Aunque el reto más complejo para el presidente Daniel Noboa será el manejo de la endeudada y debilitada economía, la expectativa de la ciudadanía recae sobre el Plan Fénix, de seguridad, y la capacidad del Ejecutivo de navegar en el escenario político, que le costó el cargo a Guillermo Lasso.
El Primer Mandatario y su gabinete estarán en el poder apenas 18 meses, hasta el cambio de gobierno en mayo de 2025. Y, según el objetivo de Noboa de reelegirse, tendría unos 13 meses para asegurar el voto de los ecuatorianos, debido a que la primera vuelta es usualmente en febrero.
Mientras tanto, durante su primer mes de gestión, el presidente Noboa ha mantenido su popularidad y una aprobación cercana al 70%. El cambio en el manejo y la comunicación gubernamental ha sido bien recibido por la ciudadanía.
Por lo que en 2024, el Presidente deberá lograr a la par una exitosa gestión del Ejecutivo, en medio del crítico contexto ecuatoriano, y una proyección electoral y partidista, que le permita competir en las próximas presidenciales, sin descuidar Carondelet.
Inicialmente, el Presidente tuvo un buen arranque. Aunque la población desconozca el impacto real de la reforma tributaria, Noboa se anotó varios puntos con la fluida aprobación de su primer proyecto económico urgente en la Asamblea.
Y el envío inmediato de la reforma energética, denominada ‘no más apagones’, lo diferencia del gobierno pasado, que dilató la presentación de reformas y no pudo conseguir gobernabilidad con el Legislativo.
Sin embargo, la cantidad de anuncios sin certezas ni detalles, el secretismo sobre las medidas de seguridad y la sombra del pacto político con el Legislativo, pueden generar dudas entre el electorado.
Por ejemplo, entre sus primeras decisiones críticas estarán la entrega o no de un salvoconducto para que el exvicepresidente Jorge Glas pueda huir a México. El inicio de la construcción de las prometidas cárceles de máxima seguridad, una posible focalización de subsidios y el contenido de la anunciada consulta popular.
Este último punto podría configurar un fuerte peldaño en su carrera política para mantenerse en Carondelet. Al conseguir lo que no logró Lasso con su referendo, Noboa fortalecería su imagen como Jefe de Estado.
Las expectativas en seguridad
En el área de seguridad, la propuesta bandera del presidente Daniel Noboa es el denominado Plan Fénix. Durante la campaña de segunda vuelta, el Mandatario ofreció dotar al país de una Central de Inteligencia, como medida de prevención en contra del crimen organizado.
Así como la dotación de equipamiento y armamento de última generación para la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas (FF.AA.).
Sin embargo, en el primer mes de Gobierno poco se ha visto del comentado plan de seguridad. Más bien se han dado acciones aisladas, como la creación del Bloque de Seguridad, conformado por agentes de la Policía y de las FF.AA., que están operando en las denominadas ‘zonas calientes’.
Según Mónica Palencia, ministra de Gobierno y encargada del Interior, el Bloque de Seguridad era parte de su plan estrella. Sin embargo, tanto ella como el presidente Noboa insisten en que los detalles no serán comunicados, por tratarse de temas de seguridad nacional.
Otro eje de la estrategia presidencial tiene que ver con el sistema penitenciario. En la campaña, Noboa ofreció la construcción de cárceles en barcazas que estén en el mar territorial. Tampoco se sabe en qué estado está ese proyecto.
Pero, Palencia ofreció que hasta el 12 de enero de 2024 se colocará la primera piedra para la construcción de las nuevas prisiones. Aunque el Gobierno no ha sido transparente sobre el costo, los proveedores y la ubicación de estos proyectos.
Finalmente, sobre la Central de Inteligencia -que es la joya de la corona del Plan Fénix- tampoco se sabe su estado, ni cómo se financiará.
En esta línea, el único movimiento de Noboa fue el nombramiento de Francisco Nickel como titular del Centro de Inteligencia Estratégica (CIES), a finales de diciembre de 2023.
Precisamente por ello, 2024 marcará la ruta de la relación entre Noboa y la ciudadanía, así como con la oposición, según logre o no ejecutar sus proyectos y visibilizar los avances de su gestión.