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Gestión de riesgos en Quito, ¿valor o neuronas?

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El tema de Riesgos en la gestión de la ciudad y su desarrollo futuro, lo podríamos entender como un resultado imprevisto que surge como consecuencia de nuestras propias actividades o decisiones, de las acciones de terceros o de la naturaleza.

Gestionar la ciudad implica financiar el desarrollo de la misma, el riesgo y la incertidumbre son aspectos preponderantes a tener en cuenta en la asignación de recursos. En primer lugar, porque es vital comprender que, aunque pensemos que la técnica a utilizar para la inversión puede ser la estimación, con el mayor grado de aproximación posible, de los flujos de ingreso y egreso que se generarán, no tendremos certeza sobre los verdaderos flujos de fondos que se producirán en el futuro, y allí es en donde ya nos adentramos en un ambiente de riesgo. Sapag Chaín[1]/ lo explica de esta manera: “…el riesgo de un proyecto de desarrollo se define como la variabilidad de los flujos de caja reales respecto de los estimados”.

En segundo lugar, la incertidumbre debe considerar en el ámbito de todas las actividades del plan, entendiéndose como la situación en que no se conoce la probabilidad de que ocurra algún evento inesperado, pero que además su capacidad aumentará o no en relación al avance del plan de desarrollo de la ciudad.

El análisis de los riesgos y la incertidumbre es fundamental para la gestión de una ciudad, siendo estos factores totalmente transversales a los diferentes ámbitos cotidianos, no importa cuáles sean los intereses en juego o los objetivos a alcanzar. En el plan de desarrollo territorial de Quito, debe contemplar la gestión de riesgos; por lo tanto, siempre debe estar incluido en la estimación de los flujos de fondos y en el costo del capital, para financiar en caso necesario.

Gestionar la ciudad implica identificar los riesgos que podría tener la misma, que pueden afectar tanto de manera positiva o negativa. En este análisis se realiza la identificación de Escenarios Posibles y Planes de Acción, que incluyen el diseño y definición de ALERTAS TEMPRANAS y su plan de acción.

El Riesgo cero, no existe. El análisis de riesgos abarca todas y cada una de las instancias de la gestión, desde la parte financiera, la organizacional, técnica, ambiental, productiva, servicios, movilidad, sean cuantificables, cualificables, en el nivel bajo, medio o alto.

Para Verónica Pepe, el riesgo “…es una situación donde la información es de naturaleza aleatoria, en la cual se asocia una estrategia con un conjunto de resultados posibles, cada uno de los cuales tiene asignada una probabilidad.”[2]/,  es allí, en cada parte del plan que le corresponda, ir deshilvanando y comprendiendo para minimizar esos riesgos. El Proyect Management Institute-PMI[3]/también define el riesgo como “…un evento o condición incierta que, si sucede, tiene un efecto en por lo menos uno de los objetivos del proyecto”.

Todos los métodos de análisis, inician en la definición de la Gestión de Riesgos; como lo vamos a comunicar y qué criterios vamos a usar en la toma de decisiones, que permitan implementar medidas de prevención o alertas tempranas con la finalidad de evitar peligros potenciales, reducir su impacto o reformular. Es así que debemos:

ü  Planificar la Gestión de Riesgos. Es necesario definir cómo serán gestionados los riesgos, que recursos se utilizarán y cómo será comunicado.

ü  Identificar los riesgos: Estos irán apareciendo a medida que el plan de desarrollo vaya realizándose, además de identificarlos es importante involucrar a los participantes, para generar discusiones e incluir distintos puntos de vista. La identificación de riesgos implica también su categorización, lo cual permite la sistematización en su abordaje y análisis. De esta forma, se obtendrá un registro de los riesgos identificados, posibles causas, eventos derivados, impacto/efecto y respuestas potenciales.

ü  Hacer un Análisis Cualitativo de los mismos, se priorizan los riesgos más relevantes, evaluando los mismos usando la probabilidad relativa de ocurrencia, el impacto correspondiente sobre los objetivos del plan si suceden, además del plazo de respuesta y la tolerancia al riesgo de la organización. De esta forma se analizará el riesgo según la probabilidad de que se materialice y la estimación de su importancia.

