por el bien común, lo hacemos, pero todos. Con seguridad, con toque de queda a nivel nacional. FFAA en las calles, cada quien haciendo lo que tiene que hacer de la mejor manera. Unos reduciendo el consumo de energía, algunos sacrificando ingresos, otros ajustando producción, otros dando seguridad, todo creando una sociedad que convive el problema de forma pacífica y ordenada para construir un futuro provisorio.
Quinto, en el largo plazo la reforma a la ley está hecha, falta la reforma a la Constitución. La administración de gobierno debe procurar, con asistencia técnica internacional, la inversión/coinversión nacional o extranjera, asumiendo los riesgos necesarios y la retribución apropiada para atraer proyectos al sector energético y visionar un país con suficiencia energética, incorporando Gestión de Riesgos eficiente y efectiva. No un cuento chino.
Debemos demostrar al mundo las buenas intenciones del gobierno traducidas en acuerdos que se respetan y se cumplen, en políticas públicas para el bien común y la ciudadanía haciendo el sacrificio de buena fe.
¿Apoyaría usted? ¡Yo sí!