Con el inicio del nuevo año, empieza también la cuenta regresiva para que el presidente Daniel Noboa cumpla uno de sus principales anuncios: poner la primera piedra para la construcción de dos nuevas cárceles de máxima y supermáxima seguridad.
El Primer Mandatario dijo que esta obra arrancaría en las primeras semanas del año, por tratarse de un tema urgente. Y Mónica Palencia, ministra de Gobierno y encargada del Interior, precisó que será el jueves 11 de enero. Es, decir, en nueve días.
En el programa ‘Vera a su manera’, la ministra Palencia agregó que no solo se trata de construir estos nuevos centros penitenciarios, sino que el Ejecutivo espera también demoler la famosa Penitenciaría del Litoral, que se ha convertido en “un centro de mando del crimen organizado”.
El Estado ha perdido el control de ese centro carcelario en numerosas ocasiones, sin llegar a recuperarlo del todo. Cada nuevo operativo descubre la debilidad del sistema penitenciario, ahí los uniformados han descubierto arsenales enteros de armamento, celulares, dinero, joyas, drogas y hasta animales.
Sin embargo, la ‘Peni’ original fue derrocada ya en diciembre de 2013, por el gobierno de Rafael Correa. Es decir, una década después de su reconstrucción, el centro de rehabilitación social podría ser demolido nuevamente.
¿Qué se sabe de estas nuevas cárceles?
De las nuevas cárceles se sabe poco o casi nada. Y las declaraciones del presidente Noboa o la ministra Palencia tampoco aclaran las dudas sobre el proyecto penitenciario del Gobierno.
¿Cuántos centros de rehabilitación tiene previsto construir el Ejecutivo? Dependiendo de la declaración, las autoridades hablan de centros penitenciarios en general o se refieren a “las dos primeras”.
¿Dónde estarán ubicadas? La ministra Palencia había anticipado que se podrían construir en Pastaza y Santa Elena. Mientras que el presidente Noboa reiteró que se construirán en la Amazonía y en ubicaciones remotas de Santa Elena y Manabí.
¿Cuánto costarán? ¿Cuál será su tamaño? ¿Qué características tendrán las estructuras? Tampoco se sabe. Son detalles sobre los que el Gobierno mantiene absoluto secreto. Lo único que el Mandatario ha contado es que deberán estar listas en un máximo de 200 días.
De todas formas, el presidente Noboa ratificó que han “finalizado las negociaciones” con los grupos internacionales que construyeron las cárceles en El Salvador y en México. ¿De qué contratistas se trata? Tampoco se sabe.
El Mandatario solo adelantó que el proyecto de las cárceles de máxima seguridad se ejecutará con “la misma gente, las mismas compañías” con las que Nayib Bukele trabajó en El Salvador para su megacárcel.
Además, al tratarse de una licitación internacional, el estado, fases y documentación de estos procesos deben publicarse en la web de la institución contratante, según la normativa y autorizaciones del Servicio Nacional de Contratación. Pero tampoco hay esta información en los ministerios de Gobierno, Interior o Sistema de Atención a Privados de Libertad (SNAI), hasta la tarde del 2 de enero, según se constató.
El Gobierno incluso ha mantenido el sigilo sobre el contenido de la reforma penitenciaria anunciada por el Primer Mandatario para este enero. ¿Es una reforma legal? ¿O es una reforma administrativa a nivel interno del sistema penitenciario?
Al estilo Bukele
La popularidad del mandatario salvadoreño Nayib Bukele y sus prácticas en materia de seguridad y régimen penitenciario han hecho que muchos aspirantes presidenciales en la región prometan tomar medidas similares para llegar al poder.
El presidente Daniel Noboa no fue la excepción. Desde la segunda vuelta electoral ha hecho dos anuncios de medidas al estilo Bukele.
Primero, el Mandatario anunció su intención de traer cárceles barcazas al país y mudar allí a los presos de alta peligrosidad. El costo de alquiler por cada una bordea los USD 8 millones anuales y la idea sería arrendarlas a través de un contrato firmado a 8 o 10 años.
Sin embargo, ese plan ha mutado. En una entrevista del 6 de diciembre, ya como Jefe de Estado, Noboa explicó que el objetivo de las cárceles barcaza sería el de alojar a los presos mientras se construyen las nuevas cárceles de máxima y supermáxima seguridad.
Segundo, el Mandatario anunció la construcción urgente de dos cárceles de máxima y supermáxima seguridad, con base en el Centro de Confinamiento para el Terrorismo de El Salvador.