ü  Análisis Cuantitativo. Luego de los riesgos priorizados en base al proceso anterior se le asignan valores numéricos, un valor monetario al impacto provocado por la potencia riesgo y un valor de ocurrencia (porcentaje) a la probabilidad de materialización del riesgo. Esta herramienta de análisis determina; los riesgos que merecen una respuesta, el nivel de exposición del proyecto, la probabilidad cuantificada de los riesgos y las reservas de costo y tiempo.

ü  Respuesta a los Riesgos: Aquí elegiremos la opción con la cual encaramos el riesgo surgido en base a los estudios anteriores ya que cada riesgo tiene una solución diferente donde podemos optar por la que menos daño imponga, se desarrollarán las opciones y acciones para incrementar las oportunidades y reducir las amenazas a los objetivos del proyecto. Es decir, se desarrollarán Estrategias para abordar dichos Riesgos y Planes de Contingencia.

Si recordamos lo sucedido en 2020 producto de la restricción de circulación por COVID-19, muchos locales que no tuvieron tiempo de analizar estos riesgos o no utilizaban estas herramientas de análisis, tomaron la estrategia de Evitar y en este caso cerraron muchos negocios. Otro ejemplo, doloroso, son los aluviones en las faldas del Pichincha, que han sido caracterizados por la falta total de gestión.

Por eso, es tan importante realizar el análisis de riesgo y los escenarios posibles, para estar preparados con Planes de Contingencia, ya sea para superar el riesgo por completo o mitigar sus efectos. Por ello debe ser: realista y alcanzable, aceptado y consensuado, eficiente y efectivo, apropiado al riesgo determinado y de conocimiento por parte de quien lo lleve adelante.

Cada profesión, posee diferentes instrumentos de análisis para EVALUAR el riesgo, cada uno con su particularidad, pero todos con el mismo objetivo; sustentar científicamente una situación analizada para despojarnos de toda Incertidumbre, analizando, midiendo y evaluando los posibles escenarios de manera tal que conozcamos cuáles son nuestras debilidades y a que peligros posiblemente nos enfrentemos.

Existe un variado número de procedimientos que nos permiten EVALUAR la inestabilidad o volatilidad existente en la gestión de una ciudad; abandonando el estado de incertidumbre; de manera tal de conocer y cuantificar la posible ocurrencia de un suceso que impacte en el desarrollo de la misma. Valiéndose de información y aplicando diferentes herramientas que van desde el propio criterio subjetivo del decisor hasta elaborados modelos de simulación estadísticos, se visualiza que probabilidad existe de enfrentar una pérdida para la ciudad (Vidas, inversión, producción, bienestar). En definitiva, se requiere de valor y neuronas para gestionar la ciudad y sus riesgos.

La incertidumbre, por su parte, no se puede cuantificar. Representa el desconocimiento o la falta de información sobre los resultados o evolución de una variable.

Con la Evaluación de Riesgos no se busca adivinar el futuro, se pretende estimar posibles escenarios y así planificar mejor nuestros proyectos y las posibles contingencias que surjan de los mismos. En definitiva, la Evaluación de Riesgos es una herramienta de gestión prospectiva que nos permite minimizar los riesgos y hacer más resiliente a nuestro plan en el tiempo. Una correcta Evaluación del Riesgo nos permite diseñar Planes de Contingencia que garanticen la supervivencia del plan ante la materialización del Riesgo.

La gestión de riesgos no consiste en evitarlos, aunque sí puede colaborar con la prevención. Más bien, la gestión de riesgos, es la práctica de prepararse para los casos de riesgo y contar con un excelente plan listo de antemano para que nunca te tomen desprevenido.

El riesgo asumido por la ciudadanía desde el día martes 24 de septiembre, como consecuencia de un incendio forestal, independientemente de que sea provocado o no, ha demostrada la incapacidad del grupo de gestión de la ciudad, pues los ciudadanos resilientes ante la adversidad han sido una vez más quienes han logrado superar parcialmente una situación muy riesgosa para los habitantes de las zonas afectada y de la ciudad en general.

Necesitamos un alcalde de verdad y un grupo técnico para gestionar la ciudad.

 

[1] / Sapag Chain, Nassir; y otros. “Preparación y evaluación de proyectos”. Quinta edición.

[2] / Pepe, Verónica D., (2022), Diseño, Evaluación y Gestión de Proyectos, Unidad 7 “Análisis de Riesgo y Sensibilidad”, Pag. 02

[3] / El PMI (Project Management Institute) es una organización profesional sin ánimo de lucro para gestores de proyectos y gestores de programas.

 

 

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